La España que viene (I): La desconfianza de los mercados es la solidaridad de los pueblos Imprimir
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por Ángeles Diez / La pupila insome   
Martes, 13 de Diciembre de 2011 04:36

Victoria de RajoyTras las elecciones pocas cosas significativas cambiarán en España. En el debate que mantuvieron el candidato socialista, Alfredo P. Rubalcaba y el candidato popular, M. Rajoy, éste último se negaba constantemente a responder a la pregunta sobre qué recortes iba a hacer, cual era la reforma laboral o cuál sería su política económica. En realidad, la pregunta de Rubalcaba era pura retórica electoral, todos sabían y saben en Europa y también en nuestro país cual va a ser la política económica de Rajoy de la misma forma que sabían cuál sería la política económica del PSOE en el caso, muy hipotético, de llegar a gobernar: aplicar el recién reformado artículo constitucional 135 que dice en su punto tres "Los créditos para satisfacer los intereses y el capital de la deuda pública de las Administraciones se entenderán siempre incluidos en el estado de gastos de sus presupuestos y su pago gozará de prioridad absoluta" .

 

Es decir, la prioridad absoluta de cualquier nuevo gobierno es "obligar" a pagar la deuda pública a sus ciudadanos. Teniendo en cuenta que la deuda que hemos contraído es, esencialmente, el aval del Estado a la deuda privada de nuestro sistema financiero, no cabe duda de que la consigna es: desmantelamiento de todo el sistema público (educación, salud y gestión pública) Tarea que ya comenzó el PSOE en sus anteriores gobiernos y que continuarán los nuevos gestores del mandato europeo. En realidad, fue el Círculo de Empresarios quien presentó antes de las elecciones el programa electoral que los españoles íbamos a elegir en las urnas, independientemente de quien nos gobernara, se llamaba "Un programa de ajuste y crecimiento para la próxima legislatura".

La decisión de quien gobernará España y con qué programa no se tomó el día 20 de noviembre en las urnas, se tomó en el Congreso de diputados el 27 de septiembre cuando el Congreso aprobó y el Rey sancionó la reforma del artículo 135.  Se trató de un golpe de Estado en toda regla, sin sangre, con nocturnidad y alevosía, dejando todo lo importante "atado y bien atado".

La reforma constitucional implica asumir la "dictadura de los mercados", esos seres ultraterrenales que siempre están nerviosos y desconfían de los Estados. En la reforma se obliga constitucionalmente a subordinar toda política social al pago de la deuda, al mismo tiempo que se establece un límite para el déficit y la deuda pública "que sólo podrán superarse en caso de catástrofes naturales, recesión económica o situaciones de emergencia extraordinaria que escapen al control del Estado y perjudiquen considerablemente la situación financiera o la sostenibilidad económica o social del Estado, apreciadas por la mayoría absoluta de los miembros del Congreso de los Diputados". Es evidente que 5.000.000 millones de parados no son una catástrofe natural, que la salud y la educación pública no "perjudican considerablemente la situación financiera", y que los 300 desahucios diarios de nuestro país no son una situación de emergencia extraordinaria.

Sin embargo, a pesar de este futuro político español tan bien atado y confiable gracias a una mayoría absoluta del PP que aleja toda duda sobre la debilidad del PSOE para aplicar la vara económica, los mercados, siguen sin confiar, la bolsa española no han dejado de caer y la calificación de la deuda sigue muy alta. ¿Qué es lo que genera tantas dudas si ha desaparecido la incertidumbre política?

Los españoles somos gente poco previsible. De ahí que continúe la incertidumbre de los mercados. No está tan claro que vayamos a resignarnos a un plan de ajuste que hará desaparecer nuestros derechos básicos, derechos que  fueron conquistados con sangre. A los mercados les preocupa los millones de votos perdidos por el PSOE, les preocupa las movilizaciones pacíficas que no han parado, el 15 M, las huelgas del sector educativo, las resistencias activas en la defensa de lo público. A Europa le preocupa que el PP no haya obtenido ni el 1% de votos más que en el 2008, que casi un millón de personas no hayan ido a votar, que más de 300.000 hayan votado nulo, que más de 300.000 hayan votado en blanco,  que más de un millón y medio hayan votado por partidos que no han obtenido representación en el congreso. Le preocupa a Europa que el PP consiguió sólo el 30% del voto del censo electoral, es decir, que de todos los españoles que podían votar el 70% no le votó.

Desconfían los mercados del sentido común de los españoles tan lejos de Europa y la economía, y tan cerca de la solidaridad y la rebelión. La desconfianza de los mercados es la esperanza de los pueblos.

 

*Ángeles Diez (Madrid, 1965) Doctora en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid, donde ejerce como profesora titular. Miembro del AIRE Comunicación (Asociación de Educomunicadores).  Miembro del Consejo Editorial de la revista Pueblos. Autora de numerosas investigaciones en el campo de las Ciencias Sociales y la Comunicación. ------------------------------- 
Fuente: lapupilainsomne.wordpress.com