El Juan Sebastián Elcano o un escándalo silenciado Imprimir
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por José Juan Hdez (UCR)   
Miércoles, 20 de Junio de 2018 03:07

A juego con el velamen, su grácil casco y los impolutos guardiamarinas, en el Juan Sebastián Elcano se detectó en 2014 un alijo de 127 kgs de blanquísima cocaína. La noticia pasó en su momento bastante desapercibida. Parecía poco edificante para el estado español airear en exceso que el insigne buque-escuela de la gloriosa Armada Española era un lugar digno de ser asaltado en un operativo policial contra el narcotráfico del antaño juez estrella Garzón.

Cuatro años después ha salido la noticia, en medios como El País o El Nacional (¿la habrá difundido alguna cadena de televisión?) de que la instrucción del caso se cierra sin encontrar responsable alguno. 127 kgs de coca que en el mercado, según el valor de 2016 en el estado español (50 euros el gramo), tendrían un valor de 6.350.000 euros. Sospecho que este alijo, si se descubre en cualquier otro buque implicaría la detención en pleno de su tripulación y su entrada en prisión provisional, al menos hasta que se haga una acotación previa de responsabilidades. En cualquier aeropuerto del mundo “trincarte” con la centésima parte, algo más de kilo y medio, supondría para el implicado, en el supuesto más benevolente, unos añitos de cárcel. En este caso han llegado a la conclusión de que no puede saberse quiénes son los responsables, alegando que en el buque el trasiego de personal no estaba sujeto a control alguno.

También sorprende que la instrucción del caso la llevara a cabo un juez militar. Es lícito hacerse, frisando con la ironía, algunas preguntas: ¿la coca estaba prevista para el exclusivo consumo interno de la Armada? ¿No pensaban compartirla con los compañeros de armas que pisan tierra o con los que asaltan los cielos? ¿O el mercado al que estaba destinada era apreciablemente más amplio y “civil”?

Aparte de la poca pericia de la justicia militar para saber quién o quiénes (es más probable el plural) son los responsables directos del alijo, lo más sorprendente es lo siguiente que extraigo de El Nacional: “el comandante de Elcano, el capitán de navío Enrique Torres Piñeyro, fue ascendido a contralmirante en septiembre del 2015 y en abril pasado, la ministra de Defensa María Dolores de Cospedal lo volvió a ascender, a vicealmirante, además de nombrarlo jefe del Arsenal de Cádiz”.

Desde el descubrimiento del preciado cargamento, cuatro años, el señor Torres ha tenido dos ascensos. En un buque bajo tu responsabilidad, representante de la marca España, se comete un delito gravísimo y más que frenar tu carrera, pareciera que supone un impulso. Haga el lector un ejercicio mental y piense en otros lugares o instituciones públicas donde pudiera estarse cometiendo un delito de tal magnitud. ¿Podrían irse sus responsables de rositas con dos ascensos consecutivos?

Para acabar, una pincelada sobre las apariencias. Imagínense la cubierta del ilustre buque soportando una soflama sobre las grandezas y servidumbres del servicio a España. En vertical, en el subsuelo del ardoroso orador y los jóvenes guardiamarinas de la tricentenaria Escuela Naval de la Armada, reposando en un pañol, presta para calmar las anhelantes napias de tanto trilero de la patria, la sangre blanca.

 

Artículo también publicado en la página personal del autor: El blog de José Juan Hdez