Autopista al infierno PDF Imprimir E-mail
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por P. B. / Iniciativa Debate   
Miércoles, 23 de Noviembre de 2011 04:26

Autopista al infierno Ya está, lo hemos superado y no ha habido sorpresa, ni milagros, ni tampoco se puede decir que haya sido decepcionante. Algo más de 10 millones de adeptos crónicos, ordenados, y en su mayoría presos de los vicios de un pasado que no acaba de pasar, decidirán por los otros 15 millones de votantes, los otros 10 millones de abstencionistas, y un total de más de 45 millones de habitantes.

 

La “gran victoria” del PP está erigida sobre un incremento del 5% estadístico (2,5% en votos), cifra insignificante, pero que ha sido magnificada por la lógica insatisfacción y el hartazgo de más de 4 millones de votantes que se han sentido traicionados por la política contra-natura de su partido, y cómo no, gracias a una Ley electoral que estando diseñada para enquistar el bipartidismo, en estas ocasiones es cuando revela su carácter de forma descarnada. Nunca ser regular mereció semejante Cum laude.

En cualquier caso, no todo es negativo. Lo primero que merece un análisis positivo es la muestra de cordura que más de cuatro millones de votantes han demostrado pese al continuo bombardeo mediático. Y lo segundo, cómo de reforzada (pese a que los medios de “los poderes” no hagan mención) ha quedado la necesidad de un cambio de modelo tanto de la Ley electoral, como de la Ley de partidos.

Más de 35 millones de electores llamados a las urnas, y nos gobernará, gracias a la más granada y casposa esencia de la antigua escuela, lo que ha decidido ese 28% de familias del Opus, sotanas raídas y golpes en el pecho, gente de orden y agentes del orden (no todos, pero sí muchos), grandes empresarios y aquellos que creen que lo son por el artículo 3006,06, estrellas y galones, demasiados curritos que piden mano dura por venganza o ignorancia, banqueros y sus familias, aristocracia venida a menos que quiere venirse a más, y toda una plétora de borjamaris y vuittonas de rubio estándar y cocodrilo vuelto al cuello con más peso en complementos que meninges adentro.

Y también gracias a los abstencionistas.

¿Y por qué, es que los de derechas no se abstienen también? pues no. Y aunque esto carece de rigor científico, es obligado decir que según encuestas, el electorado de derecha es con infinita diferencia el más fiel y cumplidor, por lo que puede deducirse que la abstención se la reparten de forma indiferenciable una amalgama de ácratas, libertarios, pasotas, desencantados, desplazados sin regularizar, y algún que otro despistado.

Resumiendo la jornada del 20: al PP lo han votado el 28% de los llamados a participar (poco más de 1 de cada 4), y gobernará con mayoría absoluta también gracias a todos aquellos que decidieron no sumarse a la “fiesta de la democracia”.

Dicho esto, ¿y ahora qué? ¿Se puede hacer una prospectiva?

Parece difícil adelantar algo al ritmo en que se desarrollan los acontecimientos, especialmente porque los de a pie, poco o nada sabemos de las muchas variables que se están cocinando en el infierno, pero sí podemos intentarlo.

De puertas adentro, podemos esperar algo más de pluralidad en el Parlamento, con sesiones mucho más entretenidas pero que los medios tratarán de manipular. Esperemos también que Cayo Lara explote su mayor virtud (ese aura de honradez y convicción), y que dejemos de lado el quijotismo, porque si poco legitimadas están las elecciones por el propio modelo electoral, mucho más habría que hablar del poder condicionador de unos medios que trabajan en exclusiva para los de siempre. Así que respeto “CERO”.

Lo que mucha de esa gente que ha participado en la elecciones no conoce, es que se está librando una verdadera lucha por ocupar un lugar aceptable dentro del futuro diseño político del mundo, y que poco importará que sea la derecha ligera o la pesada la que dirija un gobierno sin soberanía.

Hemos perdido la (casi imposible) oportunidad de abrir la caja de Pandora apostando por aquellos que de una forma u otra hubieran tenido que romper la baraja, o bien con las instituciones financieras y el verdadero poder, o bien con el pueblo.

Ahora lo que sí sabemos es que llegará el verdadero ajuste duro, porque Zapatero, a pesar de todo, solo ha sido un cobarde mal preparado, pero con un fondo del que carece el que le sucede (ya me lo contará el que ahora no lo crea en unos meses) Por tanto cuán duro sea ese ajuste dependerá de la capacidad mendicante del nuevo presidente, que ha empezado ya dejando caer lo bien que nos hemos portado hasta ahora, y también de la fuerza de algunos idealistas patrióticos dentro del partido, que frente a la manifiesta perdida de soberanía, en este momento pueden hacer algún buen servicio en el peor de los casos.

Aunque lo que verdaderamente puede salvar este país es la refundación del PSOE. Refundación absoluta y desvinculada de anteriores gobiernos y volviendo a los orígenes (anteriores al inefable González) que legitimaría una oposición firme que de otra forma no se dará.

En fin, que pintan bastos, y que de una u otra forma se acerca una revolución, bien por las guerras exógenas económico/militares que se están gestando, bien por rebeliones internas, bien por disidencias, bien por aquello que queda por dilucidar. Y al pueblo del Estado Español y a los políticos honrados les queda una difícil decisión a la que no muy tarde deberán enfrentarse: morir de pie o vivir de rodillas.

Lo veremos y nos veremos en este camino que pese a todo se presenta apasionante.

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Fuente: Iniciativa Debate