El suicidio de un trabajador despedido PDF Imprimir E-mail
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por Lucas León Simón en su blog   
Domingo, 27 de Marzo de 2011 05:25

SuicidioTodos los humanos tienen una existencia poblada de afanes. Educarse, encontrar trabajo, tener una vivienda, crear una familia...La llegada al punto de una biografía anónima es similar en casi todo el mundo. Lo grave es cuando uno de estos hitos queda truncado o imposibilitado por la sociedad, o lo que es peor, por la incompetencia ajena.

¿Que grado de desesperación puede alcanzar una persona, de mediana edad, a la que comunican un despido dentro de un colectivo de trabajadores afectado por uno de los muchos planes de reconversión que nos rodean?

 

Un empleado de banca de Córdoba se ha suicidado a las pocas horas de que le comunicaran un despido. En un entorno de crisis y desempleo total, en una provincia de las más afectadas por el paro del país, a un despedido se le hunde el mundo.

La reacción del entorno añade más gravedad al asunto. Un probable pacto de silencio entre la empresa y los medios informativos locales, muy "debilitados" en su proximidad a la noticia por la abundante publicidad con que la entidad los unta, ha ignorado todas las circunstancias de esta triste muerte.

Nuestra sociedad empieza a dar asco. Lo que nos resulta incómodo o molesta a los poderosos se ignora. Y todos metabolizan esta entropía negativa. La incompetencia mas manifiesta ha estado presente en los últimos años de la empresa que ha despedido. Han tirado por un agujero negro los ahorros de siete generaciones de cordobeses, y sus cargos rectores, con una importante presencia de clérigos, se han ido absolutamente de rositas. Y quienes vienen a pagar las consecuencias son los de siempre, los trabajadores.

El filósofo Stephane Hessel ha escrito un reciente libro. ¡Indignaos! Lo titula. Viene a buscarle la salud al mundo con un conjunto de causas de indignación. Está es claramente una de ella. Contemplarse a su mismo como un dato objetivo y mandar a tomar por el culo a toda la escoria, neoliberal y asesina, que nos rodea.

La experiencia de mirarse al espejo, y ver mas que la propia desgracia, la imbecilidad ajena, debería afirmarnos mas a la vida, más incluso que la de aquellos que sólo han visto en él su ombligo y la quincalla de supuesta fe.

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Fuente. http://lucasleonsimon.wordpress.com/2011/03/25/el-suicidio-de-un-trabajador-despedido/