Están de moda. Son los frugales. Precisados de etiquetas simplificadoras para vender su producto, han bautizado así a los países europeos reacios a que el dinero de la UE ayude a la reconstrucción del desastre ocasionado por la pandemia de coronavirus, sin duras contrapartidas en recortes. Los lidera el paraíso fiscal holandés y consiguieron colocar a su candidato de Irlanda al frente del Eurogrupo. Ese codiciado puesto, que no lograron ni Nadia Calviño ni Luis de Guindos, y que atesoró con especial relevancia otro destacado hijo de los Países Bajos, Jeroen Dijsselbloem. Famoso por asegurar que los del sur gastan el dinero "en alcohol y mujeres" y por haberse fotografiado retorciéndose de risa cuando castigaron a Grecia con una brutal austeridad. Luego la UE pidió perdón (aviso a olvidadizos intencionados). Momento que probablemente la historia de las terminologías de diseño vinculará al nacimiento de los frugales.