El día que España pensaba invadir Portugal: Imprimir
Nuestra Memoria - II Guerra Mundial y Nazismo
Escrito por Las Repúblicas   
Jueves, 27 de Febrero de 2020 00:00

El plan militar de 99 páginas que Franco ocultó

Salen a la luz nuevos documentos y detalles que posee la Fundación Francisco Franco, que debería tener el Estado español, donde indica que fue a finales de 1940, mientras se negociaba la entrada de España en la II Guerra Mundial.

España no puede acceder libremente a una documentación que debería tener a su disposición porque aún rigen poderes que administran los temas franquistas. En los archivos de la Fundación Francisco Franco, clasificado bajo el número 2809, puede encontrarse un documento de 99 páginas que describe con todo detalle un plan de invasión al país vecino enmarcado en la entrada en la Segunda Guerra Mundial al lado de Hitler y Mussolini.

El mismo centenar de páginas que manejó Franco entonces y que, como explica el navarro Manuel Ros Agudo, el historiador que accedió a ellas por primera vez y guardó celosamente hasta su muerte. Son datos que comentaba 15 años atras Jesús Palacios que, junto al historiador norteamericano Stanley G. Payne, ha abordado la figura del dictador en una nueva biografía que, a finales de septiembre publicará Espasa.

Un documento clave porque, en opinión de este historiador navarro, autor de ‘La gran tentación‘ (Styria), es una prueba concluyente sobre la voluntad de Franco de entrar en guerra junto al Eje Berlín-Roma, frente a la versión promovida por el franquismo durante las décadas siguientes, según la cual España nunca traicionó su neutralidad ante las tentaciones hitlerianas.

Francisco Franco con el retrato de Adolf Hitler en su mesa.

Como Ros Agudo explica a El Confidencial, sobre la investigación del norteamericano Payne, que se trata de un documento que pasó 67 años escondido, y que otros historiadores han intentado rebajar de importancia tras su hallazgo como un mero ejercicio militar que nunca debía trascender el papel.

El documento cambia a la primera persona de Franco, pues es él quien lo rubricaría: «Ante tal eventualidad, tan dañosa para la seguridad e independencia de nuestra Patria, he decidido: a) Preparar la invasión de Portugal, a fin de ocupar Lisboa, y el resto de la costa portuguesa. b) Llevar a cabo dicho propósito, cuando lo ordene, en virtud de las noticias que suministre el Servicio de Información».

Todo comenzaría con la conocida invasión a Gibraltar, seguida por un ultimátum a Salazar que, en el plazo de uno o dos días, antecedería a una gran operación militar que cambiaría de la noche a la mañana el equilibrio de fuerzas en la península y pondría fin a la presunta neutralidad española.

Fuente: Archivo de la Fundación Francisco Franco (Documento 2803)

«Portugal no tiene derecho a existir»

«Geográficamente hablando, Portugal no tiene derecho a existir», le espetó el cuñado de Franco y Ministro de Exterior Serrano Súñer a Von Ribbentrop en una reunión. La relación de Franco con el Jefe de Estado de Portugal, el Dictador Antonio de Oliveira Salazar, con quien había firmado un Tratado de Amistad y No Agresión de conveniencia en 1939, era de una conveniente cordialidad.

La hipotética invasión era un movimiento estratégico necesario para anticiparse a la previsible reacción inglesa en caso de invasión de Gibraltar, el primer paso en la entrada en la guerra. Una hipotética ocupación española del peñón sería respondida con la entrada inglesa en las Canarias para establecer una base naval en el Atlántico, y en Portugal para recuperar una posición que habría perdido con Gibraltar.

Es muy probable que entre el comienzo de la elaboración del plan y la llegada a manos de Franco a finales de año, las intenciones del dictador respecto a la intervención española hubiesen cambiado diametralmente. En ese tiempo, se había dado cuenta de que su principal pretensión para entrar al lado de la Alemania nazi y la Italia fascista en la contienda, los territorios del norte de Marruecos, Orán y Gibraltar, que conformarían su imperio en África, no iba a poder ser satisfecha por Hitler.

Salazar y Franco. El primero no sabía de las intenciones de Franco.
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