Pepe Noja, autor de la placa y la escultura a Largo Caballero: "Están cometiendo una barbarie sin saber de Historia" Imprimir
Nuestra Memoria - La Segunda República
Escrito por Alejandro Torrús   
Jueves, 22 de Octubre de 2020 10:43

Entrevista con el artista y escultor Pepe Noja, autor de la escultura a Largo Caballero instalada en Nuevos Ministerios y de la placa que fue retirada por el Ayuntamiento de Madrid en la casa donde había vivido el histórico líder del PSOE y presidente del Consejo de Ministros de la II República

Un reportaje de la revista Villa de Madrid, publicado en 1981, muestra bajo el titular Madrid recupera la cultura universal cómo la llegada de la democracia (y de Tierno Galván al consistorio madrileño) había supuesto también la recuperación de un patrimonio cultural "conciliador" que restituía "la memoria colectiva". Así, el reportaje detalla la instalación de una estatua dedicada al escritor Pío Baroja en Cuesta Moyano; la placa al torero Vicente Pastor, "el mejor torero que ha tenido Madrid"; o las dedicadas a Ortega y Gasset y Manuel Azaña. En esta misma lista se incluye, entre otras, la placa que fue instalada en la plaza Chamberí para rendir homenaje al exministro y expresidente del Consejo de Ministros de la II República Largo Caballero, al que la revista define como "un concejal" y "vecino" con aportaciones más que significativas ya que "la historia de esta ciudad y de sus trabajadores no se pueden entender cabalmente sin la aportación de esta persona olvidada por criterios estrictamente ideológicos".

La mencionada placa era instalada ese mismo año 1981 como parte de la recuperación de la citada como memoria colectiva. 39 años después de su instalación, el Ayuntamiento de Madrid gobernado por Martínez-Almeida, a petición de Vox y sumando los votos de PP y Ciudadanos, decidió retirarla, parafraseando a la citada revista, por "criterios estrictamente ideológicos". El autor de esa placa, y también de la escultura de Largo Caballero que en 1985 se instalaría en Nuevos Ministerios, es el mismo artista. Su nombre es Pepe Noja y, aunque hoy día su nombre ya no sea tan conocido, su obra está diseminada por toda la geografía estatal. Entre otros, la firma de Noja está detrás del Monumento a la Paz Mundial de Nueva York, el Monumento al Parlamento de Europa en Estrasburgo o el primer Monumento a la Constitución Española situado en Vitoria.

Noja atiende a Público tras el acto de homenaje a Largo Caballero que se celebró este viernes junto a su escultura en Nuevos Ministerios. Acudieron al mismo dos ministros socialistas (Teresa Ribera y José Luís Ábalos) y uno de Unidas Podemos (Yolanda Díaz). Su salud ya no es tan fuerte como la de antaño, pero sigue sintiendo el deseo y la necesidad de defender el legado de Largo Caballero y, especialmente, de defender y poner en alza los valores democráticos que hay detrás de su trabajo. La entrevista se lleva a cabo, precisamente, a escasos metros del pequeño monumento que honra la memoria a los miles de españoles que sufrieron los campos nazis. Uno de ellos fue Largo Caballero.

¿Cómo definiría usted a Largo Caballero?

Para mí Largo Caballero fue un gran pensador, con unas ideas muy claras. Era una persona, además, que tenía un concepto de España muy claro. Considero que fue un demócrata que luchó por las libertades en una España muy complicada. Y por ello sufrió una Guerra Civil criminal y acabó en un campo de concentración nazi.


¿Qué sintió cuando vio las imágenes de dos operarios retirando la placa homenaje a Largo Caballero que usted había diseñado ?

Creo que la palabra es pena. Sentí mucha pena. Pensé que qué pasaría si sentamos a esta gente que ha tomado esta decisión y nos ponemos a hablar de Historia... ¿Saben lo que están haciendo? Creo que no. Que están cometiendo una barbarie sin saber nada de Historia y sin saber lo que representan la placa, el propio Largo Caballero o las esculturas y placas que quieren retirar.


¿Hay una exaltación de la ignorancia detrás de la decisión de retirar estas placas, calles y señalar a las esculturas de Prieto y Largo Caballero?

Esa es la batalla más importante de todas las que tenemos que librar. Sin duda. La batalla contra la ignorancia.

¿Hay algo que le llamara especialmente la atención?

Sí, claro. Me llama la atención la imagen del operario con un martillo en la mano. Es un obrero y, por lo tanto, pertenece a la clase obrera. La misma clase por la que tanto luchó Largo Caballero. Por eso te digo que me da más pena que otra cosa.


¿Ha decidido tomar medidas contra el Ayuntamiento?

Sí, por supuesto. Nada más conocer la proposición de Vox que fue aprobada, le mandé una carta al alcalde señalando que la retirada de mis obras afectaba a mis derechos de autor, que son irrenunciables e inalienables, según establece la Ley de Propiedad Intelectual. También le advertía de que no dudaría en emprender las acciones judiciales que considere necesarias. Ahora estamos estudiando cuál será nuestro siguiente paso.


Muchas de sus obras tiene por título la palabra 'Solidaridad', otras se llaman 'Abrazo' o hablan de paz... y otras muchas hablan de trabajadores como mineros o zapateros...

Cuando llegas a un sitio y hablas con su gente y convives un tiempo con ellos... ¿Qué escultura vas a hacer? Si en el pueblo son mineros en su mayoría... ¿Qué hago una escultura a las flores amarillas? No, hombre no. Tengo que hacer una escultura a los mineros, a esa gente que se mete en una cueva y se pone a trabajar y no sabe si volverá a salir de la cueva.

Te quiero contar una anécdota. Una vez me pidieron una escultura desde Andalucía y propuse hacer un homenaje a las castañeras. Hice el dibujo y me contestaron que todo bien salvo una cosa. La escultura tenía que ser de un hombre. Y yo le contesté a mi interlocutor si estaba borracho o algo así. No entendía nada. Le dije: ¿Pero usted ha visto a un hombre vendiendo castañas? ¡Si son todo mujeres! Y, finalmente, hicimos un monumento a las castañeras.


Hábleme de la escultura a Largo Caballero que tenemos a apenas unos metros. La cara se aprecia nítidamente, pero el cuerpo es una sucesión de cubos.

Bueno, es una escultura que realicé en una época en la que yo ya había roto con el realismo puro y ya estaba trabajando en un tipo de figura más personal y menos realista, menos fotográfica. Así que decidí dejar sólo las manos y la cara con una forma real. Eso no quise romperlo porque me parecía que era una parte importante para la identificación del personaje. El resto del cuerpo decidí trabajarlo con unas formas más cúbicas.


No sé si me equivoco, pero tengo la sensación de que prácticamente todas sus obras están en la calle, en el espacio público. ¿Es una casualidad o es una decisión propia?

De casualidad no hay nada. En mi juventud cuando querías ver arte tenías que ir al Palacio del Marqués de tal o a la Cada del Duque no sé qué. Y no podía seguir siendo así. La calle es del pueblo, es para el pueblo y la tiene que adornar el pueblo. Ese es el punto número 1. La calle es de todos. El que quiera comprar arte para su casa, que lo compre, todo suyo. Pero el arte que yo hago es para el pueblo, para la gente, para que el pueblo también pueda disfrutar. Eso lo tengo muy claro.

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FUENTE: Diario Público