Crónica emocional de un día de marzo en el cristal empañado de la historia PDF Imprimir E-mail
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por Lucas León Simón   
Miércoles, 21 de Marzo de 2018 05:21

mani cordoba

Normalmente, un 17 de marzo, hubiera sido un día luminoso, casi cálido, el campo olería a jara y los azahares apuntarían ya en las calles pobladas de naranjos.

Pero llovía. Y hacía frío.  Pero la mañana nos quemaba con sus llamas de indignación.  Las calles, la plaza de inicio, eran un rumor de paraguas y de manos endurecidas por el trabajo y el tiempo.

Estaban allí. Otra vez. Habían estado siempre que había que estarlo. Cuando las grises porras de los grises tiempos, de los grises gobiernos de la dictadura y el hambre.

Sentíamos los latidos de la libertad y la razón, oprimidos, ateridos por el frio mañanero y el desgarro de los gobiernos. Nos unía la lluvia con sus lágrimas de hambre. Y las voces quebradas. Y los gritos del recuerdo.

Era la generación de la lucha. La misma que trajo una ingenua creencia de democracia, una constitución rota y fallida, una esperanza quebrada con aumentos del 0,25 %. No temblaban las estrellas en aquel cielo plomizo, sin nubes brillantes y con el crujido de los pasos del podrido ambiente.

Los huesos, molidos por el trabajo, o los palos, soportaban pancartas: ¡Si votas ladrones, te roban las pensiones! Monotonía en los voceros oficiales. Las mismas mentiras de siempre. La eterna, insondable, mentira de su razón de ser.

“La vida es bella como un camino en el mar”. Septuagenarios, ciegos de miseria, bendecida por la “carta oficial”, ponían su alma de lucha. A la calle. A las ciudades.  Y los dioses jóvenes de la ingratitud y la impostura les segaban la voz en sus telediarios de mierda.

Los pequeños y grandes cancilleres del país se ausentaban. Hacían esquí en las estaciones de montaña ajenas a la solidaridad estatal y constitucional.

Un fascismo medular reinaba. En las coronas y en los parlamentos. En los partidos de la mayoría y en el Ibex-35.  “La vida es bella con sueldos de diputado y dietas”, una Geometría Descriptiva del hambre de viudas y pensiones mínimas.

Ni siquiera escalofríos. “Son viejos”, “Se morirán pronto”. Y ya no se manifestaran. Las artritis, las medicinas no compradas, la corteza carnal de sus cuerpos de tres generaciones de hambre, represión y piojos, los silenciaran ante la tumba.

Llegaran nuevas cartas de la Virgen del Rocío, pero, a su pesar, a su mentira, crecerán nuevas violetas. De la Verdad. Como íntimos perfumes de una generación que abrió todas las ventanas.

¡Mariano, Fátima, Dolores, Rafael… sois rastrojos que arderéis ante nuestro ojos!

 

En la imagen superior, Córdoba, manifestación de pensionistas en la Plaza de las Tendillas

 

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Fuente: Blog de Lucas León Simón