¿A por los adolescentes cubanos?. Imprimir
Imperio - Latinoamérica
Escrito por Ramón Pedregal Casanova/ UCR   
Martes, 01 de Noviembre de 2016 06:03

“Soy lo que me enseñó mi padre / El que no quiere a su patria, no quiere a su madre / Soy América Latina, / Un pueblo sin piernas, pero que camina / Tú no puedes comprar el viento / Tú no puedes comprar el sol / Tú no puedes comprar las nubes / Tú no puedes comprar los colores / Tú no puedes comprar mi alegría / Tú no puedes comprar mis dolores.”  Latinoamérica. Calle 13.

Cuando el USAID, brazo de la CIA, se desdobla en otros tantos tentáculos como el dedicado a emplear el lenguaje en su propia representación propagandística, tras sus seudoargumentos para los adolescentes cubanos está ocultando la seudorealización personal, pues el lenguaje del imperio para atraerse a cada sujeto adolescente significa para él la desconexión de su grupo. El objetivo del imperio, en esa tarea de infiltración significa a la larga la siembra y fortalecimiento de su statu quo, el statu quo del régimen estadounidense, para Cuba es la amenaza de volver a ser neocolonia. Por otra parte un régimen como el estadounidense, que no busca el entendimiento, sino que agrede y permanentemente se aisla del mundo, presiona e impone sus condiciones a gobiernos, sino combate contra el mundo, tan sólo hace pensar que va acumulando contradicciones que le están haciendo decaer, y el sobrepeso de éstas se le hará insoportable.

Hace más de 15 años los programas del USAID-CIA en Cuba tenían, entre otros objetivos la captación de niños y adolescentes de 12 a 18 años. Esos enemigos mundiales de la paz y la justicia en igualdad querían poner sus ojos imnotizadores y sus palabras seductoras en los niños y jóvenes de la isla, les ofrecían cristalitos a cambio de que éstos les entregasen oro, les ofrecían caramelos para luego abrirse la gabardina y enseñarles a perder la vergüenza de vender a su país, de traicionar a su pueblo, a los suyos, bajo la escusa de la “libertad” vanalizada por el imperio. La “libertad” de la clase dirigente del régimen estadounidense tiene la meta conocida desde 1960, desde ese año esa clase viene violentando a Cuba con el bloqueo para que el pueblo eche sus rodillas a tierra y baje la cabeza. Ahora USAID-CIA invierte otro montón de millones de dólares en su intento de llevarse a los jóvenes.

Ya hace años a los grupos de mercenarios que pagaba dentro de la isla los llegó a nombrar “Socios de la Sección de Intereses de EEUU”; ¿se puede ser más provocador y obsceno?. Sus espías buscaban entre los negros, mulatos, huérfanos, discapacitados, hijos únicos, … y así lo escribían en su proyecto injerencista. Después han puesto en marcha numerosos proyectos de igual intención: al programa para captar músicos de hip-hop sumaron el denominado “zunzuneo”, y otros similares.

Ellos, el 1% de EEUU, el grupo de separados del pueblo al que dominan, ellos, clasistas, racistas, militaristas que invaden y guerrean al mundo, y a Cuba, que pisan Guantánamo, quienes incumplen la Carta de Derechos Humanos de la ONU, quieren, como en el cuento de Pinocho, engañar primero a los jóvenes y esclavizarlos después. El régimen que sigue un programa de invasiones, cambio de fronteras y gobiernos por todo el mundo, a la vez que tiene la población carcelaria más grande del mundo, mientras somete a la pobreza y la inseguridad alimentaria a más de 50 millones de personas en su territorio, o recrea como espectáculo unas elecciones en las que sólo votan entre el 30 y el 40% de su población, ese régimen que es tan decadente que cumple 18 de los 61 medidas interrelacionadas y universales, 61 medidas formadoras de los Derechos Humanos, ¿puede creersele cuando dice querer lo mejor para los jóvenes en general y los de Cuba en particular?.

