España ya es una inmensa prisión PDF Imprimir E-mail
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por Grupo Arenal Uno   
Domingo, 25 de Marzo de 2018 05:21

Suma y sigue. El juez Llarena manda a prisión al candidato a la Presidencia del Govern, Jordi Turull; la expresidenta del Parlament, Carme Forcadell; y los exconsellers Raül Romeva, Josep Rull y DolorsBassa.

España limita al Norte con una reja, al Sur con otra reja, al Este con otra reja y al Oeste con una cuarta reja. Dentro estamos todos: la inmensa mayoría como presos o rehenes; los otros, muchos más de los que quisiéramos, como carceleros o cómplices.

El neofranquismo parlamentario español es feroz e implacable. No entiende de acuerdos, no entiende de respeto a la voluntad y las opiniones ajenas, no entiende de entendimiento. Su carácter se forjó en una sublevación victoriosa contra las libertades. Su ADN viene de allí, de una raza de señoritos pistola al cinto, de camisas azules y marchas militares, de crímenes impunes, de “a mí me hablas en cristiano, hijoputa”, de desprecio a las manos encallecidas, de violencia institucionalizada, de un rey por la gracia de Dios y sin corona que nombró heredero a un rey con corona y por su gracia en ejercicio de sus prerrogativas como vencedor de una guerra civil … A ellos se les ha unido una cohorte de mayordomos que nada cuestionan y bien obedecen. “Por nuestra gracia, esto es una democracia”, así se divierten.

No es que no entiendan la democracia. Es que odian la democracia, aunque todos vivan de aparentarla. La democracia es que la voluntad popular manda. La realización de lo que el pueblo decide es la realización de la democracia. Para estos neofranquistas no es así. Han encontrado el sofisma a su medida: “La democracia es el imperio de la ley. La ley la administran los jueces; luego sólo necesito jueces sumisos”. Los jueces son el brazo armado de los criminales. Y luego están los cómplices bien cebados.

Por eso, ciego, se atreve a encarcelar a todo un gobierno y diversos cargos públicos de una institución como la Generalitat Catalana, DEMOCRÁTICAMENTE elegidos. Su delito: defender el derecho a decidir, tratar de hacer efectivo el mandato de su ciudadanía. Que la democracia sea.

Nueve presos políticos y siete exiliados (1). Puede, tal vez, seguramente, que los procesados de hoy, más Oriol Junqueras, Joaquim Forn, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, no salgan de prisión hasta la celebración del juicio (2). Esto puede significar muchos años, si los condenan por rebelión, como ha fijado el magistrado en su escrito de procesamiento.

El pueblo catalán ha puesto en jaque a la Monarquía del 78 con la ejemplar celebración, superando todas las dificultades, del referéndum del 1 de octubre de 2017. El régimen ha respondido de la única manera que sabe, la heredada del dictador que diseñó sus líneas maestras.

Hay que tener memoria y recordar cómo se ha llegado hasta esta situación inadmisible de liquidación de derechos y libertades:

En 2003, con Pascual Maragall, el 88% de Parlamento Catalán aprobó reformar el Estatuto de Autonomía. En 2005 se aprobó en el Parlamento Catalán con 120 votos a favor y 15 en contra. Este nuevo Estatuto, a propuesta de Rajoy (entonces en la oposición), fue anulado por el Tribunal Constitucional de obediencia reaccionaria. Los miembros de dicho Tribunal reescribieron ese Estatuto a su antojo en 2010 y, a partir de ahí, empezaron las grandes manifestaciones en toda Cataluña. Millones de personas formaron parte de manifestaciones reivindicativas, festivas, pacíficas y multitudinarias como nunca antes se han visto en Europa, reivindicando su derecho a decidir….
…Hablemos de diálogo. En 2014 el Parlamento catalán pidió formalmente al Congreso de Diputados del Estado español la convocatoria de un referéndum. La propuesta fue rechazada. Sólo 47 diputados votaron a favor. Los millones de catalanes que lo llevaban exigiendo en las calles y las instituciones desde hace años, fueron ignorados…” (3)

Y España dormida, mirando para otro lado. No hay un problema catalán. Hay un problema de NO-democracia en el estado español. Raro es el día en que no conocemos una condena nueva por rapear, tuitear o expresarse con naturalidad, en el que no nos dicen que denunciar las agresiones constituye un delito de odio, en el que no nos multan “por no respetar el principio de autoridad” de unos uniformados violentos que no atienden ley ni razones, o por criticar a un rey que ha vivido a cuerpo de idem a costa del dinero público… Los únicos principios que se respetan aquí son el del beneficio privado y el de autoridad, necesario este segundo para sostener la insoportable codicia del primero.
Presos políticos no han faltado en todos estos años, pero ahora es alarmante la deriva acelerada de represión en la que hemos entrado. Qué lejos se nos están quedando las libertades.

“…La confrontación con el Estado de parte de la sociedad catalana, que demandaba la celebración de un referéndum, junto con el 15-M son los dos acontecimientos de naturaleza democrática más relevantes del siglo 21 en el Estado Español. Hubo un antes y un después tras el 15-M y lo habrá tras la declaración unilateral de la República Catalana. Ese después es incierto. Como todo lo que tiene que ver con el futuro, se tiene que construir. Por el momento la maquinaria del Estado está sacando músculo…” (4)

La “caza de brujas” sigue en marcha contra la disidencia. La causa de libertad en Catalunya se está defendiendo. En el resto del estado depende de nosotr@s esa defensa, que está unida enteramente con la dignidad. Y la república.

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