El pasado 10 de octubre de 2014 fue inaugurada una placa en reconocimiento del sufrimiento de los exiliados españoles esclavizados durante la ocupación nazi en la base submarina de Brest, capital del Finisterre en Bretaña. Así mismo, durante la misma jornada fueron realizadas diversas ofrendas y actividades de homenaje a estas víctimas del fascismo, en solidaridad con las de otras nacionalidades que padecieron los mismos abusos en el mismo lugar.

Hasta 148 combatientes republicanos malagueños, tras marcharse a Francia, fueron represaliados en el campo de concentración nazi de Mauthausen durante la Segunda Guerra Mundial. Una vez dentro del lugar las posibilidades de perdón o piedad eran escasas, sólo quedaba esperar el día en el que tocara a su fin la tortura. Juan Téllez Moreno fue internado allí en 1941 y murió meses después en Gusen

­Sin noticias de Mauthausen. Día tras día. Así vivió la mujer de Juan Téllez Moreno los años de la Segunda Guerra Mundial, sin saber si su marido volvería a abrazar a sus pequeños hijos, que dejó obligado por las necesidades de la guerra allá por 1936. Ni una simple carta, ni un breve rumor salía del hermético centro donde, represaliado y violentado, pasaría sus últimos días.