Recetas de Cocina Española: " Los Buenos Patriotas" Imprimir
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por Juan Rivera   
Viernes, 26 de Octubre de 2018 02:51

       En el menú de hoy te ofrecemos una receta que, aunque a primera vista plantee dificultades y parezca necesitar el concurso de un chef profesional para su correcta elaboración, en la práctica está al alcance de cualquier aficionado a la “baja cocina”, siempre que se enfunde un delantal con la marca Vox, PP o Ciudadanos.

     Lo importante es elegir bien los ingredientes. No hace falta que sean frescos o de temporada pues las ideas rancias enarboladas en la Carpetovetonia profunda parecen no tener fecha de caducidad y se mantienen desde hace siglos como el primer día.
      Cójase por lo tanto un ramillete o surtido de energúmenos lo más variado posible dentro de las opciones que brinda el mercado. Son especialmente manejables/recomendables prototipos que afirmen con rotundidad “el toro no sufre y el arte de Cúchares es la quintaesencia patria” o partidarios de no tocar las miles de fosas con cadáveres porque “la memoria histórica no interesa a nadie”.
 
    No pueden faltar en la selección ultras de fútbol que dedican sonidos onomatopéyicos a futbolistas negros o disfrutan silbando al himno de Inglaterra o cualquier otra nación si juegan contra la Roja, mientras proclaman que hay que llevar a lo más parecido a un paredón a los vascos y catalanes que osen boicotear a Monarca e himno patrio en la final de la Copa del Rey. Suele dar también mucho juego el exaltado que sin ser legionario aprovecha la menor oportunidad para cantar a grito pelado el “Novio de la Muerte”.
 
    Para conseguir un toque perfecto la mejor cocina es la esquina de la barra de un bar, siempre que enfrentada a ella haya un televisor en alto emitiendo noticias y esté rodeada por tres o cuatro mesas de parroquianos.
 
     Situando en ella a los seleccionados se les dejará una hora en desfogue. Tiempo suficiente para comprobar como tras la coartada previa del “Soy apolítico” se esconde la apostilla en voz alta a todas las noticias políticas difundidas en el telediario de turno. Un análisis serio de los comentarios demostrará que, mientras banalizan pufos, corrupciones y podredumbres de los otros, siempre terminan metiéndose con los mismos, sea por la coleta, la barba, aspecto perroflauta o pinta de antiespañoles.
 
    Los más partidarios del guiso casero tradicional incluso recurrirán al clásico “judeo-masón-bolchevique”. Como efecto secundario la perorata puede venir acompañada de espumarajos en la boca y golpes secos en el mostrador. En ese caso, manténgase la distancia de seguridad
 
     Al alcance de la mano existen abundantes elementos para conseguir la imprescindible maceración previa. Sin ánimo de proporcionar una lista interminable o insinuar jerarquía, entre los más efectivos tenemos:

  • Convertir los espacios públicos en un “procesionódromo” sin fin. Ciudades como Córdoba y Sevilla se sitúan en vanguardia de la nueva moda, con más procesiones en la calle que días del Año. El tradicional producto de temporada (Navidad, Semana Santa, Festividad de la Patrona) ha sido desplazado por centenares de desfiles con imagen bajo el denominador común del “porque sí/ porque nos da la gana”. Es la ventaja de disponer de un fondo de armario acumulado desde hace mil setecientos años. Advocaciones desconocidas, santos hasta ayer ignorados y fechas que nunca fueron de guardar conforman una gigantesca gymkhana a “mayor gloria de Dios” y a mayor horror del desgraciado habitante del casco histórico que ve, día sí y al otro también, anulada su libertad de movimiento.
          En este apartado saber si el punto de maceración es el adecuado se puede observar a simple   vista. El macerado responderá con un “es nuestra libertad” a cualquier mínima crítica del abuso mientras despotrica si ve media hora interrumpido su camino por una manifestación del Primero de Mayo, del 8 de Marzo, una movilización de pensionistas / enseñantes o un desfile de Carnaval.
  • Declaraciones de los obispos sobre lo humano y lo que les importa ( financiación de sus creencias a cargo de los presupuestos generales del Estado y cuestiones sexuales siempre que no sean las protagonizadas por eclesiásticos pederastas).Da igual la burrada dicha. Todo tiene cabida en nombre de la fe.
  • Grupos de whatsap /twitter /instagram y demás redes sociales en los que funcionarios de policía o justicia por ejemplo, en teoría “neutrales” y servidores públicos critican todo lo que les huele mínimamente a Izquierda o despachan con un “todo es ETA- independentismo- ruptura patria” a quien cuestione el status mientras realizan apología del Franquismo. Algunos “servidores” más osados, son capaces bajo ese paraguas de exhibir tatuajes de cruces gamadas en desfiles o invitar a los actos institucionales de Policía/ Guardia Civil a golpistas como Tejero ( éste si lo es Casado, éste sí y dado el origen político de tu formación, deberías saberlo mejor que nadie) o torturadores como “ Billy “El Niño”. Pero que nadie se atreva a hablar con Puigdemont u Otegui.La coartada “ es nuestra libertad” solo circula en sentido derecho.
  • Mantras tipo “¿quién no haría lo mismo?” (al hablar de corrupción), “a por ellos, oe” (Cataluña), “son golpistas“ (para calificar la moción de censura establecida en la Constitución) “sería un atentado a la privacidad y a los derechos de la persona” (publicar la lista de defraudadores con sus bienes en paraísos fiscales acogidos a la oportuna amnistía –más correctamente sería definirla como “amnesia”- decretada en su momento por “Hacienda somos todos...los pringados”) o “los españoles primero” (término multiuso que se emplea tanto para intentar ocultar un acto racista como otro xenófobo y que solo ven contraindicado si se plantea subir el salario mínimo interprofesional a 900 euros).
    Logrado el periodo de remojo adecuado (por ejemplo “el procés” o la conmemoración del doce de octubre sirven de acelerante) agítese el cóctel para que mezcle correctamente. De guinda o perejil una bandera en el balcón para eventos públicos o una pulserita en fiestas de consumo interno dan mucho juego. Como complemento ideal, colocar una Constitución del 78 en el cuarto de baño sustituyendo al papel higiénico pues los “ constitucionalistas” olvidan fácilmente como se limpian el trasero a diario con los derechos recogidos en ella.
 
   Tras una cocción adecuada en los medios de difusión que señalan lo que existe (independentistas coaligados con rojos, Venezuela, peligro de que “los comunistas” quiten aquellas propiedades que escaparon de las hipotecas bancarias...) y lo que no existe (rescate bancario pagado por todos, deterioro de los servicios públicos, inmunidad de las grandes fortunas ante el fisco, impunidad del emérito y su tropa...)¡enhoramala!, el Sistema acaba de cocinar una ración de “Buenos Patriotas”..
 
    Imprescindible: Una vez elaborado, antes de consumir gritar:”¡ Viva el Rey!”

Advertencia: el consumo irresponsable de “Buenos Patriotas” provoca empacho y crea una enfermedad social que aunque se adjetiva en función del origen territorial con distintos nombres (nazismo, fascismo, franquismo...) termina provocando altísimas tasas de mortandad y pérdida absoluta de derechos en la población demócrata.
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Fuente: Colectivo Prometeo