El día que un iraquí me llamó asesino por ser español Imprimir
Imperio - Palestina, Israel y Mundo árabe
Escrito por Federico / mentiras con trastadas   
Martes, 22 de Marzo de 2011 00:00

No se preocupen por nada, estas bombas tienen todos los papeles en regla.  http://www.jrmora.com

 Llevaba más de seis meses viviendo en Turquía. Un día llegué a casa y mi compañero de piso turco estaba con otra persona. No le di importancia, mi casa parecía el coño de la Bernarda. Por allí aparecía gente nueva todos los días. Muchas mañanas me despertaba y veía a gente durmiendo en el sofá que no conocía de nada. A veces entraba en la cocina y estaban unos cuantos turcos que no conocía de nada desayunando. No suponía un problema, todo lo contrario, a veces incluso me invitaban a unirme a desayunar con ellos y me lo preparaban todo.

 

 

El típico çay, queso, olivas, el clásico suçuk yumurta (una especie de salchichas con huevo), bal kaimak (miel con nata) y me ponía las botas con ellos. Siempre me preguntaban cosas, entre su mal inglés y mi nefasto turco conseguíamos siempre comunicarnos, al final siempre terminábamos hablando de fútbol por señas, era el tema de conversación típico y habitual que siempre surgía con desconocidos, pero ese día fue distinto.

Mi compañero turco me presentó a su amigo. Era su profesor de inglés. Le daba clases particulares a domicilio. Hablaba un inglés perfecto, tenía incluso acento americano. Me preguntó de dónde era y le dije que de España y le correspondí con la misma pregunta. Esperaba que me dijera la ciudad turca de la que era él, pero no, me dijo que él no era turco, que él era iraquí. Automáticamente, y sin pensar, le pregunté cuánto tiempo llevaba en Turquía, cómo estaba la situación allí y de qué ciudad iraquí era él. Me contestó muy cortesmente. Estuvimos hablando de banalidades varias y sin querer la conversación fue derivando a la política.
Me explicó que Iraq estaba muy mal. Que él huyó del país y que ahora estaba mucho peor de lo que estaba antes. Me comentó que la situación era tensa por todo Iraq excepto por el norte, por la zona kurda, que se había convertido prácticamente en un nuevo país (Kurdistan) pero que todavía no aparecía en los mapas. Si quería viajar allí no tendría ningún problema (entonces tenía la intención de ir al norte de Iraq, por la zona segura) pero que no se me ocurriese ir más al sur.



