Se aplaza la firma de la entrega de Rota para que sea plena colonia nuclear de la Organización Terrorista del Atlántico Norte (OTAN), anunciada para el próximo día 20, durante la reunión que mantendrán en Chicago los Estados Bandidos de América y los países secuaces de su política criminal en ese grupo agresivo sin control. Se la había cedido el 5 de octubre pasado el enemigo público número 1 del pueblo español, José Luis Rodríguez, entonces secretario generalísimo del partido Pseudo Socialista Obrero Español (PSOE) y jefe desgraciado del Gobierno. Gracias a su sumisión abyecta al emperador Obama I aceptó convertir a Rota en una base del llamado escudo antimisiles, con el que se pretende permitir a los gringos invadir más fácilmente todavía cualquier país que convenga a sus empresas multinacionales.

   Naturalmente, el entonces presidente de la Junta de Andalucía, el madrileñísimo José Antonio Griñán, que era también secretario general del PSOE de Andalucía, aceptó la cesión de un pueblo andaluz a los gringos y sus cómplices. Pero ahora la política ha cambiado. A escala nacional, no es previsible que el nuevo jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, revoque la concesión, porque su partido, que dice ser Popular, es muy partidario de la Organización Terrorista y de participar en sus invasiones de países islamistas, igual exactamente que el compañero Rodríguez.

   Pero a escala andaluza se han producido modificaciones políticas interesantes. En este momento el madrileñísimo compañero Griñán sigue siendo presidente de la Junta y secretario general del PSOE de Andalucía, y además es presidente del PSOE, pero carece de la mayoría parlamentaria para gobernar, por lo que ha debido formalizar un pacto con la Izquierda Unida de Andalucía.

   Por eso el vicepresidente de la Junta es ahora Diego Valderas, que está obligado a mantener la oposición manifestada por Izquierda Unida cuando se anunció la vergonzosa humillación de convertir a Rota en colonia nuclear de los terroristas gringos y sus secuaces. Tiene poder para hacerlo: le basta con anunciar su dimisión si se lleva a cabo la ignominiosa firma del acuerdo. Así la Junta tendrá que oponerse a que un pueblo andaluz se convierta en diana para misiles nucleares potencialmente lanzados contra él por naciones amenazadas o invadidas por los terroristas gringos.

   Y si la Junta de Andalucía rechaza la cesión de un trozo de su territorio para que sea colonia de una organización terrorista, el Gobierno de Madrid tendrá que aceptar su decisión, y no firmará el inicuo pacto. Confiamos en que Izquierda Unida sabrá mantener la decencia y salvar el honor de Andalucía, y de paso el de España.

   Recuperemos el eslogan lanzado por el PSOE antes de la traición del compañero González: ¡OTAN NO, BASES FUERA!

En la foto, Zapatero con Rasmusen y Panetta, secretario de Defensa de Estados Unidos, en la firma del acuerdo de cesión de la Base de Rota