Otro escándalo de la Residencia de Estudiantes en la Feria del libro 2011 PDF Imprimir E-mail
Cultura - Cultura
Escrito por Sofía Abellán / UCR   
Jueves, 27 de Octubre de 2011 00:00

Residencia de Estudiantes El centenario de la Residencia de Estudiantes ha venido lleno de torpezas, quejas y denuncias desde todos los medios, y al llegar la Feria del Libro de Madrid han traído otro escándalo de sainete, aunque esta gente ya no da ni risa.

Entre todas las extravagancias que deja la Feria del Libro de Madrid todos los años, este verano me encontré con dos refritos y tres perifollos de la Residencia.

 

La centenaria Residencia de Estudiantes se presentó este año a la Feria del Libro con sus 101 años y cinco libros en la saca esperando dar el campanazo, pero ni modo. Cinco libros, cinco, prometía el anuncio. Gran repóker presentaban los próceres ante el gentío del Retiro en Madrid, durante el evento editorial más importante del año.

Empecemos por decir que uno de los libros resultó una revista, un número del año pasado del Boletín de la Institución Libre de Enseñanza, muy gordote pero con poca chicha. El segundo era un tomito con una obra de teatro de José Ramón Fernández llamada La comedia científica. Un librito de encargo, de una obra que se anunció en un teatro de Madrid como gran asunto, y ha acabado corneada en los teatrillos de pueblo, con banderillas de críticos locales que no encuentran gracia ni enjundia a un autor manejado por el indescriptible García Velasco, y unos personajes con poca carne.

Nos quedan después tres libros gordotes sobre la Residencia, pero que se desinflan rápido. Dos refritos y un farol. Los dos primeros son ya mayores de edad, aunque se presenten como novedad. Veinte años después, el de Isabel Pérez la Villanueva tiene el mismo tufo falangista que ella, y para leerle de corrido se digieren mejor las guías telefónicas. El de Margarita Sáenz de la Calzada sabe más bien a misa y comunión del Opus Dei. Se ve muy valiente retomar un libro de hace cuarenta años y presentarlo como nuevo por haberle rellenado con unas batallitas sobre los amigos de su padre. A las dos las deben haber dado una buena plata para ponerlas en este apuro.

El tercero ni siquiera sabemos de qué trata, porque más que libro es una caja sin asas. El autor es Alvaro Ribagorda, o eso dicen porque el libro por no ser ni es. Vamos que lo presentan pero no hay libro que presentar según dicen en la caseta. El autor les dio plantón en la presentación, y cuando le llamamos se negó a hacer declaraciones. Fuentes de la Residencia nos cuentan confidencialmente que la directora de la Residencia y el prohombre del centenario han tenido que hacer malabares para convencer a Ribagorda de que hiciese ese libro porque había mucho que tapar. Pero al final ni hay libro, ni terna, ni repóker, ni centenario que lo fundó.

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Sofía Abellán es escritora