El General Miaja PDF Imprimir E-mail
Nuestra Memoria - Semblanzas / Biografías
Escrito por Gustavo Sierra   
Viernes, 19 de Octubre de 2012 00:00

El General Miaja"Tenía la cazurrería lenta de un campesino gallego que no quiere mezclarse en cosas más allá de su entendimiento, y sabía absolutamente de su propio valor como símbolo de la resistencia de Madrid. Sabía que estaba en su mejor momento cuando podía expresar los sentimientos de los hombres en las trincheras y en la calle, en las palabras crudas y rudas que eran su mutuo lenguaje. Y estaba en su peor momento cuando se mezclaba en el juego de la política o de los problemas estratégicos". Arturo Barea, La Forja de un Rebelde 

 

José Miaja Menant nació en Oviedo en 1878. En 1896 comenzó su carrera militar, ingresando en la Academia Militar de Toledo. Durante la guerra de Marruecos, tras el reconocimiento en dos acciones de batalla, fue ascendido a comandante de infantería. En aquellos años empezó a ser conocido como un gran estudioso de la lengua árabe. Tras la instauración de la II República, obtuvo el rango de general, en el año 1932. De todos sus destinos, destacaría el ser enviado a Lleida/ Lérida en 1935, por orden del entonces Ministro de la Guerra José María Gil Robles, por sus razones: alejar a los oficiales desafectos al gobierno era la práctica habitual de entonces, pero, según la wikipedia, se debió a una mala presentación de sus regimientos durante un desfile. Por aquellos entonces, debido a la reforma en la institución militar llevada por el presidente Manuel Azaña en 1933, incluso los altos militares se polarizaban ideológicamente: militares descontentos, en su mayor parte de aquellos llamados africanistas y de los que se solidarizaban con el general Sanjurjo (condenado por el intento de golpe de Estado en 1932), fundaron una sociedad clandestina: la Unión Militar Española (UME), de tendencia derechista, a la que otros oficiales, de tendencia izquierdista, respondieron, para contrarrestar el avance de las ideas fascistoides entre las filas del ejército, con la UMRA, la Unión Militar Republicana Antifascista (UMRA). Miaja no parece definirse políticamente en estos años, aunque hay quien afirma que pudo pertenecer a la UME; algunos dicen que esto es un rumor creado en los primeros meses de la guerra civil para desacreditarle, y su sobrino y yerno, además de secretario personal, Fernando Rodríguez Miaja, desmiente esa acusación:

Si lo hubiera sido no le hubieran detenido con toda su familia los franquistas en Melilla el 17 de julio de 1936. Mi esposa, Pepita, que acaba de fallecer hace poco, cumplió sus quince años en la cárcel, junto a su padre, destinado entonces en aquella ciudad. Poco antes, cuando Franco fue nombrado Jefe de Estado Mayor, envió a Miaja desterrado a Lérida. (El País)

 

MiajaFuera como fuera, los liberales progresistas de Manuel Azaña confiaban en él: al formar el gobierno del Frente Popular en 1936, Azaña, debido a la enfermedad del general Masquelet, designa a Miaja Ministro de la Guerra en sustitución de aquél hasta que se repusiera de su enfermedad. Al estallar la guerra civil, el general se halla en Madrid, encargado de la 1ª Brigada de Infantería de la Primera División Orgánica; varios de sus subordinados están involucrados en el alzamiento militar, y, al parecer, él mismo parece dudar, pues su familia se hallaba en la zona sublevada. Pero finalmente reafirma sus votos de lealtad al gobierno legítimamente elegido por el pueblo. Designado ministro de la guerra por el gabinete de Martínez Barrios, rechazaría el mismo ofrecimiento por el gobierno de Giral. En agosto de ese año, habiendo llevado sus tropas en combate a las puertas de Córdoba, su indecisión le cuesta la derrota y el control definitivo de las tropas sublevadas por las tropas sublevadas. Tras ser destinado a Valencia, volvería a Madrid, organizando en Noviembre, fecha en la que comienza la ofensiva aérea sobre la capital, la evacuación de la ciudad; por esto le nombrarían presidente de la Junta de Defensa de Madrid, organismo supremo de la defensa de la ciudad. Junto al teniente coronel Rojo, consiguieron detener a las tropas de Franco en la batalla de la Ciudad Universitaria, alcanzando gran popularidad. Tras la disolución de la Junta de Defensa, que contaba con la representación de todos los partidos políticos leales (incluida la CNT), se le designa Comandante del Ejército del Centro y del Grupo de Ejércitos de la Región Central, dirigiendo las batallas de Guadalajara y Brunete: en estos años, José Miaja se había convertido en el militar que más poder concentraba. Pero la pérdida de la guerra era ya inminente, y muchos eran los que planeaban una rendición; y así, Miaja secundó el golpe de Estado del coronel Casado contra el gobierno de Juan Negrín, cuyo principal objetivo era separar al Partido Comunista y sus asociaciones del gobierno para, vencida así la reticencia de Franco a pactar, conseguir una derrota honrosa mediante un “pacto de caballeros” que sólo la institución militar podía garantizar. Franco no aceptó.

