Desde que se han conocido las personas que, nombradas por IU, van a ocupar cargos en la Junta de Andalucía, la organización ha sido puesta en la picota y le han llovido críticas internas y externas por la decisión.
El malestar interno puede sintetizarse en la postura hecha pública por el consejo provincial cordobés y pone el acento tanto en el oscurantismo de la decisión y el ninguneo realizado a los órganos que, por estatutos, debían opinar y señala la apuesta práctica de la dirección andaluza por la mesa camilla y el “ Juan Palomo”, mientras se llenan las bocas de conceptos como transparencia y participación de las bases.