El poeta Pablo Neruda en su poema “Antígua historia”, perteneciente a su libro “Canción de gesta”, escribió: “... cuando llegó del Norte una semilla / amenazante, codiciosa, injusta / que como araña preparó sus hilos / y extendió una metálica estructura / que hundió clavos sangrientos en la tierra / y alzó sobre los muertos una cúpula./ Era el dólar de dientes amarillos, / comandante de sangre y sepultura.”

Los adolescentes cubanos ¿conocen las siguientes palabras que C. L. R. James dejó en su gran obra “Los jacobinos negros. Toussaint L´Ouverture y la Revolución de Haití”: “Vais a luchar contra hombres que no tienen ni fe, ni ley, ni religión. Os prometen libertad, no persiguen más que esclavizaros?. ¿Por qué han atravesado tantos barcos el océano sino para volver a colgaros las cadenas?.”

El imperio siempre busca cómo consolidarse, y proyecta su intento sobre el espacio que considera más favorable o más fácil para imponer sus intereses, y ha calculado, no con los dedos, no de manera imbecil, que el flanco débil en Cuba pueden ser la juventud. ¿Pero son desafectos los y las jóvenes con la independencia y la soberanía de su patria?. De esa patria habla, canta, Calle 13 en su poema “Latinoamérica”. ¿Prefieren esos jóvenes la simbología del statu quo del imperio y su ocupación territorial de una parte de Cuba, Guantánamo, a los símbolos de los Derechos Humanos para todos, la paz, la solidaridad y la justicia sociales?.

Frente a esos mandatarios que presupuestan y, con la mayor arrogancia y cinismo, anuncian con presupuestariamente que buscan una ventana para romper y meterse en tu casa y robartela, sólo queda asegurar el marco y el cristal inocente, y mentalizar, preparar de manera concienzuda a los tuyos. Y como nos referimos a modelos de comportamiento social y a sociedades, los jóvenes de Cuba deben capacitarse para el conocimiento de lo que hay detrás de las palabras imnotizadoras y complacientes (yo internalizo lo que dice y luego hago una proyección, interpreto a la luz de la conciencia, fruto de la experiencia histórica, ¿por qué?: porque si digese todo, absolutamente todo, no habría nada que suponer). Detrás de sus palabras, de ellos, se encuentra el universo de su forma llana de vida: las atribuciones que se da, a él mismo, el grupo imperial, para apropiarse de los bienes del pueblo al que oprime, y llevar la guerra al resto, porque su modelo productivo es acumulativo por apropiación de los bienes de otros pueblos.

En las palabras de Cuba están los derechos y los hechos de quien ama a su pueblo y respeta a los demás, el socialismo, lo contrario al imperio. Un ejemplo para la generación cubana que empieza el futuro: Alberto Díaz Gutiérrez, Korda, es el autor de una de las fotografías más famosas de Che Guevara, se la hizo en 1960. Cuando supo que los propietarios del vodka Smirnoff la utilizaban para anunciar su bebedizo, declaró: “Es una ofensa al nombre y memoria del Che, un hombre que jamás probó una gota de alcohol”, y los llevó a juicio, así como a la publicitaria Lowe Lintas y la fotográfica Rex Features por la venta de la imágen del héroe cubano en multitud de objetos. Era el año 2000. Korda declaró que era “un pleito contra las fuerzas capitalistas”; a las puertas del juzgado londinense los abusadores cedieron y acordaron pagar una gran cantidad de dólares, que Alberto Díaz Gutiérrez, Korda, entregó al gobierno cubano para que comprase medicamentos para sus compatriotas. ¿Capitalismo, o, Socialismo?.

  

Ramón Pedregal Casanova es autor de “Gaza 51 días”, “Dietario de crisis”, “Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios”, es presidente de la Asociación Europea de Cooperación Internacional y Estudios Sociales AMANE.