Pensiones dignas y sostenibles Imprimir
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por Félix Arana /UCR   
Lunes, 11 de Marzo de 2019 05:51

Al hablar de Pensiones, es habitual que desde las derechas y los medios vinculados a los poderes económicos y financieros, de manera reiterada y recurrente, nos anuncian que las pensiones no son sostenibles. Nos argumentan, machaconamente, “que si el sistema de pensiones está en quiebra”; que si la esperanza de vida de los españoles es muy alta”; “que si el déficit de la Seguridad Social aumenta sin control”; “que si esto, que si lo otro…” ¡No tienen vergüenza!

Cabría preguntarse si realmente el problema principal de nuestro país son las pensiones, o por el contrario, si sería más propio que nos preguntáramos si nuestro país, si España, de verdad, es sostenible.

¿Acaso es sostenible la monarquía, el ejército o la iglesia?

¿Has oído alguna vez que la financiación de la monarquía esté en riesgo

¿Has oído alguna vez que la financiación del ejército esté en peligro?

¿Has oído alguna vez que la financiación de la Iglesia se va a acabar?

Da igual que en el seno de la monarquía se defraude, que incluso roben algunos de sus miembros o que el emérito sea un comisionista redomado.

No importa que el Ejército español tenga una deuda que alcance los 30.000 millones de euros, que en el mismo se despilfarre en la compra de dotaciones y armamento y en cuyos programas los sobrecostes, las prebendas y las comisiones estén a la orden del día, siendo una práctica habitual. Al respecto, es muy ilustrativo “El libro negro del Ejército español” de Luis Gonzalo Segura. (Ver)

De “pecata minuta” se podría calificar lo que la Iglesia española recibe anualmente, más de 11.000 millones de euros según informa Europa Laica; que el Estado sostenga su clero en salarios y pensiones, que, al tiempo, no pague impuestos, mientras su jerarquía y las instituciones religiosas se lucran con la explotación del patrimonio nacional, con la Educación concertada, con la Sanidad, con las inmatriculaciones…

Pero si lo anterior lo sobrellevamos como un baldón más de aquella transición, lo más sangrante es el haber asistido durante esta larga crisis, como bancos, autopistas, aeropuertos, y demás infraestructuras, estatales, autonómicas y municipales, realizadas al calor de las políticas del “ladrillo” y de la corrupción, que ni siendo necesarias ni sostenibles, las hemos terminado rescatando a costa de altos sacrificios para la mayoría de los españoles, socializando las pérdidas y pagadas en desahucios, en empleo, en salarios, en precariedad, en derechos sociales, en pensiones… También a costa de sufrir la represión del Estado mediante la aplicación de leyes de excepción como la llamada Ley Mordaza, elaborada para contener la protesta y la reivindicación mientras comprobábamos el saqueo sistemático de bienes y de servicios públicos, en la vivienda, en la sanidad y en la educación públicas en favor de bancos, fondos buitres y demás fauna financiera en connivencia con el gobierno del Partido Popular.

Nos dicen las derechas, con reiteración, que las pensiones no son sostenibles y me pregunto si ¿España es sostenible cuando hemos alcanzado un sobre endeudamiento de casi el 100 por 100 del PIB, de 1,17 billones de euros, sometiendo al país a una deuda, prácticamente impagable y a la ciudadanía a una brutal regresión social? (2). Deuda que dicho sea de paso nos obliga, diariamente al pago de 60millones de euros en intereses.

Sí, nos repiten hasta la saciedad que hay que subir la edad de jubilación hasta los 70 años y, además, que para el cálculo de la pensión hay que computar toda la vida laboral, es decir, en Román paladino, bajarlas porque el sistema está en quiebra, nos dicen. Mientras, la banca, en connivencia de los gobiernos del PP, del PSOE y demás derechas, silencian que ésta se niega a devolver los más de 60.000 millones de euros prestados para su rescate, dándose ya éstos por perdidos, mientras los beneficios alcanzados por la banca durante la crisis superan los 100.000 millones y cuando la misma apenas paga impuestos. ¿En suma, acaso es sostenible este país cuando el Estado se ve incapaz de recuperar el rescate bancario, cuando en aquellos países en los que el sector financiero fue rescatado, prácticamente todos, devolvieron ya las ayudas? (3)

