Me sorprendió RNE con una entrevista a Julio Anguita. Creía que el otrora líder comunista estaba casi desaparecido, al menos de la vida política, y de pronto aparece con voz y voto para contarnos algo repleto de "Programa, programa, programa" y adornado de argumentario. El cordobés vuelve a salir a la palestra pública harto, indignado, enfadado, cabreado hasta límites insoportables ante la degeneración del sistema político español. Argumenta su reclamo en que "somos mayoría", y es cierto: "Somos mayoría quienes presenciamos con asombro y escándalo que la corrupción se ha transformado en el hábitat cotidiano de nuestra existencia", dice entre otras cosas. Ha elaborado un manifiesto a través del colectivo Prometeo, que pretende sirva de referente para suscitar algo.

Analicen y lean, lo tienen en Google: lo pueden leer o ver en Youtube. Y al margen de lo que a muchos les suscite la trayectoria de este hombre, yo me agarro al sentido común de lo que expresa: argumentos, fórmulas, programas. No me parece mal que se geste un movimiento para acabar con la grosera violencia de (casi) todos los políticos. La escandalosa rapiña de los bancos, la insultante dejadez de la Justicia, la inmoral aristocracia de la Iglesia. Si yo viese un partido capaz de eliminar todas estas maulas, me sumaría a él. Para evitar que estos desalmados inútiles acaben con la Democracia. Podemos. Porque somos mayoría. Somos muchos, y los votos sirven. Somos muchísimos y juntos derrumbamos muros. No me resigno. Somos mayoría.

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Fuente: El periódico de Aragón