Tres ratas en Dos Hermanas Imprimir
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por Arturo del Villar / UCR   
Lunes, 07 de Noviembre de 2011 04:24

Felipe, Guerra, Rubalcaba y Griñán    Por fin comenzó el plazo de quince días para que los candidatos a las elecciones generales del 20 de noviembre difundan su campaña publicitaria. Es una de tantas falsedades que caracterizan al reino de España, porque llevan cuatro meses haciendo campaña en mítines y declaraciones. Vivimos en el reino de la mentira y la corrupción, y además de la falta de memoria. Así se explica que estuviera muy concurrido el mitin celebrado en Dos Hermanas (Sevilla) por el partido Pseudo Socialista Obrero Español (PSOE), con asistencia del que fuera su secretario general en los años ochenta del pasado siglo, Felipe González, y del tahúr del Guadalquivir, el hermano de Juan Guerra, como estrellas invitadas.

 

   Los dos intervinieron en primer lugar para promocionar a su candidato a presidir el Gobierno, conocido unas veces como el compañero Alfredo, otras como P., otras como Rubalcaba Escuchar, Hacer, Explicar, o Rubalcaba Sí Sabe, Sí Contesta, o Rubalcaba, Pelea por lo que Quieras, porque le han cambiado el nombre tantas veces como el eslogan. Los sociatas madrileños le colocaron el mote de Ratón Pérez, muy adecuadamente a su aspecto: no le perdonan el que apoyara a la Trini Vacunas en unas primarias, frente a su jefe, Tomasus Gomus, alias Invictus, aunque quedó muy  Victus  en las urnas. A estos sociatas no se les puede tomar en serio.

   Hablaron con su desparpajo habitual González y Guerra, y cuando empezó a hacerlo el Ratón Pérez confesó que se sentía cohibido por seguir a la actuación estelar de los Beatles. Suma ignorancia, porque el conjunto de Liverpool lo componían cuatro grandes músicos, mientras que sus predecesores no pasaban de ser el Dúo Reumático. Unidos los tres, debían haber cantado el número de los Ratas de La Gran Vía, aunque es seguro que desafinan, porque no hacen nada bien.

 

La mafia secuestra, tortura y mata

 

  El compañero González se atrevió a afirmar: "Algunos hicimos más que otros para acabar con ETA". Sabemos lo que hizo él para intentarlo, a poco de ganar las elecciones generales el 28 de octubre de 1982: crear los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL), destinados a secuestrar, torturar y asesinar a quienes consideraban nacionalistas vascos residentes en el sur de Francia, y a cometer atentados en los lugares donde se reunían.

   Uno de los organizadores de los GAL, José Amedo, subcomisario adscrito a los Servicios de Información de la Policía en Euskadi, es autor de un libro de 399 páginas titulado La conspiración. El último atentado de los GAL, impreso en Valencia en 2006 por cuenta de la editorial Espejo de Tinta. En la página 88 explica que en el verano de 1983, recién estrenado el primer Gobierno mafioso del padrino González, fueron creados los GAL por Francisco Álvarez, jefe superior de la Policía de Bilbao, después jefe del Gabinete de Operaciones Especiales del Ministerio del Interior; Miguel Planchuelo, jefe de la Brigada de Información en la Jefatura Superior de Policía en Bilbao, y Julián Sancristóbal, gobernador civil de Bizkaia, después director de la Seguridad del Estado, por orden de "la principal institución dirigente del país", es decir, el jefe del Gobierno, el compañero Felipe González.

   Los sociatas alegan que no se puede creer nada de lo que contó Amedo en los sucesivos juicios por los que pasó, como implicado o como testigo de cargo, porque es un delincuente. Claro que lo es, no le iban a encargar la organización de un grupo terrorista a un honrado vasallo de su majestad. Eligieron a un policía sin escrúpulos, para que pusiera en práctica el terrorismo de Estado. Por eso conoce de primera mano todos los entresijos de los GAL, y por lo mismo es el mejor informado para explicar sus criminales hazañas. Utilizó los dineros que le facilitaban de los fondos reservados en el Ministerio del Interior, presidido por el compañero Barrionuevo, para darse la gran vida de un millonario, y debido a ello cometía unas chapuzas inconcebibles. Fue condecorado en varias ocasiones por sus mandos, hasta que resultó condenado a nueve años y seis meses de prisión.

   Este delincuente señala al compañero González como padrino de la mafia criminal que intentó contrarrestar las acciones armadas de ETA por medio del terrorismo de Estado. También Sancristóbal lo denunció en el juicio al que fue sometido, y otros procesados. A eso debió referirse en el mitin de Dos Hermanas, al asegurar que él había hecho más que nadie para acabar con ETA. Todo lo que hizo era delictivo, y además no consiguió el fin propuesto.

 

Crimen y corrupción es mafia

 

  Los GAL llevaron a cabo 33 acciones terroristas, y han sido condenados en firme por la Justicia once delincuentes, entre ellos un ministro del Interior, un  secretario de Estado para la Seguridad, un general y un teniente coronel de la Guardia Civil, los gobernadores civiles de Gipuzkoa y Bizkaia, y otros de menor relevancia. No se quiso procesar, porque hubiera resultado un gravísimo desprestigio para el ya muy desacreditado reino de España, al padrino, a esa famosa X dibujada por Julio Anguita sobre el organigrama de los GAL, pero todo el mundo conoce su identidad.

