¡Qué puto desastre! PDF Imprimir E-mail
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por Sergio Rojas en su blog   
Domingo, 11 de Diciembre de 2011 06:24

Crisis mundialEn el fragor de esta violenta batalla que libramos contra la apocalíptica crisis en la que las grandes fortunas han sumido a la plebe infestada de obreretes, me doy cuenta de que nada ha cambiado en nuestro espectro social. Los patrones que rigen el comportamiento de la sociedad, los ángulos que acotan esa pirámide colectiva de seres que vagan moribundos en vida por las calles de las ciudades españolas, siguen incólumes.

 

 

La devastación cultural es la norma fundamental que guía a nuestra juventud hacia el abismo del paro o el trabajo mal remunerado con la capital cooperación de un sistema educativo que cada día se desvincula un poco más del carácter individualista que no hace tanto tiempo formaba auténticas personas, con principios y conocimientos básicos para el pleno desarrollo de una personalidad apta para convivir en el marco de una sociedad avanzada. Y ahora, amparados en la depresión económica, en el desastre financiero provocado por la codicia de una minoría de hienas y buitres que jamás se darán por vencidos en su lucha por continuar acumulando riquezas a costa del sufrimiento ajeno, empezamos a hacer recortes sociales.

Mientras los hijos de puta que asfixian las economías mundiales educan a sus hijos en escuelas y universidades de prestigio, nosotros debemos aceptar que vacíen las nuestras de profesores. Mientras ellos se operan en lujosos hospitales con vistas a la playa, nosotros tenemos que seguir muriendo en listas de espera para justificar la necesidad de privatizar la puta sanidad que llevamos años sufragando de nuestro bolsillo. Alemanes y franceses, que desde 1914 no han hecho más que darse de ostias son ahora los grandes amigos que giran el timón de Europa rumbo al precipicio de la contención del déficit y la reducción de gasto. Nos ponen la soga y nosotros sonreímos, pero no hacemos nada. ¿Qué podemos hacer? Poco, pues mientras siga habiendo una olla con agua en la que cocer unos fideos seguiremos regocijándonos en nuestra dicha por tener algo que llevarnos a la boca al tiempo que daremos por perdidos los derechos por los que tanta sangre se ha derramado.

Las pseudodemocracias que existen en la actualidad son en su mayoría el resultado de guerras, revoluciones, golpes de estado, etc. Sangre y sufrimiento.  Y es que si bien las pseudodemocracias occidentales comparten numerosos rasgos con la Democracia como concepto puro, sería una blasfemia afirmar que los sistemas de gobierno actuales son democráticos. Hasta que la gran burbuja económica mundial estalló dejando en pelotas a bancos, especuladores, grandes fortunas e incluso estados, pocos ciudadanos eran conscientes del papel de marionetas esclavas que suponían en el gran "Monopoly" financiero: "Esa deuda griega es tuya, ¡te toca pagar!". Pero claro, en el "Europoly" no hay cárcel y la banca también juega, así que arruinados todos: ¡que pague el pueblo! Total, son gilipollas e influenciables, sudarán sangre con tal de tener una barra de pan. Qué razón tienen.

¿Cambiará la situación? ¿Seguiremos eternamente en manos de hijos de puta sin escrúpulos vendidos al poder y el capital? No, tranquilos. Dentro de cientos de años la Historia dará un nuevo giro y nuestras sociedades evolucionarán a fórmulas de gobierno más democráticas. ¿Cómo? Con más sangre, por supuesto. Como comentaba anteriormente, si echamos la vista atrás (es bueno a veces...uh, uhh...) observaremos que la gran mayoría de los sistemas absolutistas, totalitaristas y fascistas se vinieron abajo en conflictos armados. Evolución a precio de vidas. Llegará un momento en que los Estados no puedan hacer frente a las consecuencias de sus propios desmanes, un momento en el que el pueblo se dará cuenta del alto coste que supone entregarle la batuta de un país a un solo individuo. Para entonces sí habrá hambre, la sanidad y la educación estarán al alcance de unos pocos privilegiados, la plebe despertará de su ingenuo reposo y clamará venganza. Entonces y sólo entonces las pseudodemocracias darán un paso adelante para tornarse más participativas y cercanas a la utópica idea de Democracia.

¿Y mientras? Pues mientras, en España, nos enteramos de que el rey "Juancar" posee una fortuna estimada en más de 1.700 millones de euros, que la reina se ha ido a pasar unos días a Washington con Iñaki y Cristina, que a Iñaki se le investiga por uno de los fraudes más escandalosos de los últimos tiempos con el que podría haberse hecho de oro, que Felipe y Letizia son felices nadando en la opulencia que entre todos les subvencionamos, que María Dolores de Cospedal se niega a publicar un listado de sus bienes mientras dinamita Castilla-La Mancha con recortes, que Merkel y Sarkozy proponen un impuesto común para empresas en la Unión Europea, que el BCE chantajea a España pidiendo una devaluación de los salarios a cambio de ayudas financieras, que los millonarios pilotos de Iberia nos darán por culo una vez más en Navidad, que la DGT instala nuevos radares de tramo para seguir haciendo caja y que unas 200.000 personas carecen de cobertura sanitaria alguna.

¿No se os pone una mala hostia terrible? ¿No os indigna ver al rey en la final de la Copa Davis con sus flamantes gafas a lo Stevie Wonder y su sonrisa de oreja a oreja mientras el resto de los mortales tiene que "apretarse el cinturón"?

A mi todo esto empieza a darme asco. Mucho asco.

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Fuente: sergiorojas.es