Entonces le pregunté si tendría algún problema en Iraq por ser español. Me dijo que no, que el kurdistan es una zona 100% segura. Pero que más abajo me podría pasar cualquier cosa. Y es cuando me dijo: “Y más sabiendo que vosotros fuisteis los que invadisteis Iraq y matasteis a tanta gente”. Automáticamente le dije que “yo personalmente no había matado a nadie”. Y es cuando me dijo que los españoles tenían manchadas las manos de sangre.
Comencé a decirle, para defenderme, que la mayoría de españoles no apoyábamos esa guerra. Nadie estaba de acuerdo con ella. Más del 90% de la gente estaba en contra de esa intervención. Él me dijo que eso ya lo sabía y que todos los iraquíes lo sabían. Pero me preguntó qué hicimos los españoles por evitarlo “¿Echar al presidente en las siguientes elecciones? Eso es lo único que hicisteis”. Me dijo que no evitamos nada y que no se hizo ningún juicio en contra del presidente y que saldrá impune de todo el daño que ha causado a la población y que los españoles nos hemos lavado las manos, desentendiéndonos del daño causado.
Dije que comprendía lo que decía y que incluso tenía razón. Pero me sentí un poco estúpido. Volvió a preguntarme ¿Qué hicisteis? ¿Habéis llevado a juicio a ese presidente? Le dije que no, pero que estaba seguro que mucha gente quisiera llevarlo ante un tribunal, pero que, sinceramente, lo veía algo más que improbable porque eso era muy difícil de hacer. Entonces me dijo que vivíamos en una democracia de mentira, que si de verdad el poder lo tuviese el pueblo no hubiese estallado la guerra, y si de verdad ahora el pueblo quisiera juzgar a su expresidente lo juzgarían. Y me volvió a insistir en que eso de que el poder lo tiene el pueblo era una gran mentira porque no teníamos ningún poder.
Luego se disculpó. Me dijo que por supuesto no tenía nada en contra de mí. Que yo era un buen tío y tal, pero se justificó preguntándome cómo me sentiría yo si viese que mi país ha sido invadido por muchos otros países y luego no se van de tu tierra. Me preguntó cómo me sentiría si viese que están saqueando el petróleo de mi país y viendo que ya han acabado con el régimen pero los ejércitos todavía no se van. Él lo único que quería era que se fueran las fuerzas invasoras de su país. Según él ya habían cumplido con su trabajo y lo hicieron muy mal. Me dijo que el país estaba peor con las fuerzas americanas que con el hijo de puta de Sadam Hussein. Me dijo que si de verdad hubiesen querido eliminar al dictador lo hubiesen matado a él directamente sin necesidad de matar a tanta gente inocente. Él sólo sentía rabia por lo que habían hecho con su tierra.
¿Por qué cuento todo esto ahora? Muy sencillo, estos días la ONU ha dado luz verde a los ataques sobre Libia. Y como las fuerzas de la ONU son muy cobardes comenzarán los bombardeos desde lejos contra supuestos objetivos militares y, como siempre, muchos disparos no acertarán a dar con su objetivo. Luego vendrán las víctimas civiles y los famosos “daños colaterales”. También saldrán los reportajes en prensa que tratarán de convencernos de lo necesario que era intervenir en la región porque estaban “masacrando a la población” (Pero en Bahrein no intervienen). Lo repetirán hasta la saciedad para purgar la culpa que pueda sentir un occidental ante la muerte de gente inocente en manos de sus ejércitos. Pero, eso sí, todos estaremos mucho más tranquilos sabiendo que estas muertes están justificadas porque hay un acuerdo entre Naciones Unidas. Podremos respirar sabiendo que hay un papel firmado que dice que podemos matar a gente justificadamente. Y casi que es mejor que mueran en manos de nuestros ejércitos antes de que los mate Gadafi.

Y lo peor es saber que nunca dirán que esta intervención militar tiene un origen muy dudoso, y aunque no quieran, no se puede evitar comparar con lo que sucedió en Iraq, no se pueden evitar los paralelismos. De pronto un dictador que estaba apoyado por todo el mundo pasa a ser malo malísimo porque mata a su gente. Lo mismo que dijeron para invadir Iraq, que Sadam mataba gente y tenía armas peligrosas. Y los motivos, como siempre, son mucho más oscuros, siempre tienen el común denominador: el petróleo.



Parece ser que en estos países no pueden hacer lo mismo que hicieron con España: hacer que el Rey Juan Carlos I imponga la democracia en España gracias a las presiones del extranjero (olvidaros de lo que cuentan en los libros de historia sobre la transición. En realidad la Transición se produjo por presiones extranjeras). Y todo ello sin provocar ningún muerto ni ningún herido, tan sólo con diplomacia. Cierto es que pudieron intervenir durante todos los años de dictadura, pero lo que hicieron fue controlar la zona, no atacar, y esperar a que el dictador caiga por sí solo, sin necesidad de provocar una guerra nueva (suficiente tuvimos con la civil) y aprovechándose de él para crear bases militares en la zona.
A mi nuevo amigo iraquí simplemente le dije que tenía razón. Desde entonces estuvimos hablando cada vez que venía a mi casa. Él me descubrió una nueva perspectiva para ver las cosas, aunque, eso sí, siempre traté de convencerlo, entre risas y bromas, (aunque hablando muy en serio) de que yo no era ningún asesino.

Actualización: Hay que escuchar las declaraciones de Leonor, una psicóloga que vive en Libia y da información de primera mano sobre lo que sucede en Libia. Su opinión y visión tal vez es mucho más amplia y válida que la de cualquier periodista enviado a la zona que jamás ha visitado el país. Sin duda merece ser escuchada y tiene bastante credibilidad. Tal vez, muchas cosas que nos cuentan desde los medios, son mentira.

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Fuente: http://entierrafirme.blogspot.com 

Viñeta: http://www.jrmora.com