Se cumplen 80 años de la apertura de este campo, que abrió sus puertas con el final de la guerra civil en la llamada capital ‘Roja’ del frente de La Serena
Los relatos de los supervivientes narran un infierno de alambre y espinos, alrededor de unos barracones desmontables, donde tenían mucho tiempo libre y poco pan
La clasificación de los presos que llegaban a Castuera, la represión sistemática y la reeducación bajo los valores del nacional-catolicismo resumen la esencia de este campo de concentración. Se cumplen 80 años de la apertura de un 'infierno' de alambre y espinos por el que pasaron alrededor de 15.000 personas a lo largo de un año.