Garzón condenado. Jiménez Villarejo: “Es una casta de burócratas al servicio de la venganza” PDF Imprimir E-mail
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por Europa Press   
Viernes, 10 de Febrero de 2012 04:38

Denuncia de Jiménez Villarejo: Así de contundente ha reaccionado el exfiscal Anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo tras conocer el fallo del Tribunal Supremo que ha condenado a Baltasar Garzón a 11 años de inhabilitación por las escuchas de la trama Gürtel. Villarejo, en declaraciones a la cadena SER, considera que "el Supremo es un tribunal arrodillado a la corrupción que representa Gürtel". Asegura que con esta sentencia los jueces Luciano Varela y Manuel Marchena "han acreditado su enemistad expresa" con Baltasar Garzón. "A partir de un tribunal que es nulo, de una sentencia que carece de fundamentos rigurosos y la culminación de una venganza institucional, es un día para estar abochornado", afirmó Villarejo.

 

“El Supremo es un tribunal arrodillado a la corrupción que representa Gürtel; hoy es un día de vergüenza para el sistema democrático, judicial y para el Tribunal Supremo”, ha lamentado el exfiscal Anticorrupción.

Considera que “nunca podrán perdonar a un juez como Garzón, que ha ordenado la detención de Pinochet, que ha girado 180 grados la justicia universal, que ha puesto en marcha los mecanismos de la persecución de la delincuencia financiera, que ha hecho frente como nadie al terrorismo de Estado de los GAL o que ha impulsado como nadie lo que ahora estamos viviendo como el final del terrorismo de ETA”.

Por todo ello, califica al Supremo como una “casta de burócratas al servicio de la venganza institucional”. “Esta sentencia es un balón de oxígeno para la corrupción imperante en España y una coerción expresa a cualquier magistrado que decida acordar un sistema de investigación legítimo como son las escuchas telefónicas”, asegura Villarejo.

Cree que la expulsión del juez de la carrera judicial “es una tragedia para la magistratura, para el poder judicial y para el sistema democrático”. Una sentencia, que según su opinión, es ” sesgada, errónea y con una profunda maledicencia”.

Concluye subrayando que “defender a Baltasar Garzón es defender los derechos humanos del atropello del Tribunal Supremo, que no es digno de llamarse ni supremo ni tribunal”.