Lo peor no es que Juan Carlos I se nos vaya a morir en la cama, como Billy el Niño, como Franco… Porque todo parece indicar que, con todo lo que ha tardado en llegar a los juzgados una ínfima parte de sus delitos, tendría que agradecer un milagro ya si la naturaleza de su decrépito estado actual le da margen para cumplir con los dilatados plazos de la justicia.
Es la justicia Suiza -no la española, por supuesto-, la que se prevé que, una vez termine su investigación, siente en el banquillo a Juan Carlos de Borbón y Battenberg, “Juanito” en la intimidad, también conocido como “El Campechano” entre los cortesanos. Y será con la acusación de blanqueo de capitales, que es una forma de evasión de impuestos, en realidad. Es decir, como el capo di cappi Al Capone, al que nunca pudieron juzgar por sus asesinatos, pero acabó en la cárcel por no pagar a Hacienda.