Igualmente, es preceptivo preguntarse si puede ser sostenible un país ante el saqueo sistemático de las arcas públicas al que ha sido sometido por parte de los partidos del turnismo, por políticos y empresarios corruptos y cuya estimación se acerca ya a los 100.000 millones de euros siendo tal cantidad la que finalmente ha recaído sobre las espaldas de los contribuyentes. Contribuyentes que seguiremos pagando con creces, mientras corruptores y corruptos, se han ido, en su gran mayoría de rositas y tan campantes (4).

No. En el marco de esta deriva infernal, obviamente, España no es sostenible, pero para las derechas, para el IBEX y sus voceros mediáticos, que en nuestro país que se robe, que se despilfarre, que no se devuelva el dinero prestado a los bancos, esto no es el problema, -¡bah, pelillos a la mar! No el problema son las pensiones. La receta que nos ofrecen para su solución no es otra que acabar con los derechos sociales, con las pensiones y la sSeguridad Social como enemigos a batir y en favor de los planes de pensiones privados, de bancos, y fondos de inversión, en concordancia con los intereses de los poderes económicos y financieros y conforme a los recados y directivas que desde UE y desde el FMI, constantemente, nos envían. ¡No, no tienen vergüenza.

No obstante, es obvio que nuestro sistema de Seguridad Social y de Pensiones tiene que mejorar y precisa, ante todo, que el empleo sea de mayor calidad que el existente. De ahí la necesidad de la derogación de las reformas laborales del PSOE y del PP que precarizaron el empleo causando una disminución sustancial de las cotizaciones. Igualmente, es necesario un mayor control de las jornadas de trabajo y de las horas extraordinarias que, a millones, se escamotean al sistema y que causan un grave agujero a la financiación de nuestras pensiones. Un fraude, prácticamente consentido, que esperamos se le ponga coto cuanto antes.

Asimismo, sigue siendo necesaria la separación de fuentes de financiación del sistema, en línea con las recomendaciones del Pacto de Toledo, para garantizar la sostenibilidad futura de las pensiones contributivas, y en consecuencia, que las pensiones no contributivas, que son las causantes del déficit que anualmente viene arrastrando la Seguridad Social, se abonen vía impuestos y a través de los Presupuestos del Estado. Es oportuno añadir al respecto, según datos del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, que si en 2018 el déficit absoluto de la S.S alcanzó casi los 6.500 millones de euros, la contribución del sistema a las pensiones no contributivas fue cercana a los 9.000 millones de euros. Es decir, que las pensiones contributivas alcanzaron un superávit cercano a los 2.500 millones de euros y en consecuencia, que el sistema no está en quiebra sino que se necesita una mayor financiación del Estado a causa de las pensiones no contributivas.

En fin, es obvio que también nuestro sistema de Seguridad Social se debe adecuar a los a los nuevos modelos de producción que se derivan de las nuevas tecnologías (la robótica y los sistemas de producción informatizados, ¿deben o no contribuir al sostenimiento del sistema? Eso está en discusión, pero en todo caso es imperativa la necesidad de una Reforma Fiscal en profundidad y es nuestra obligación el avanzar hacia un modelo productivo más justo y sostenible que nos permita mantener unas pensiones dignas para nuestros mayores en el futuro.

Realmente, los augures de las derechas, los lacayos de los poderes, económicos y financieros, mientras callan ante, el fraude, el saqueo y la corrupción, lo que nos están diciendo, en definitiva, es que España no puede sostener a sus mayores. No, no lo vamos a consentir porque PODEMOS.

Notas

(1). La Iglesia católica recibe más de 11.000 millones anuales del Estado

(2).“La deuda española es impagable, el país está en bancarrota”

(3)La gran banca ha ganado 100.000 millones desde el inicio de la crisis

(4)El coste de la corrupción en España asciende a 90.000 millones, el 8% del PIB