Para entender Cataluña y otras cosas: horizonte Blade Runner PDF Imprimir E-mail
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por Francisco Garrido   
Miércoles, 11 de Octubre de 2017 04:55

La miseria religiosa es a la vez la expresión de la miseria real y la protesta contra la miseria real” (K:Marx) .

Sabíamos que lo de  Cataluña, el Brexit,  la crisis de la UE, el yijadismo terrorista, el antiterrorismo,  Trump o los populismo fascistas  y otras muchas turbulencias surgirían, y surgirán, no sabiamos donde, ni cuando aunque si como: “expresiones  más o menos irracionales  de un malestar estructural y difuso   provocado por el horizonte del fin del crecimiento”. Todos esas expresiones políticas,   cargadas  de emocionalidad, son el producto de un  síndrome de abstinencia. El crecimiento ha sido la droga del capitalismo occidental que ha revolucionado el mundo desde el siglo XVIII. Entre 1800 y la mitad del  siglo XX esa droga quedo reducida  a las clases  dominantes  de las metrópolis , despues se fue extendiendo (Welfare State) a todo los habitantes  de la metrópolis , aunque en magnitudes  muy desiguales. La globalización extendió   la adicción al crecimiento a todo el planeta y en eso comenzó el crack y por tanto el síndrome.

Todo nuestro sistema democrático, civilizado, moderno,  occidental, muy tecnificado ha sido asentado  con tres factores claves:

  • El crecimiento y la expectativa de su infinitud.
  • El desarrollo desigual.
  • La búsqueda incesante de nuevos nichos de plusvalías relativas que ante el horizonte de escasez se trona plusvalías

No existen experiencias democráticas modernas que no estén vinculadas al crecimiento. El crecimiento permitía situar la confrontación   de clases en los países desarrollados   dentro del margen de la disputa por las plusvalías relativas.  El comienzo de la percepción social del fin del crecimiento ( que debuta con la crisis metabólica del 2007) sitúa la lucha  política  en un territorio mucho más agresivo y autoritario: la pugna sangrienta por las plusvalías absolutas.

En este tipo de contexto de guerra social creciente , que no va a cambiar sino que se ira agudizando con el paso del tiempo; la mayor amenaza a medio plazo es la extensión de la entropía metabólica asociado al fin del crecimiento (cambio climático, agotamiento  energético, saturación de los agrosistemas, crisis hídrica y alimentaria) se extienda a la entropía social (desigualdad, pobreza y criminalidad), y de esta a la entropía política (privatización, ausencia de  estado, estados  autoritarios, nanofascismo, disgregación, guerra etc). Porque si el espacio de la política y del Estado abdican de su función ecológica  de control de la entropía socio ambiental, entonces  el único horizonte es Blade Runner, la distopía idealizad  del todos contra todos en un planeta que se muere, la máxima entropía social.

¿Significa esto que debemos despreciar a todos estos epifenómenos sociales y políticos?   ¿Qué debemos situarnos en un discurso profético de la verdad anunciado las causas reales de estos síndromes de abstinencia? Pues no y si. No hay que ignorar esta as expresiones sino intervenir dentro de ellos y dirigir esa malestar hacia las causas materiales que ciertamente lo provocan. Cada expresión de malestar desde Cataluña a Trump o o Le pen son potencialmente fuerzas de cambio hacia el único horizonte factible para la humanidad: el ecosocialismo  descalzo  que dice Riechmann. Por eso a la vez que se está en el corazón y el alma de la gente que se indigna por que sufre,  hay  mantener  el discurso profético  que alumbra   la toma de conciencia. “Reír con los que ríen y llorar con los que lloran", entendiendo, que algo puede ser  a la vez la expresión de la rebelión contra el malestar y el malestar mismo.

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Fuente: Paralelo 36