El ‘procés’ se desvanece Imprimir
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por Carles Castro   
Jueves, 24 de Diciembre de 2020 11:17

Solo uno de cada diez catalanes cree que el proyecto soberanista llevará a la independencia. El 65% de la ciudadanía teme que el intento de separarse de España genere en Catalunya un conflicto de convivencia.

La república catalana es, según se mire, un hermoso sueño o una terrible pesadilla para muchos ciudadanos de Catalunya. En el momento álgido del proceso soberanista las posiciones parecían repartidas al 50%, con una leve ventaja de los partidarios de seguir en España. Pero casi una década después de la eclosión soberanista, el sueño se desvanece y ya solo un 8% de los ciudadanos confía en que la independencia se materialice a corto plazo, según el sondeo 2020 del Institut de Ciències Polítiques i Socials (ICPS). La propia preferencia por la secesión como el modelo territorial más idóneo para Catalunya ha caído diez puntos desde el 2014 (del 45% al 35%), según el Centre d’Estudis d’Opinió (CEO).

La experiencia reciente parece haber reducido el perímetro del independentismo. Al menos en el plano de lo real. Virtualmente, más del 40% de los catalanes (tanto según el CEO como el ICPS) votarían a favor de la independencia en una hipotética consulta. Pero ese porcentaje cae cuando se pregunta a los ciudadanos si prefieren que Catalunya sea un Estado independiente o continúe formando parte de España.

Un 90% del electorado independentista (que apoyó a Junts, Esquerra o la CUP en el 2017) votaría afirmativamente en un imaginario referéndum de autodeterminación. Pero ese porcentaje desciende al 80% cuando se pregunta a esos mismos votantes si lo que prefieren es que Catalunya sea un Estado independiente. Y la tasa de respaldo a la independencia cae aun más –incluso por debajo del 70%– cuando lo que se plantea a estos electores es “cómo les gustaría que acabase el proceso soberanista”. Uno de cada cuatro elegiría un acuerdo con el Estado que ampliase el autogobierno de Catalunya. Ahora bien, cuando se entra en el terreno de la crudísima realidad, los porcentajes se reducen aún más. A la pregunta de “cómo cree que acabará el proceso soberanista”, solo el 25% de los votantes de JxCat y la CUP, y el 13% de los de Esquerra, se muestran convencidos de que al final del camino aguarda la independencia. Por el contrario, cerca del 40% de los seguidores de Puigdemont y casi el 50% de los de Junqueras esperan algún tipo de acuerdo que amplíe el autogobierno catalán. Y, atención, uno de cada cinco prevé incluso el abandono del procés.

La realidad, sin embargo, es más amplia y refleja además la profunda división que el proyecto soberanista provoca en la sociedad catalana. Según el CEO, la independencia enfrentaría al 45%, a favor, con el 50%, en contra. Y según el ICPS, los partidarios caerían al 41% mientras que los contrarios se dividirían entre quienes emitirían un voto negativo en un referéndum (el 32%) y quienes no reconocerían la legitimidad de una consulta sobre ese tema y se abstendrían (el 22%). Es decir, la desafección hacia la independencia alcanza al 55% de catalanes.

La polarización de Catalunya en dos bloques irreconciliables se observa también en otro dato: frente a un 80% de votantes soberanistas partidarios de un Estado independiente, el 95% de los electores de Ciudadanos, PSC o PP, y el 65% de los comunes, se alinean a favor de seguir dentro de España. De ahí que dos tercios de los catalanes admitan su preocupación ante la posibilidad de que el debate independentista provoque problemas de convivencia en Catalunya. Este conjunto de indicadores sugieren que el procés ha entrado en una vía muerta como fue concebido inicialmente, y sus promotores deben enfrentarse a aterrizar en la realidad. Otra cosa es que eso sea posible a las puertas de una campaña electoral muy reñida, sobre todo en el independentismo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

FUENTE: La Vanguardia