No hace falta que los indepes te caigan bien para que el juicio al Procés te parezca una barbaridad PDF Imprimir E-mail
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por Diego Díaz   
Viernes, 15 de Febrero de 2019 05:09

Los indepes catalanes te pueden caer mal o incluso muy mal. Puedes rechazar que hayan proclamado una república catalana sin contar con más votos que los de sus partidarios. Te pueden repatear mantras insolidarios como “España nos roba” o el supremacismo sobrado de Quim Torra, que la antigua Convergencia —hoy PdeCAT—, sea uno de los partidos más corruptos y privatizadores de Europa Occidental o el infantilismo de culpar a ese ente abstracto y maléfico llamado génericamente España de todo lo que no funciona o no les gusta. Pueden disgutarte, incluso profundamente, los lazos amarillos, las “acciones imaginativas” de los CDR, Els Segadors y Guardiola y sus bufandas, pero no por eso vas a apoyar un macrojuicio político en el que se pide para los consejeros de un gobierno autonómico penas de prisión más propias de terroristas de ETA o golpistas del 23F.

Vamos a ver, imagínate que esto pasa en Escocia o, no sé, más lejos, en Venezuela, ¿puede juzgarse como delito de rebelión y sedición una declaración de independencia sin ninguna validez jurídica y que no fue acompañada de ningún tipo de acto de fuerza o violencia? La justicia alemana lo ha dejado claro. Solo extraditaría a Puigdemont a España si es para que fuera juzgado por malversación de fondos públicos en la organización de un referéndum ilegal. El único delito realmente imputable en un país medianamente tranquilo a los políticos presos o presos políticos, como prefiera llamarlos.

Estamos, pues, ante un macro juicio político que solo beneficia a la derecha y a la extrema derecha. Esto es lo primero que hay que tener claro. Abascal, Casado y Rivera quieren incendio y guerra prolongada en Catalunya. Avalar el juicio, decir que aquí no pasa nada, o desoír las peticiones de Amnistía Internacional, libertad para los Jordis y observadores internacionales, posicionarse acríticamente “con la independencia de nuestro sistema judicial”, es únicamente regalar billetes de lotería a Ciudadanos, el PP y Vox para que en las próximas elecciones se lleven el Gordo de Navidad.

No es la primera vez que el centro-izquierda confunde la transversalidad con ponerse de perfil en este tema o incluso con hacer seguidismo de las derechas en sus delirios nacionalistas. Ahí tenemos el caso del 155. Apoyarlo, como hizo el PSOE, únicamente reforzó el marco de las tres derechas: más madera, es la guerra.

De Catalunya nos va a tocar hablar, querámoslo o no, y no va a haber subida del salario mínimo suficientemente grande como para ocultar el problema catalán. El bloque de la moción de censura necesita cuanto antes consensuar y comunicar a la sociedad española y catalana una hoja de ruta creíble y realista basada en una salida dialogada y negociada, que aísle a los extremistas y deje sin oxígeno a los pirómanos de uno y otro lado. Parlem.

 

Diego Díaz es historiador

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Fuente: El Salto Diario