A Dios rogando… (74 años después). Petición a Benedicto XVI que pida perdón a las víctimas de la dictadura |
Nuestra Memoria - La Iglesia Católica y el Franquismo |
Escrito por Plataforma contra la Impunidad del franquismo |
Lunes, 25 de Octubre de 2010 18:11 |
La Plataforma contra la Impunidad del franquismo, exige a Benedicto XVI que pida perdón a las víctimas de la dictadura y al conjunto de la sociedad española, por el papel de la Iglesia en la represión y por su colaboración con el régimen de Franco.
La Asamblea Conjunta Obispos-Sacerdotes celebrada en septiembre de 1971, debatió la siguiente resolución: «Reconocemos humildemente y pedimos perdón porque nosotros no supimos a su tiempo ser verdaderos ministros de reconciliación en el seno de nuestro pueblo, dividido por una guerra entre hermanos». Dicha resolución, si bien respaldada mayoritariamente, no prosperó al no alcanzar las dos terceras partes de los votos requeridos. Hasta la fecha de hoy no se ha vuelto a promover en el seno de la Iglesia española otra iniciativa similar, ni se ha condenado la dictadura de Franco. En 1936 varios miles de miembros de la Iglesia española fueron víctimas de una espontánea ola de crímenes. El fracaso relativo del golpe de estado contra la República degeneró en una explosión de violencia en la retaguardia del territorio que permanecía bajo el control gubernamental. Ya en su momento, estos injustificables asesinatos fueron condenados por el Gobierno y los políticos republicanos, quienes acabaron drásticamente con dicha situación en el proceso de reconstrucción del Estado republicano, cuyas estructuras y resortes coercitivos habían resultado seriamente dañados por efecto del golpe militar. Al mismo tiempo, en la zona controlada por los facciosos, desde el primer momento la Iglesia católica participó activamente en la represión premeditada y planificada por los militares golpistas, y construyó la principal argumentación teórica de la legitimación de la rebelión militar, de la guerra (definiéndola como cruzada) y del Nuevo Estado fascista. La contribución de la Iglesia a la represión franquista fue entusiasta e incondicional, pero fundamentalmente independiente y previa a la violencia que contra la Iglesia se estaba produciendo en la retaguardia republicana. Si por una parte la jerarquía eclesiástica legitimaba y colaboraba con los militares traidores, por otro lado centenares de clérigos participaban activamente en ejecuciones extrajudiciales y en farsas de procesos judiciales como confesores y denunciantes, cuando no llegaban más lejos. Pero la colaboración de la Iglesia con la dictadura y sus crímenes no se limitó al periodo de guerra abierta, sino que continuó después de 1939 adoptando múltiples formas: 71 años después del fin de la guerra y 35 de la muerte física del dictador, cuando las víctimas del franquismo y sus familiares seguimos exigiendo Verdad, Justicia y Reparación en la más absoluta indefensión judicial; en un país en el que subsisten cientos de fosas comunes repletas de defensores de la legalidad democrática; donde las sentencias de los consejos de guerra y los tribunales franquistas siguen siendo legales y firmes, la Iglesia católica acusa al movimiento por la recuperación de la Memoria y a las víctimas del franquismo, de revanchismo, de espíritu vengativo, de despertar rencores y abrir heridas. Mientras tanto sigue beatificando y santificando ostentosamente a sus “mártires de la Cruzada”, sin pretender no ya hacer una mínima autocrítica, ni tan siquiera analizar o explicarse las causas sociales y políticas (de origen histórico remoto) que originaron esa violencia. Han pasado 74 años desde la sublevación de los militares perjuros contra el Gobierno democrático. Creemos que la próxima visita del Papa es un buen momento para que la Iglesia pida perdón a las víctimas del franquismo y al conjunto de la sociedad. Significaría ser consecuentes con el mensaje evangélico poniéndose del lado de las víctimas, como ya hicieron en su momento miembros de la Iglesia de forma puntual, tales como Marino Ayerra, Gumersindo de Estella, o los sacerdotes que en el tramo final de la dictadura colaboraron con la oposición democrática y fueron represaliados por ello. Hoy, en 2010, la mayoría de las víctimas directas ya no están con nosotras y nosotros, y muchos tienen una edad avanzada. Sus familiares no tenemos la “paciencia” de Galileo, pero confiamos en que, como alguien dijo una vez: “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque ellos serán saciados”.
--------------- Comunicado leído por Paloma Gregorio sobre la visita del Papa, benedicto XVI en el Acto POR UN ESTADO LAICO ¡YA!, lebrado en Madrid, el pasado 23 de Octubre en el Parque de la Cornisa, |