La bala de plata del PP se llama ETA PDF Imprimir E-mail
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por Edurne Bárcenas   
Sábado, 13 de Febrero de 2016 06:52

Cuando un atrevido personaje decide entrar en política, debe llevar aprendidas las técnicas de combate. Dependiendo de la ideología, se aplica una u otra táctica. Al llegar, al político se le entrega una cartera vacía y una pistola con la que empieza a disparar a diestro y siniestro propuestas, argumentos, reproches y toda una batería de ocurrencias.

Llega un momento en esta batalla en que nuestro héroe se queda sin munición. Que no cunda el pánico. Para los John Wayne del PP siempre queda una bala en la recámara, la bala estrella, el todo o nada ante la muerte política: ETA, con su serpiente y su hacha. A veces, también el yihadismo. Ni siquiera hace falta puntería. Todo se puede agitar y mezclar en la coctelera del terrorismo.

 

Angustiados por una posible derrota en la investidura ante un eventual pacto de izquierdas, el PP prueba suerte, de nuevo, con la instrumentalización del terrorismo.

Recientemente, el ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, disparaba afirmando que ETA espera “como agua de mayo” un Gobierno entre PSOE y Podemos. El nuevo presidente de la Comisión de Interior del Congreso de los Diputados, el popular Rafael Merino, se estrenaba ante los medios corroborando las palabras del ministro: “Un Gobierno débil siempre beneficia a ETA”.  Solo con un Gobierno fuerte y estable (PP-PSOE-C’s), se puede “combatir a ETA”. Maquiavelo estaría orgulloso de sus príncipes.

Sin embargo, parece que son los propios conservadores los que sufren una suerte de síndrome de Estocolmo. Hace solo unos días que mediadores internacionales del proceso de paz, el Grupo Internacional de Contacto, alertaban de la inacción del Gobierno y su constante obstaculización ante el desarme de la banda. Uno de ellos, Brian Currin, denunció: “El Estado español no ha puesto su grano de arena. Hay un bloqueo enorme. Ha convertido al propio proceso de paz en un preso político”. Los populares se encuentran cómodos en su trinchera.
 

Cualquier persona que asista hoy a un acto del PP en Euskadi, sabe que el discurso va a tener un hilo conductor: la banda terrorista, el conflicto vasco, las víctimas. Como dice el periodista Javier Gallego en su columna de eldiario.es, es el PP el que necesita como agua de mayo a ETA.

Esto quedó demostrado con la forzosa dimisión, este pasado octubre, de la presidenta de los populares vascos, Arantza Quiroga, tras proponer la creación de una ponencia sobre “Libertad y Convivencia”, y en cuyo texto se solicitaba el “rechazo expreso” a la violencia de la banda, en lugar de la “condena”. Quiroga dio un paso al frente, dijo que el PP no debía “encallarse en las palabras”. En Génova no gustó nada esta salida de tono y fue desautorizada y fulminada.

La otra bala

También están utilizando partidistamente el terrorismo islámico. El ministro de Asuntos Exteriores en funciones, José Manuel García-Margallo, dijo verse “obligado” a informar a sus “colegas” europeos de que un Gobierno entre PSOE y Podemos podría convertir a España en el primer país en salirse de la coalición internacional que lucha contra el ISIS. Otro tiro al aire para asustar al personal.

Por otro lado, esta semana, el PP se ha hecho eco del presunto delito de enaltecimiento del terrorismo llevado a cabo por unos titiriteros en su obra de ficción en el barrio de Tetuán de Madrid. Hasta en Ourense la policía identificó en la fiesta de Carnaval a un joven por disfrazarse de titiritero con el cartel de “Gora Alka-Eta”, frase objeto del presunto delito. Esto nos recuerda uno de los once principios de la propaganda de Goebbels, el de la desfiguración: “Convertir cualquier anécdota en amenaza grave”.

Todo esto nos recuerda a uno de los 11 principios de la propaganda de Goebbels, el de la desfiguración: "Convertir cualquier anécdota en amenaza grave"

El portavoz de Jueces para la Democracia, Joaquim Bosch, ha puesto el dedo en la llaga al manifestar en la SER: “A mis compañeros de la Audiencia Nacional, en los tiempos en los que ETA cometía atentados, les llegaban al año dos o tres asuntos de enaltecimiento del terrorismo; ahora les llegan más de 30. Esto no parece normal”. El jurista asegura que habría que reflexionar sobre este tipo penal, que es un concepto jurídico indeterminado tan amplio que permite interpretaciones peligrosas para el ejercicio de las libertades.

Y gracias a ello se tolera su politización: la utilización del miedo, de la política exterior, del terrorismo para desprestigiar otras opciones políticas. El PP lo que necesita es un ángel de la guarda, alguien como Marcelo  –el ángel del ministro del Interior–, que les ayude a “aparcar” la idea de la última bala, tendenciosa, cutre y obsol-eta.

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Fuente: Diagonal