Se acabó el verano. Comienza “la vuelta” y con ella un nuevo año escolar, en el que es más que previsible una oleada de protestas estudiantiles, especialmente en secundaria, contra la inmediata entrada en vigor de la  L.O.M.C.E.: La antidemocrática, clasista e injusta ley de educación instigada por el exministro Wert. El mismo que hoy nos cuesta a los ciudadanos una fortuna mantener en su palacete parisino, como si se tratase de un regalo por haber diseñado una ley de educación responsable de que más de 700.000 estudiantes aún no sepan si este curso que comienza se verán obligados a tener que hacer una reválida, o si directamente se les enviará a formar parte del enquistado remanente de parados del que se nutre la avidez del liberalismo.

Vuelven a ser los hijos de los trabajadores, como ya lo fueron en el tardofranquismo, en los momentos más oscuros del “felipismo” y durante todos estos años de salvaje ofensiva del “centro-derecha”, un sector especialmente acosado por las políticas liberales. Un colectivo que, con las becas bajo mínimos, con las ayudas de toda clase recortadas, con los libros y matrículas cada vez más caros y con la escuela privada, o en el mejor de los casos concertada (y casi siempre religiosa…), como paradigma de la “excelencia en la educación”, no tiene más alternativa que echarse a la calle a reconquistar unos derechos que se les quiere arrebatar para que los trileros se los cambien por un incierto porvenir de “camatas de chiringuito playero”.

Quizás sea conveniente y muy sano, aunque resulte paradójico, que también los estudiantes tengan que coger el testigo en una carrera de luchas en la que cada vez se multiplican más los frentes: sanidad, pensiones, educación, dependencia, desahucios, violencia machista, racismo, homofobia… Quizás sea conveniente y muy sano, aunque resulte paradójico, que chaval@s que aún son niñ@s se vean tan pronto obligad@s a defender con uñas y dientes su futuro, su derecho a formarse y a saber. Quizás sea conveniente y muy sano, aunque resulte paradójico, que hasta los más jóvenes aprendan a ser conscientes de que la Cultura (con mayúscula), eso que hace a los pueblos más libres y más prósperos, es una de las pocas armas con las que, sin herir ni matar a nadie, se puede cambiar el curso de la historia y reconstruir lo que las bombas y la codicia destruyen.

Así que si mañana, o el mes que viene,  te los encuentras haciendo sentadas en las calles o bloqueando las avenidas con sus pancartas, sus consignas y su vehemente alegría, recuerda que ellos están pidiendo lo mismo que pedimos todos los que somos decentes y no queremos rendirnos: El derecho a vivir en paz en una sociedad justa e igualitaria en la que a nadie se excluya y en la que todos vivamos permanentemente aprendiendo. ¡¡Va por ellos!!

ME GUSTAN LOS ESTUDIANTES

Que vivan los estudiantes
Jardín de la alegría
Son aves que no se asustan
De animal ni policía.

Y no le asustan las balas
Ni el ladrar de la jauría
Caramba y sambalacosa
¡Qué viva la astronomía!

Me gustan los estudiantes
Que rugen como los vientos
Cuando le meten al oído
Sotanas o regimientos.

Pajarillos libertarios
Igual que los elementos
Caramba y sambalacosa
¡Qué viva lo experimento!

Me gustan los estudiantes
Porque levantan el pecho
Cuando le dicen harina
Sabiéndose que es afrecho.

Y no hacen el sordomudo
Cuando se presenta el hecho
Caramba y sambalacosa
El código del derecho.

Me gustan los estudiantes
Porque son la levadura
Del pan que saldrá del horno
Con toda su sabrosura.

Para la boca del pobre
Que come con amargura
Caramba y sambalacosa
¡Viva la literatura!

Me gustan los estudiantes
Que marchan sobre las ruinas
Con las banderas en alto
Va toda la estudiantina.

Son químicos y doctores
Cirujanos y dentistas
Caramba y sambalacosa
¡Vivan los especialistas!

Me gustan los estudiantes
Que con muy clara elocuencia
A la bolsa negra sacra
Le bajó las indulgencias.

Porque hasta cuando nos dura
Señores la penitencia
Caramba y sambalacosa
¡Qué viva toda la ciencia!

¡Qué viva toda la ciencia!

Letra y música: Violeta Parra. 1970

“Me Gustan los Estudiantes”Canto libreDaniel Viglietti

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