Los mamporreros de Trump Imprimir
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por Rafa Almazán   
Jueves, 07 de Febrero de 2019 04:56

Sánchez ya ha decidido unirse a sus amigos de Europa y, por supuesto, al gran capo americano que, con la ayuda europea está a punto de obtener un orgasmo bélico de primera magnitud.

Que la situación es difícil, sin duda. Que Maduro no es Chávez, por desgracia para Venezuela, y que necesita un recambio, también es verdad. Pero que de ninguna manera se puede defender un golpe de estado (hasta ahora incruento, ya veremos lo que dura así) y que hay otras vías para ayudar al pueblo de Venezuela sin tener que partirlo en dos, ya lo han dicho desde la ONU, desde México y desde Uruguay. Mientras tanto, Europa vuelve a ser un monaguillo del gran Trump. Y Sánchez cae en la trampa, siguiendo no sólo a Trump, sino también a las derechas españolas. ¡Qué error!

El riesgo de un ataque militar, así lo ha confirmado el presidente Trump está en su agenda. Y ya sabemos cómo es este individuo, al que le gusta más las andanzas bélicas que a un tonto un lápiz. Con este hombre en la Casa Blanca podemos ver con mucha probabilidad un nuevo dejà-vu de Irak, Libia o Siria. Y, entonces, ¿qué hará Sánchez? ¿callará? ¿se unirá? o simplemente se arrepentirá. Porque con la convalidación de Guaidó como presidente venezolano ha ayudado a encender una mecha cuyas consecuencias son difícilmente previsibles.

Eso sí, si ocurriera –esperemos que no--, y Sánchez ya no fuera presidente del gobierno, porque las derechas hubiera alcanzado el poder, no les digo nada, nos embarcarían en nombre de no sé que armas de destrucción masiva –quizá el petróleo y las riquezas naturales— en una nueva versión aznarista de la guerra de Irak.

A Trump le importa un carajo la democracia, más bien le estorba. Su afán de poder le hace traspasar sus límites y sólo es posible pararlo parcialmente con las instituciones estadounidenses, que existen a su pesar. En este caso a Trump le importa el petróleo y jugar a las guerras para así utilizar y gastar el armamento que tiene en exceso.

Este jovenzuelo, el tal Guaidó, indigno subalterno de Trump, se ha autoproclamado Presidente en un mitin. ¿Por qué no lo hizo en la Asamblea Nacional de la que es presidente? No está seguro de contar ni con los suyos. No todo el mundo acepta el golpe de Estado, incluso en la oposición a Maduro. Simplemente ha cumplido las órdenes yanquis. Ni más ni menos.

Lo que sabemos ya es bastante para esperar lo peor. Con el ejército venezolano en contra, USA tratará de imponer con su fuerza una guerra difícil que llevará a Venezuela a un estadio no deseado. Mientras tanto, el seudopresidente ya ha sorprendido a tirios y troyanos, puesto que a pesar de que se le ha reconocido, en parte de Europa, como interino y cuyo único fin es convocar elecciones, ya ha advertido que el plazo será entre nueve meses y un año. Y ya sabemos, por experiencias anteriores que otros golpistas –Pinochet, Videla, etc.--, cuando dieron el golpe de Estado prometieron también elecciones libres y se mantuvieron, hasta que los echaron, en sus puestos.

No hay otra, la solución es una mesa donde se dialogue y se llegue a una situación que permita una mejora considerable en las condiciones de vida del pueblo venezolano, eso sí, con acuerdos y sin dejarse llevar por el gran guerrero americano, cuya intención es conocida. Que se forme esa mesa de diálogo, en vez de enfrentar a dos presidentes y dividir al país. La mejora de Venezuela no pasa por esa derecha reaccionaria amiga de Trump, que pretenderá perpetuarse en el poder e instalar una dictadura, sino por una mesa de diálogo con ayuda internacional que permita convocar unas elecciones libres y democráticas.

Por cierto, ¿a nadie le extraña que Venezuela sea considerada una dictatura y, sin embargo, Arabia Saudí, China y muchos otros países totalitarios sigan adelante con el apoyo de Occidente, sin que ‘los guardianes interesados de la democracia’ no digan ni mu?

Sánchez se ha equivocado y por bien del pueblo venezolano esperemos que su decisión no termine como el rosario de la aurora. Los monigotes de Trump no sirven, ya sabemos cómo estaba Venezuela antes de Chávez. O mejor dicho, sólo sirven para que Trump consiga un orgasmo monumental gracias a la ayuda de sus mamporreros.

Salud y República

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Fuente: Kabila