Debo reconocer que a la hora de escribir este artículo tengo una doble sensación: por una parte quiero que su contenido y comprensión llegue a muchos, incluso a aquellos que, torpemente y olvidando aquello de "Si no estás prevenido, los medios de comunicación te harán amar al opresor y odiar al oprimido", se han tragado sin pestañear la versión policial (la única que han sacado los medios de comunicación, con escasas excepciones) sin molestarse en cuestionar nada.

Pero, por otra parte, no puedo disimular mi rabia y mi indignación. Indignación y rabia no solo por la auténtica aberración que ha supuesto todo este "circo". Ni tan solo por el hecho de saber que personas conocidas, como el poeta Aitor Cuervo y otros, estaban siendo detenidos. Sino porque la cosa se volvió tan surrealista, deteniendo a gente por hacer un simple chiste de la muerte del asesino (recordemos, firmante de condenas de muerte, genocida, es decir, ASESINO) Carrero Blanco que incluso yo, en determinados momentos, llegué a temer por mi seguridad y mi libertad. La reacción, por supuesto, no va a ser callarme. Sino gritar, si cabe, mucho más fuerte.

La operación, bautizada como "Araña" (podrían haberla bautizado como Gestapo o Limpieza de Rojos de las Redes Sociales) es un sinfín de despropósitos. Desde el principio. Desde penar chistes sobre un asesino al que no se le debería hacer el más mínimo reconocimiento por respeto a las miles de víctimas de la Dictadura sangrienta en la que él fue uno de sus mayores valedores. Porque claro, hay muertos de primera y muertos de segunda. Reírse del ajusticiamiento de Carrero Blanco es ENALTECIMIENTO. Alabar al asesino Carrero Blanco es LIBERTAD DE EXPRESIÓN. La diferencia es que en el atentado contra el Ogro se mató a un culpable, mientras ese mismo ser dictó y firmó cientos y cientos de penas de muerte contra inocentes. Esas son las leyes de la "democracia española", aprobadas en su día por el PSOE con el apoyo del PP. No olvidemos eso tampoco. Y dos veces lo hicieron, una en 1995 y otra en 2011.

Por supuesto, tampoco es enaltecimiento ninguno de los tuits de este tipo, desde los que se piden desde la muerte de rojos, se insulta a Pilar Manjón, víctima del 11M o se alaba a Hitler o a Franco o a un terrorista de extrema derecha. Por supuesto, es LIBERTAD DE EXPRESIÓN.

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Fuente:Blog de Julián