La presidencia del Consejo Nacional de Defensa, órgano formado por representantes de diversos partidos y sindicatos, excluido el PCE, que vino a sustituir al gobierno de Negrín tras el golpe de Casado, fue su último cargo. El 26 de marzo de 1939 embarcaba en Gandía a bordo de un barco británico que le llevaría a Argelia, Francia, y finalmente México, en donde viviría hasta su muerte el 14 de enero de 1958. (Wikipedia)

MiajaTengo la extraña convicción, a la vista de este resumen biográfico, que si la República hubiera ganado la guerra, muy posiblemente, este general republicano habría desempeñado un papel algo similar al del general francés Charles De Gaulle, asumiendo un papel importante en la restauración de la República y abriendo un camino hacia la normalidad democrática truncada por la guerra, obviando, por supuesto, el papel que una posible República Española alineada con los Aliados, hubiera podido tener en la II Guerra Mundial.

Como habíamos dicho, su actuación al frente de la defensa de Madrid, tanto durante la evacuación de noviembre como su coordinación durante la Batalla de la Ciudad Universitaria, en donde consiguió contener al enemigo tras la otra orilla del Manzanares, le valieron una enorme popularidad: era el defensor de Madrid, y, por tanto de toda España. Desde Santander, un joven y desconoci

do poeta escribía una loa a este general. Éste es uno de los primeros poemas conocidos del gran poeta José Hierro, que lo firma como J. H. Leal:

Miaja

Cuando la tarde se rompa

en silencio y en naranjas.

Cuando se duerman las cosas

esperando la mañana,

estarán lejos, muy lejos,

perdidos en turbias aguas,

envueltos en el olvido,

los mercaderes de España...

Tú viste a Madrid herido;

por las huestes alemanas.

sus nubes llenas de rabia.

Los gritos de independencia

el aire multiplicaba...

Tú viste a Madrid herido,

tu sangre se rebelaba...

a torrentes por tus venas

loca, caliente, marchaba...

de pronto, te hiciste joven

con la juventud del alma...

los traidores presionaron...

Madrid, sin defensa estaba...

no quisiste tu que entrasen,

y a las puertas se quedaban.

Cuando la tarde se rompa

en silencio y en naranjas.

Cuando se duerman las cosas

esperando la mañana,

recuerdas aquellos tiempos,

barro en las trincheras... agua,

frío de nieve en el cuerpo...

siempre frío, frío y agua,

pero el corazón hirviendo

lleno de amor hacia España.

Vinieron días gloriosos:

Peguerinos, Guadarrama.

El milagro estaba hecho,

las milicias avanzaban...

después, más días de gloria.

Triunfos en Guadalajara.

Italia mandó sus huestes.

Contra Madrid se estrellaban.

No puede vencerse a un pueblo

que muere por una causa.

El pueblo pide tu premio,

glorioso general Miaja.

El pueblo que defendiste

tu recompensa reclama,

y entretanto, tú prosigues

por montes, por sierras pardas

palmo a palmo de terreno,

devolviéndonos a España...

Cuando la tarde se rompa

en silencios y en naranjas.

Cuando se duerman las cosas

esperando la mañana,

los ríos no tendrán sangre

ni habrá gente esclavizada:

habrá una aurora más roja

que las tardes de naranjas,

y España será más libre,

más ancha; más proletaria.

J. H. Leal

(José Hierro)


El Cantábrico, 9 de abril de 1937

En Poesía de la Guerra Civil Española 1936-1939, pp. 219-220; César de Vicente Hernando (editor). AKAL, 1995 

Fuente: Deia

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Pero también poetas y escritores ya consagrados, como fue el caso de Pascual Pla y Beltrán, poeta valenciano de origen proletario, quien colaboró con el compositor y brigadista internacional de la Brigada Lincoln Lan Adomian, para escribir una canción, que fue recogida en la colección Canciones de lucha que recopilaría Carlos Palacio. Aquí está interpretado, con ocasión de la exposición "Antonio Ballester, esculturas y dibujos, 23 mayo-2 julio 2000", por un Coro Mixto de Cámara, dirigido por Salvador Moroder, con Ana Vega Toscano al piano:

Madrid y su heroico defensor (Escuchar)  

Texto: Plá y Beltrán. Música: Lan Adomian


Madrid noble; tus calles un fortín:

ya nadie pasará

tus trincheras.

¿A quién tienes

en tu defensa?

¡Tienes al general Miaja!

¿A quién tienes en tu defensa?

¡Tienes al general Miaja!

Ciudad clara; tu gesta un resplandor;

la muerte no podrá

dominarte.

¡Qué bien gana

tu independencia

el noble general Miaja!

¡Qué bien gana

tu independencia

el noble general Miaja!

Madrid libre; en vilo el corazón;

tu nombre es ya la luz

del futuro.

¡Qué fiel guarda

tu independencia

el noble general Miaja!

¡Qué fiel guarda

tu independencia

el noble general Miaja!


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Fuente: La zamarra de Gustavo