El engaño de los "falsos autónomos" del capitalismo colaborativo Imprimir
Opinión / Actualidad - Laboral
Escrito por Felix Arana   
Domingo, 23 de Junio de 2019 05:02

Este jueves los riders de Barcelona le ganaban una sentencia colectiva a la empresa "colaborativa" Deliveroo. Se trata de la primera sentencia colectiva contra una de las emergentes empresas del "capitalismo corporativo" y en la que el juzgado de lo Social de Barcelona ha decretado que los repartidores son empleados y no autónomos, tal y como manifiestan las propias empresas.

Uría Fernández, el juez que ha sentenciado a favor de los mensajeros, concluía de esta forma, que los diez riders eran falsos autónomos en el momento en que estuvieron vinculados a la empresa, antes de ser despedidos y añade que "existe una relación laboral entre Deliveroo y diez repartidores que demandaron a la empresa por haberles despedido".

Para la sentencia favorable, el juez se ha fijado en dos aspectos laborales que la empresa infringe constantemente. Por un lado, la supuesta libertad horaria que tienen los riders en el momento que "colaboran" con la compañía. A ello el juez le opone el sistema de asignación de franjas horarias en función de "sus méritos" hacia los riders por parte de la empresa y concluye que ello "supone una auténtica decisión organizativa, directa, y que afecta al modo en que los repartidores prestan sus servicios, y por ende, cuanta compensación económica reciben por ello".

Por otro lado, la sentencia desestima que los riders puedan rechazar o aceptar pedidos según su criterio y señala que "rechazar los repartos afecta de manera negativa para acceder a las franjas horarias según sus métricas. Pero además, ilustran la sentencia diferentes comunicaciones de la empresa en "clave imperativa" hacia los propios repartidores, algo que en opinión del juez "se corresponde de forma muy pobre con el concepto de libertad [para rechazar] y esas conductas solo se explican desde la óptica de un ejercicio absoluto de control de los servicios".

Por todo ello, Uría Fernández sentenciaba que los despidos fueron nulos al vulnerar los derechos fundamentales de los repartidores y condena a Deliveroo a readmitir en sus puestos a los mensajeros y abonar los salarios desde su despidos.

Esta sentencia llega, además, en un momento de mucho cuestionamiento del modelo laboral del "capitalismo colaborativo" por parte de los riders, tras la muerte de un joven trabajador de Glovo en Barcelona hace apenas tres semanas.

El pasado sábado 27 de mayo Pujan Koirala fallecía en accidente laboral tras un choque fatal mientras conducía su bicicleta con la mochila cuadrada de Glovo en la espalda.

Y ni bien transcurridas 24 horas, más de un centenar de riders se manifestaban ante la sede de la empresa en Barcelona y como explicaba Dani Gutiérrez, un ex trabajador de Glovo y Deliveroo y portavoz también de la plataforma RidersXDerechos, “queremos denunciar la explotación a la que Glovo nos tiene sometidos, a la cual se intenta cubrir con la desregularización que precariza nuestras vidas, la presión a la que se nos somete a la hora de repartir, la carga de volumen excesiva, la rapidez en las carreteras que nos llevan a jugarnos la vida sin ningún tipo de prevención de riesgos laborales, sin ningún tipo de material de seguridad vial. Y así acabó pasando lo que desde hace mucho tiempo hemos dicho que pasaría, que es que alguno sufriría la muerte”.

Si bien esta sentencia es un primer paso para los derechos de los riders, diferentes portavoces de RidersXDerechos señalaban hace pocos días en una rueda de prensa que a parte de que "se inicie un camino hacia la regularización de todos los trabajadores y se reconozca la relación laboral", están levantando la exigencia de que la empresa proporcione "un plan de riesgos laborales, formación en prevención".

Empresas como Deliveroo, Glovo, Stuart y Ubereats entre otras, son las que garantizan condiciones de trabajo enormemente precarias, sin ningún derecho, ni protección médica, ya que no existe contrato alguno para ellos. Los repartidores en bicicletas están expuestos a una alta siniestralidad, ya que recorren 60 y 80 kilómetros diarios y cuando sufren algún tipo de accidente, no se los considera como un accidente laboral sino como enfermedad común.

Una realidad, la de la precariedad laboral, que sufre en especial la juventud en todo el Estado. Sin embargo, también están empezando a surgir y organizarse sectores de la juventud trabajadora en lucha por sus derechos laborales como la Plataforma RidersXDerechos.

Pero también es el caso de la plantilla de Telepizza en Zaragoza, la cual decidió convocar una huelga el pasado 31 de mayo por el pago de la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) que adeuda la empresa desde principios de año. Una huelga que llegó a ser total en algunas de las tiendas y que superó el 50% de seguimiento en un sector precarizado, convirtiéndose en la primera huelga de 24 horas en los 35 años de historia de Telepizza.

Una huelga que, además, logró impactar entre diferentes sectores de la juventud precaria en el resto del Estado y que podría servir para levantar una lucha común por los derechos de la juventud trabajadora, tal y como propuso Asier Ubico, delegado de CGT Telepizza, al finalizar la jornada de huelga.

 

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Fuente: Izquierda Diario