   La mafia gobernante bajo el padrinazgo del compañero González aprovechó también su situación para enriquecerse. Alcanzó el poder gracias a la financiación del consorcio alemán Flick, ejemplo de la máxima corrupción en Europa en los años ochenta del siglo pasado, y sin duda animada por su ejemplo decidió adoptarlo. Se denominó Filesa a un conglomerado de empresas ficticias dedicadas a la financiación ilegal del partido, y de paso la de sus promotores.

  También en ese capítulo se buscó a gentes sin moral para que organizasen el entramado financiero. Al final fueron procesadas doce personas y condenadas ocho. La figura protagonista cuando se descubrió el escándalo fue la compañera Aída Álvarez, coordinadora de Finanzas del partido. Los casos de corrupción entre los gobernantes alcanzaron a todos los estamentos, incluido el director general de la Guardia Civil. Llegaron a ser tantos que el padrino renunció a seguir presentándose a las elecciones en el XXXIV Congreso del partido, que de todos modos perdió las generales el 3 de marzo de 1996. No se puso a pedir limosna, sino que además de recibir un sueldo mensual opíparo como expresidente, desempeña cargos directivos en empresas con las que mantuvo alguna relación durante su etapa de gobernante.

 

Un clásico de la mangancia

 

   Mientras tanto, los hermanos Guerra desvalijaban Andalucía, aprovechando que uno de ellos era vicepresidente de ese Gobierno y vicesecretario del partido mafioso, hasta que se vio obligado a dimitir. En el mitin de Dos Hermanas el hermano de Juan Guerra osó exclamar: "Ya sabéis que soy un clásico"; como mangante lo es, desde luego. En un libro de entrevistas recopilado por María Antonia Iglesias, La memoria recuperada. Lo que nunca han contado Felipe González y los dirigentes socialistas, editado en Madrid por Aguilar en 2003, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, por entonces presidente de la Junta de Extremadura, recuerda en las páginas 262 y siguiente que todos fueron culpables al tolerar las tropelías económicas de los hermanos: 

   Lo ocurrido con Juan Guerra, el hermano de Alfonso, fue un error político. Todos tuvimos la culpa. Nadie es capaz de reconocer que en su familia puede haber cosas... Tienen que ser los amigos los que te lo hagan ver. [...]

   Alfonso negó a Felipe que lo de su hermano fuera cierto y Felipe le creyó. Por eso hizo la apuesta [en el Congreso de los Diputados] de "dos por el precio de uno". Si eso hubiera sido así, tendría que haber dimitido Felipe también, porque eran "dos por el precio de uno". Si era cierto que le engañó y Felipe comprometió en el Parlamento "dos por el precio de uno", tendría que haber dimitido. 

   Tendría que haber dimitido por muchísimas más culpas. Por ejemplo, durante la campaña de 1982 prometió crear ochocientos mil puestos de trabajo si ganaba las elecciones. Gracias a su gestión, los 2.178.500 desempleados en el primer trimestre de 1982, cuando alcanzó el Gobierno, se habían convertido en 3.735.300 en el primer trimestre de 1996, cuando lo abandonó, según la Encuesta de Población Activa elaborada por el oficial Instituto Nacional de Estadística. Su gestión resultó nefasta para los trabajadores españoles en materia de empleo, y para todos los vasallos del reino en materia social. 

Cuatro huelgas generales 

   Los gobiernos presididos por el padrino González, entre 1982 y 1996, continuaron una política conservadora antisocial y antisocialista, lo que obligó a los trabajadores a que hiciésemos huelgas generales contra ella: el 20 de junio de 1985 contra el recorte de las pensiones, el 14 de diciembre de 1988 contra la Ley de Empleo Juvenil, el 28 de mayo de 1992 contra el recorte de las prestaciones por desempleo y el proyecto de Ley de Huelga, y el 27 de enero de 1994 contra la reforma laboral. Todo ello contra un Gobierno que decía ser Socialista Obrero.

   Estos dos son los valedores del candidato Ratón Pérez, conocido también popularmente como Rubacalva y como Rubalcabra. No despierta más que guasa en el electorado. Se atreve a presentar unos planes fantásticos para solucionar los problemas principales de la economía española, el desempleo y el déficit público, generados por el desacierto absoluto del presidente del Gobierno, el compañero Rodríguez,  como si él no hubiera sido ministro de sus gabinetes desde el 11 de abril de 2006, y nada menos que vicepresidente primero y portavoz desde el 20 de octubre de 2010, cuando defendía la errónea política económica practicada.

   Las personas más responsables que todavía quedan en el partido, muy pocas, debido a la nefasta gestión de esos gobiernos, se han negado a figurar en su lista electoral. Por eso se ve necesitado de recurrir a los dos mafiosos. Y con ello delata sus intenciones, para el caso imposible de que llegara a presidir un Gobierno, en la línea iniciada por el compañero González. Somos vasallos, pero tenemos memoria.