Terror policial Imprimir
Derechos y Libertades - Derechos Humanos
Escrito por Martu Garrote   
Martes, 25 de Diciembre de 2012 00:00

Alfon LibertadHubo un tiempo, cuando Alberto Ruiz Gallardón era el Presidente de la Comunidad de Madrid, que por razones del trabajo de mi madre, era invitada a celebrar el 2 de mayo en la Real Casa de Correos, sede del Gobierno Regional y yo la acompañaba, más que nada porque los canapés eran memorables y yo sigo a rajatabla aquel refrán de muera Marta, muerta harta…

 

Bromas a parte, recuerdo que uno de los días, cuando iba al servicio, me encontré con un señor bastante mayor inmóvil en lo alto de la escalera que conduce al sótano. Me acerqué a él pensando que igual tenía dificultad para bajar por si solo y le ofrecí mi ayuda, pero me quedé helada cuando con los ojos empañados por las lágrimas me contó que no se atrevía a descender por aquellos peldaños porque él había estado allí abajo, detenido, cuando era la sede de la Dirección General de Seguridad del Estado, dependiente del Ministerio de Gobernación.

Las rejas no callaránJusto en el sótano, donde hoy están los servicios del suntuoso Palacio, estaban los calabozos donde aquellos sospechosos de ser rojos, homosexuales, contrarios al régimen o cualquier otra “conducta inapropiada para la dictadura franquista”, eran llevados, torturados y retenidos ilegalmente durante el tiempo que sus captores consideraran necesario, sin ningún respeto para sus derechos, ni humanos, ni legales.

Y allí estaba aquel anciano, con los ojos enturbiados por los recuerdos de un pasado atroz de nuestra peor España, 40 años de dictadura, de brutalidad del régimen, de terror policial, 40 años que muchos creíamos haber dejado atrás, que otros, los más jóvenes, ni siquiera conocen ni de oídas, 40 años que para él todavía revivían en sus carnes antiguos dolores y sufrimientos, un miedo profundo y antiguo.

Hoy, un joven madrileño, Alfón, lleva un mes detenido y encarcelado preventivamente, incomunicado, aislado y tratado como un terrorista o un narcotraficante por haberse manifestado en contra de los recortes del Partido Popular de Mariano Rajoy, por haberse burlado del paradero desconocido del marido de la Delegada del Gobierno en Madrid, la popular, Cristina Cifuentes.

Hoy, en España, cada día leemos noticias sobre proyectos del Gobierno de derechas que nos toca sufrir a los españolitos de a pie, que hablan sobre sus intenciones de limitar los derechos constitucionales de reunión, manifestación y hasta de huelga. Hablan de prohibir grabar a la prensa las actuaciones policiales durante las manifestaciones, de endurecer las penas para aquellos que ejerzan su libertad de protestar contra las injustas medidas antisociales que aprueban semana si, semana no.

Pretende el ala dura del PP, aquella que vivía con el dictador Francisco Franco tiempos de “extraordinaria placidez”, atemorizar a los ciudadanos, hacerles creer que cualquiera puede ser detenido y mantenido preso sin juicio, ni sentencia, solo por las acusaciones de la policía. Pretende la derecha más rancia de Europa, amedrentar a los que hoy levantan la voz contra la injusticia como en tiempos de aquel hombre aterrorizado al pie de una escalera.

Es un deber moral y político de la izquierda, de toda la izquierda, del Psoe y de Iu, dar un puñetazo en la mesa y con la Constitución en la mano, luchar por defender la legalidad vigente, las libertades individuales y colectivas, los derechos de todos, porque de otra forma, seremos cómplices de la vuelta de aquellos tiempos de terror policial.

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Fuente: MartuBlog