Convencer de que la constitución de 1978 es una mala ley. Derogarla u obedecerla hasta consecuencias catastróficas Imprimir E-mail
III República - III República
Escrito por César Alfonso Viñas / UCR   
Sábado, 28 de Julio de 2012 00:00

A por la III República(Artículo inspirado tras la lectura de la obra Educación para la ciudadanía, democracia, capitalismo y Estado de Bienestar, 2007, AKAL).

La idea de una democracia constitucional y de un régimen parlamentario se basa, según Sócrates, en poder aspirar a un marco constitucional en que las malas leyes puedan ser corregidas legalmente. En el caso de la Constitución de 1.978 tenemos un marco legal que no permite refundar el Estado y caminar desde una monarquía corrupta hacia una República.

En la Ley no pueden entrar ni reyes ni dioses. En España Juan Carlos I de Borbón está por encima de la Ley; por otro lado la Constitución del 78 no recoge el principio del laicismo donde Iglesia y Estado deben quedar separados.

La Constitución del 78, por tanto, es una mala Ley. La Constitución del 78 tiene su origen en el reciclaje del fascismo español para incorporase a la cadena imperialista de la Unión Europea como títeres del imperialismo Franco-Alemán; la Constitución del 78 hunde sus raíces en el golpe de Estado fascista a la República y a la Constitución de 1.931; la Constitución del 78 se salta a la torera las elecciones legales de 1.936 donde el pueblo votó al Frente Popular; la Constitución del 78 hunde sus raíces en un gobierno ilegal que era el de Franco; la Constitución del 78 pasa como una apisonadora por encima de las miles de personas asesinadas por el franquismo y represaliadas que trabajaron como esclavos construyendo obras como el Valle de los Caídos.

¿Cuándo Cayo Lara, Llamazares, Anasagasti,... van a convencer al resto de los parlamentarios en las Cortes de la maldad esta Ley para poder así derogarla? A las leyes se les persuade para que cambien o se les obedece. Y obedecer una Ley que tiene su origen en el pacto de silencio, en la traición y la estafa al pueblo puede servir a la derecha de este país pero no es posible ni bueno desde un punto de vista moral para los que alardean en el Parlamento y en las manifestaciones de trabajadores y ciudadanos de representar a la izquierda anticapitalista.

Estamos ante la dictadura del capital, quizás no tengamos una mala Ley sino ausencia de Ley. No existe un marco legal para corregir legalmente las malas leyes. Entonces debemos pasar al proceso revolucionario de derogar la Ley y construir la República.

Según el libro "Educación para la ciudadanía, democracia, capitalismo y Estado de Derecho" siguiendo la vía parlamentaria, obedeciendo las leyes, persuadiendo, convenciendo, triunfando electoralmente, tras haber obedecido la ley y convenciendo, la izquierda anticapitalista puede emprender la tarea de corregir las malas leyes como es el caso de la República Bolivariana de Venezuela. Pero para ello es necesario un Frente Popular por la III República hacia el Socialismo uniendo todas las fuerzas de izquierda. Dicen que la bandera tricolor divide, pero no es así, pues con este bloque fuerte de izquierdas la gente, el pueblo, sabría bien lo que se iba a votar; pero en el caso de crear revoluciones de colores y acampadas en el Congreso dirigidos por el Tea Party español, los anarco-capitalistas y por la Falange esto creará un clima de confusión en la que los republicanos, antifascistas y anticapitalistas no vamos a participar. Si los partidos de izquierda que están en el Parlamento participan, esto sí que será dividir a la izquierda.

Puede que el marco legal para corregir las malas leyes no exista, pese a las apariencias jamás haya existido con la Transición. Una Constitución debe permitir que la República se refunde las veces que haga falta; debe abrir a las generaciones futuras la posibilidad de poder refundar el Estado, la República.

Las corporaciones económicas han cesado al Parlamento cada vez que este ha decidido algo que no les convenía. Es el caso de España en 1.936.

El liberalismo económico se ha pretendido exportar a los países de la periferia mientras que las metrópolis se protegen hábilmente de los efectos negativos de la economía de mercado libre. Los países occidentales abandonaron este disparate de mercado autorregulado.

Los países poderosos adoptaron proteccionismo de urgencia para sobrevivir como Estados.

Así mientras los tontos del PP siguen a rajatabla los dictados del mercado libre con la Reforma Laboral y los recortes al pueblo, Alemania tiene leyes y fuertes sindicatos que protegen el Estado del descalabro que supondría acatar ciegamente los dictados del capitalismo.

Según Karl Polanyi el proyecto liberal de un mercado autorregulador donde tierra, trabajo y mercado son mercancías era una utopía insensata de las oligarquías (que ellas mismas solo aplican a las "colonias").

La aniquilación de las instituciones sociales y políticas y sustituirlas por el mercado libre como la nueva Reforma Laboral del PP es un suicidio, es la desintegración de la sociedad española. Es la desaparición de la humanidad necesaria para la vida social. La aniquilación de las instituciones que proponen por Facebook y que muchos comparten en su muro es una muerte segura para la sociedad española:

"La culpa es de los sindicatos, hay que eliminarlos"; "vamos a eliminar el Senado"; la culpa es de la casta política"; "los políticos no nos representan"; "esta democracia no nos sirve; "quitemos las subvenciones a partidos y sindicatos",... El fascismo con mensajes atrayentes sobre la población actúa como un martillo demoledor para la democracia.

Unámonos en un partido obrero fuerte, republicano, anticapitalista con el fin construir la República y crear un marco constitucional nuevo que nos permita cambiar las estructuras económicas del país como nacionalizar la Banca, como subir los impuestos a las grandes fortunas, nacionalizar las empresas más fuertes,... ¿De verdad pensáis que eliminando el Senado se soluciona el problema de la crisis o sería una merma para el avance de la Democracia? ¿Por qué no traemos una República con un marco Legal democrático y anticapitalista para que la clase política trabaje por los intereses del pueblo y para que los sindicatos sean fuertes y combativos contra el capitalismo?


BIBLIOGRAFÍA:

Carlos Fernández Liria, Pedro Fernández Liria y Luis Alegre Zahonero (2007): Educación para la Ciudadanía, Democracia, Capitalismo y Estado de Derecho Ediciones Akal, S. A.

Karl Polanyi, The Great Transformation[1] (1944) -traducción española: La gran transformación, Madrid, La Piqueta, 1989. ISBN 84-7731-047-5.