Así erraba Rubalcaba PDF Imprimir E-mail
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por Arturo del Villar / UCR   
Martes, 30 de Abril de 2013 00:00

RubalcabaNo se comprende cómo lo poco que queda del partido Pseudo Socialista Otanista Europeísta (PSOE) mantiene todavía como secretario general a Alfredo Bobo Rubalcaba, después de haber perdido las elecciones generales, autonómicas y locales, y si no perdió la vergüenza es porque nunca la tuvo. Ni la barba le sale bien. Tiene aspecto de mendigo, porque es un pobre hombre. No se puede negar que representa a la perfección la realidad arruinada del reino de España.

 

  Asusta recordar que este remedo de político ha sido ministro de Educación, de la Presidencia y del Interior, además de vicepresidente primero y portavoz del desgobierno presidido por el superinepto Rodríguez. El 2 de octubre de 2011, durante la campaña para las elecciones generales, a las que concurría como candidato por su partido, afirmó todo lo enfáticamente de que es capaz a sus correligionarios: “Yo no me voy a dejar ganar, no me voy a dejar ganar, y vosotros no os vais a dejar ganar.” El PSOE obtuvo el 20 de noviembre el peor resultado de su historia en este período monárquico.

  Su última ocurrencia la ha tenido el 27 de abril, durante la celebración del Día de la Rosa (Marchita) del PSOE de Extremadura, en La Albuera (Badajoz). En un discurso alucinado comentó la terrible cifra de parados alcanzada en el reino al finalizar el primer trimestre de 2013, que asciende a 6.202.700 personas, según la Encuesta de Población Activa (EPA), y tuvo la mala ocurrencia de preguntar al auditorio hecho un Zaratustra indignado: “¿Cómo puede un Gobierno decir que va a acabar la legislatura con un paro mayor a cuando comenzó a gobernar?”

 

El paro tiene la palabra

  El protoinepto Rodríguez triunfó en las elecciones generales celebradas el 14 de marzo de 2004. Según la EPA del primer trimestre del año, el número de desempleados en al reino ascendía a 2.164.100 personas, el 11,38 por ciento de la población activa. El número de hogares con todos sus miembros activos en paro era de 511.200. Al archiinepto Rodríguez le dio por nombrar ministro del Interior a Rubalcaba en 2006.

  El 9 de marzo de 2008 volvió a ganar las elecciones generales el eminente inepto Rodríguez. En los cuatro años de desgobierno el número de parados se había incrementado poco, en 10.100 personas, por lo que el total sumaba 2.174.200 personas. Pero lo indudable es que el Gobierno, o lo que fuere, acabó la legislatura con un paro mayor a cuando comenzó a gobernar. Esto es algo intolerable, según pontificó Rubalcaba en La Albuera, aunque no se refiriese a ese momento precisamente. Y eso que la Unión Europea se encontraba por entonces en una época próspera.

  Sin salir del Ministerio del Interior Rubalcaba ocupó también los cargos de vicepresidente primero y portavoz del Gobierno o lo que fuere en el nuevo gabinete. En la Unión Europea se encendió la alarma, al advertir una amenaza de crisis para la economía de los 27 miembros. El probado inepto Rodríguez hizo el burro ante sus socios y ante el pueblo europeo, afirmando que el reino de España se encontraba en plena expansión económica, por lo que era envidiado por las repúblicas de Italia y Francia. Además, acusó de antiespañoles a quienes daban la voz de alerta sobre el peligro de crisis económica que nos amenazaba. “¿Crisis? ¿Qué crisis?”, preguntaba a sus correligionarios, cada vez más escasos, golpeándose el pecho como Tarzán, rodeado de monos.

 

Cifras sin demagogia

  Pero la crisis económica creció tanto que el renombrado inepto Rodríguez ya no podía aparecer en público ni asomase a una rueda de Prensa, por lo que el 2 de abril de 2011 anunció al resignado Comité Federal de los restos de su partido que no se atrevía a concurrir de nuevo a las elecciones generales, previstas para marzo de 2012. Su recambio fue todavía peor, el auténtico Rubalcaba, el político más inútil que ha tenido el reino de España desde Calomarde. La situación era tan crítica que se hizo preciso anticipar las elecciones generales al 20 de noviembre de 2011, y el que había prometido que no se dejaría ganar perdió hasta el poco pelo que le quedaba.

  La EPA del tercer trimestre de 2011 proporcionó unos datos terroríficos: el número de desempleados en el reino había alcanzado la cifra de 4.978.300 personas, el 21,52 por ciento de la población activa. El número de hogares con todos los miembros activos en paro era de 1.425.200.

  Esto significa que en una legislatura acortada a tres años y ocho meses el número de parados se incrementó en 2.814.200 personas, lo que significa superar más del doble del número de desempleados con el que se inició. Pues el vicepresidente primero, ministro del Interior y portavoz del Gobierno que hundió al reino en esa miseria es el mismo que preguntó a sus correligionarios en La Albuera: “¿Cómo puede un Gobierno decir que va a acabar la legislatura con un paro mayor a cuando comenzó a gobernar?”

 

Ni Gobierno ni partido

  La verdad es que el Gobierno o lo que fuere al que perteneció nunca dijo eso, sino lo contrario: presumía de no padecer la crisis económica que señalaban todos los políticos europeos, y por ello no se dignó tomar ninguna medida para atajarla. Pero lo indudable es que las dos tristes legislaturas en las que desgobernó el requeteinepto Rodríguez, terminaron con un paro mayor al de su comienzo, hasta duplicarlo con creces.

  Y encima Rubalcaba tuvo la caradura de ofrecerse en su discurso de La Albuera para asesorar al torpe Gobierno actual del partido que se dice Popular, que es también un desastre, pero que si aceptara los consejos del gran fracasado Rubalcaba adelantaría el apocalipsis total. ¿Cómo puede un político ser tan idiota para no comprender que se descalifica a sí mismo, al acusar a otro de los errores que él mismo ha cometido?

  Rubalcaba se ha aferrado al cajón en que se sienta, porque los muebles los vendieron hace tiempo para pagar las deudas, y no quiere reconocer que es una rémora para el partido que todavía lo padece como secretario general. Los afiliados lo empujan con indirectas, y él hace como que no se entera. Es penoso comprobar en lo que ha degenerado el partido de Pablo Iglesias, de Indalecio Prieto, de Fernando de los Ríos, y de tantos otros ilustres socialistas que dignificaron la vida política española. Es una caricatura irreconocible, así como Rubalcaba parece una caricatura de político. ¿Es que ya no queda ningún socialista merecedor de tal nombre para terminar con este despropósito?

  Causa tristeza recordar momentos históricos gloriosos, como la conjunción republicano-socialista de 1909 que llevó al Congreso a Pablo Iglesias, o la de 1931 que trajo la República. Ahora republicanos y socialistas somos una compunción resignada, en estos momentos de absoluto descrédito de la monarquía instaurada por el dictadorísimo.