No tiene nada que ver con Diógenes, pero siempre me ha gustado pescar en la basura. La comarca en la que vivo (Uribe Kosta, Euskadi)  mezcla varias clases sociales en un espacio geográfico reducido. Entre las residencias de la alta burguesía y los pisos patera no median ni quinientos metros. Algunos nadamos en la abundancia, los más renqueamos y otros entramos de lleno en la pobreza, pero todos tiramos “cosas” a la basura.

La mesa sobre la que trabajo, la silla donde me siento, la mesilla del despertador, La Odisea de Homero, dos tablas de surf, las Oeuvres Complètes de Jacques Delille (en francés y editado en 1817), una jarra de barro, una pelliza, una caja sin abrir de bolis Bic de punta fina, una camiseta de los Rolling, un frasco de Chachel nº 5, un flexo de mesa, el Dictionarie de la fable de Fr. Noel (en francés y editado en 1822), un atlas de 1885, un tambor de hojalata, un par de butacas de orejera, etc.

Mi último tesoro encontrado en los vertederos es una caja de zapatos con casi un centenar de viejas fotografías originales de la monarquía española; María Cristina de Habsburgo-Lorena posa con sus hijos; Alfonso XIII visita San Sebastián con su familia; Victoria Eugenia de Battenberg con sus hijos Alfonso y Jaime; Juan de Borbón se casa en Roma; Juan Carlos I aún es un mocoso vestido de militronchi y con cincha de cuero sobre el pecho.

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Pinche en las fotos para ampliar.

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¿Y por qué alguien puede tirar a la basura casi un siglo de historia gráfica? ¿Tal vez porque tiene que ver con la monarquía? ¿Confundió las fotografías con recortes de la prensa rosa o ni siquiera miró lo que contenía aquella caja? ¿En qué desván ha dormido la monarquía todos estos años? Columpiada en las dictaduras de Primo de Rivera y Francisco Franco y buscando aún su lugar en la democracia, la monarquía española necesita una urgente actualización, porque las fotografías que encontré en el contenedor azul tienen el valor de los bonos basura.

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Fuente: Sigueleyendo