José Miguel Sebastián es abogado, miembro de Europa Laica y del movimiento ciudadano ATTAC,  el pasado jueves, pronunció  en avilés, en el Palacio de Valdecarzana una conferencia sobre Manuel Azaña y aprovechamos para entrevistarlo.

-¿Los viejos principios republicanos están hoy en la calle?

-Creo que aunque sean viejos, porque vienen del mundo clásico, siguen siendo de muchísima actualidad. Hoy están cuestionados los grandes poderes privados y más vigentes que nunca los principios republicanos.

-¿Azaña habría sido político en estos tiempos?

-Azaña asumió el compromiso político activo muy tarde, con cierta edad y con motivo de la dictadura de Primo de Rivera. Creo que su alto sentido del compromiso cívico habría llevado a tener esa participación activa en política también hoy.

-¿Y qué tipo de político sería?

-Como el que era en sus tiempos, un humanista con una formación cultural e intelectual muy grande. Anteponía la ilusión de ciudadanía y el concepto de ciudadanía a través de la formación. Sería lo más alejado de un tecnócrata.

-¿Y qué cree que le diría a esos jóvenes que se echaron a la calle con el movimiento 15-M y a los seguidores de la "primavera valenciana"?

-Azaña era un defensor de la democracia representativa, no de la directa o asamblearia. Buscaba la participación de la ciudadanía y en ese sentido hoy vemos que ésta, o parte de ésta, está concienciada de lo que está pasando a su alrededor. Él tomaría parte y partido.

-Vamos, que estaría encantado.

-Visto que lo que pretendía era eso, me imagino que todo lo que suponga avance en la participación de la ciudadanía lo vería con simpatía.

-¿Ha llegado el momento de la Tercera República?

-Para los republicanos sí, pero en todo caso eso es algo que depende de la voluntad mayoritaria de los ciudadanos. Los republicanos somos demócratas y por tanto la república sólo llegará cuando así lo considere la mayoría de la ciudadanía. Para eso primero tienen que prender en la sociedad los principios republicanos, que por el momento no lo están. También es necesaria conciencia política, mayor participación, crear instrumentos para que la ciudadanía pueda participar más activamente en la vida pública, y no sólo ejerciendo el derecho al voto cada cuatro años. No nos preocupa tanto que la república llegue pasado mañana como que los principios y valores vayan teniendo mayor calado en la sociedad.

-¿La monarquía se lo está poniendo fácil?

-El «caso Urdangarín» no nos quita el sueño. Es un elemento indicativo y ejemplificador de la crisis de la institución monárquica. La monarquía ha tenido su papel en la transición y en los años posteriores pero está dando muestra de estar en crisis.

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Fuente: La Nueva España