Alberto Garzón: “Proponemos la rendición de cuentas continua” PDF Imprimir E-mail
Opinión / Actualidad - Entrevistas
Escrito por Pablo Elorduy   
Viernes, 28 de Febrero de 2014 00:00

Dice Alberto Garzón (Logroño, 1985) que la izquierda tiene menos problemas para aprobar un programa económico y social que a la hora de abordar cuestiones de organización política. El 4 de febrero, este diputado de IU vio cómo la Ejecutiva de la coalición daba vía libre a una iniciativa con la que pretende trasladar a la militancia una propuesta de transformación de las estructuras de la organización.

Su propuesta pasa por el establecimiento de “revocatorios” que permitirían, en sus palabras, que los representados puedan expulsar de su mandato al cargo electo como forma de fiscalización democrática. Garzón pretende que IU acepte como “el norte de su brújula” una práctica continua de rendición de cuentas y de transparencia en la actividad pública.

¿Hasta qué punto la propuesta de “revolución democrática y social” no se va a ver alterada por la confección de listas electorales?

Sin duda se va a ver afectada por las elecciones europeas, pero no lo veo como un inconveniente, sino como una ventaja. Es una oportunidad para debatir sobre los déficit democráticos que hay en la UE. Éste es un proceso de largo aliento que esperemos que pueda culminar con un bagaje de conocimiento en IU que incorpore las conclusiones para permitir una regeneración de las propias estructuras internas. Este debate va a ser muy enriquecedor para que la propia militancia se conciencie de la necesidad de cambiar esa relación representante/ repre­sentado también en el seno de la organización política. Nosotros proponemos la rendición de cuentas continua mediante el revocatorio, que es la fuerza motor de la propuesta. Aparte de eso, hay más elementos como la austeridad en el salario. Hay una serie de elementos que van a ser discutidos y la gente puede volcar su creatividad para proporcionar sus alternativas dentro de los márgenes de la izquierda, claro. Sin caer en el populismo antipolítico. En una situación ideal, la candidatura en su conjunto tiene que estar estrechamente vinculada al programa de quienes hayan elegido a alguien para una función concreta. Unas primarias abiertas sin eso son claramente insuficientes.

¿Consideras que hay una contradicción en el hecho de que el proceso se lance desde arriba?

IU es una organización con innumerables contradicciones que pueden ser explicadas con elementos de naturaleza política, y es que hay muchas almas en IU y muchas percepciones de cómo tiene que ser la política. Hay un alma en IU que cree que la Constitución del ‘78 sigue siendo la bandera que nos permite construir una sociedad más justa, y otra alma que entiende que está totalmente torpedeada por la derecha y que hay que superarla con unas nuevas reglas del juego que se cumplan. Nosotros no podemos revocar a un alcalde que ha perdido el apoyo de sus representados. Eso explicaría cómo un proyecto como la revolución democrática y social emerge desde la propia ejecutiva. Es un deseo de avanzar hacia nuevas formas de organización.

No preveo una acogida unánime ni mucho menos, especialmente en temas como los revocatorios, porque precisamente pone en evidencia las contradicciones. Creo que la mayor parte de la militancia está de acuerdo en ganar mayor capacidad de toma de decisiones y en evitar que el peso efectivo quede en manos de unos pocos, la élite, la oligarquía. Más que una contradicción sería una paradoja: que es el deseo desde arriba de cambiarlo. Pero si todo sale bien, habrá un nuevo sentido común dentro de la organización que diga que los nuevos estatutos tienen que incluir esas medidas.

Desde la entrada en escena de Podemos se abre un periodo de tanteo en cuanto al espacio que ocupa IU, ¿hasta qué punto se puede producir un apertura real en IU?

Hemos iniciado desde hace tiempo, con más o menos éxito, iniciativas de convergencia con todos los sujetos políticos. No importa tanto la fuerza como el deseo de generar una fuerza política en la calle, que luego pueda presentarse a las elecciones. En el caso de Podemos, sorprende a la sociedad con su aparición porque no tiene una base previa, sino que es una construcción desde arriba. Entiendo que ahora están en un proceso de hacer músculo y de ponerlo a prueba en unas elecciones. Podemos funciona en el mismo marco ideológico que IU, por eso me puede sorprender la falta de convergencia. Pero hay un deseo de establecer puentes, de tener los puentes hechos, y esos puentes tarde o temprano se van a tener que cruzar. No sé si antes de las europeas. Va a depender de muchos otros factores que no son los electorales. Se puede trabajar para establecer un diálogo sensato, riguroso y de igual a igual.

Hay una parte de la organización de IU que se ha podido sentir violentada por la forma en que Podemos nace e interpela a IU con una especie de proposición de máximos, que es la de las primarias abiertas –que no forma parte de la tradición histórica de la izquierda–. Ha habido un cierre de filas en ambas organizaciones, quizá asumiendo vicios electorales que tampoco deberían ser propios de la izquierda pero que existen. Hay que hacer ver que ser competidores electorales no significa que no seamos todos miembros de una misma trinchera en un escenario de confrontación y ruptura social en la que ambos espacios caemos en el mismo sitio.

Todas las demás fuerzas tienen que participar. IU tiene fuerzas dentro de IU, como Izquierda Abierta, la CUT-BAI en Andalucía o Izquierda Republicana, que dialogan e interpelan a IU. Otras están fuera, como Podemos, Equo o Izquierda Anticapitalista, y tienen un espacio de intersección sobre el que hay que trabajar, pero tratándonos de igual a igual.

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Fuente: Diagonal