Siria sigue en el ojo de la tormenta. Grupos irregulares asesinan a civiles y uniformados, mientras los observadores extranjeros preparan el informe que será presentado el sábado- Los civiles y militares sirios asesinados se contabilizan día a día. Las bombas que detonan, y las que son desactivadas son, desde hace algunos meses, una constante en las ciudades de ese país. Las demandas primarias de la oposición siria están siendo canalizadas a través de las reformas emprendidas por el presidente Bashar Al Assad luego de una convocatoria masiva al diálogo nacional. Miles de personas se movilizan diariamente en contra de la injerencia extranjera y a favor del Ejecutivo. Las denuncias sobre la infiltración de miembros de Al Qaeda en la nación árabe y del financiamiento por parte de Turquía y Qatar a los grupos armados irregulares se confirman cada vez más. 

Pero nada de esto le interesa a Estados Unidos y a la Unión Europea (UE). Como, por lo visto, tampoco le interesa al titular de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, que días atrás reclamó al Consejo de Seguridad que intervenga en ese país. 

Mientras tanto, las vías diplomáticas utilizadas por Rusia y China buscan que en Siria no se repita el mismo esquema que en Libia: una resolución que permita bombardeos masivos que abran la puerta para derrocar al gobierno legítimo. 

Principalmente Moscú se viene pronunciando contra una medida de este tipo. En la última reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, realizada el último martes, el gobierno ruso reiteró que bloqueará cualquier resolución que permita la intervención militar, aunque Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña mantienen las presiones que apuntan hacia ese lugar. Rusia también presentó un nuevo borrador de resolución donde se llama al diálogo entre los diferentes sectores sirios y a una salida pacífica al conflicto interno, pero todavía no existe una definición clara sobre los pasos que seguirán los miembros del Consejo de Seguridad. 

Sanciones e injerencia 

A las sanciones contra Siria dictadas por Estados Unidos, bajo el argumento de que el gobierno de Damasco viola los derechos humanos, se suman las que el próximo lunes podría tomar la Unión Europea (UE). 

Según las agencias de noticias internacionales, las medidas punitivas previstas involucran a 22 particulares y ocho empresas, a los que se les congelará sus haberes y se les negará la visa hacia el viejo continente. 

Desde que comenzó la crisis en la nación árabe, la UE dictó once paquetes de sanciones contra el Estado sirio, que afectan a 120 personas y empresas, entre ellas petroleras y medios de comunicación. 

Mientras tanto, el emir de Qatar, Hamad Ben Jalifa Al Thani, declaró que la monarquía que dirige está a favor al envío de tropas árabes a Siria. 

Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, confirmó que la Casa Blanca busca nuevas vías para incrementar la presión contra la nación árabe. 

Luego de una reunión con el rey Abdullah de Jordania, el mandatario señaló que su administración tiene el objetivo de crear "el tipo de presión y ambiente internacional que haga que el actual régimen sirio se eche a un lado". 

Espectativas para el sábado

 Luego de varias semanas de trabajo, la misión de observadores internacionales terminaron el jueves sus labores en Siria, después de recorrer 16 regiones del país. 

El próximo sábado se espera que el jefe del grupo de veedores, el general sudanés Mohammad Al Dabi, entregue a la Liga Árabe (LA) un informe completo sobre lo sucedido durante la estadía en la nación. 

El secretario adjunto del organismo panárabe, Adnan Al Khoudhir, confirmó que el único tema de debate en el bloque será el informe y aclaró que la posibilidad de enviar tropas extranjeras a Siria no será tema de discusión. 

El funcionario de la LA afirmó que fuer realizada la excarcelación de detenidos decretada por el presidente Al Assad y que los periodistas extranjeros que se encuentran en el país son protegidos por las autoridades. 

Morir en Siria 

Desde que comenzaron las protestas en Siria en marzo pasado, el espiral de violencia se ha acrecentado, aunque las informaciones suministradas por las grandes cadenas dejan a un lado las muertes que no les convienen. 

Una de esas noticias que tuvieron poca repercusión en los grandes medios fue dada el pasado 5 de enero. Ese día, el gobierno de Al Assad comunicó a la ONU que las acciones de los grupos opositores armados dejó como saldo más de tres mil civiles, soldados y policías muertos. 

El informe confeccionado por Damasco fue enviado al Consejo de Seguridad de la ONU, y comprende del 15 de marzo al 19 de diciembre de 2011. 

En el documento se enumeran delitos de asesinato, secuestro, hurtos y robos de vehículos, y fue confeccionado por las cifras obtenidas en hospitales y unidades de policía. 

En los últimos días se conocieron nuevos casos de asesinatos por parte de los grupos irregulares, tales como el ocurrido en la ciudad de Hama, donde fueron ultimados un general de brigada y dos agentes de las fuerzas de seguridad. 

También en la localidad de Dareya individuos armados abrieron fuego y asesinaron al ex alcalde Hassan Bouchnak, que se encontraba en su casa. 

Por su parte, el ministro sirio de Electricidad, Imad Khamis, reveló que los costos por los daños materiales directos ocasionados por los sabotajes contra la red energética del país ascienden a unos 13 millones de dólares. 

El funcionario precisó que el volumen de pérdida por los daños colaterales e indirectos para la economía nacional se eleva a 418 millones 182 mil dólares. 

Estas pérdidas no incluyen las provocadas por los atentados con explosivos a gasoductos y oleoductos que abastecen a termoeléctricas ni contra conductoras de diésel, camiones cisternas o trenes de carga. 

Hasta el momento, ni Barack Obama ni Ban Ki-moon ni los líderes europeos se han pronunciado sobre estos hechos y denuncias.

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Fuente: Resumen Latinoamericano