Alí Babá y los 40.000 ladrones. PDF Imprimir E-mail
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por Rafael Torres / Diarios del Siglo XXI   
Lunes, 07 de Marzo de 2011 06:32

MercasevillaSi en España existiera auténtica aversión al latrocinio y al trinque, ni el PP ni el PSOE estarían autorizados a presentarse a elecciones ningunas, o bien, en el caso de que una hipotética e improbable Ley de Partidos orientada contra la corrupción se lo permitiera, no les votaría nadie, a excepción, tal vez, de los familiares. La corrupción política que el bipartidismo ha institucionalizado en España, aprovechando el ambiente histórico bruñido en la picaresca, el bandolerismo y el caciquismo, opera como permanente y desesperante estafa a los ciudadanos, quienes, por su parte, consienten en ello por una mezcla de resignación, impotencia y estúpido sectarismo.

 

Estos políticos de los Eres andaluces y los Gürtel madrileño-levantinos, pero también esos otros de más modesto calado que, como se cuenta del concejal de Urbanismo de Málaga, hizo un "trapi", un auto-trapi, para pagar siete veces menos por una licencia de obra para su casa (su hermano, responsable de un distrito, obtuvo otra licencia sin presentar el proyecto que Urbanismo exige, ¡y en 24 horas!), son gente que abandonó la sociedad para residenciarse en el Estado, que en nuestro país, encima, carece de los filtros y los mecanismos de control que le impedirían convertirse en la Cueva de Alí Babá y los cuarenta, qué digo cuarenta, cuarenta mil ladrones. Se trata de chorizos a lo Gil, que mangan lo gordo y reparten algo, en forma de farolas modernas, colocaciones o polideportivos de esos cuyos tejados se los lleva el viento, pues saben que si se lo llevaran absolutamente todo, como Alí, como Mubarak, como Gadafi, hasta los españoles, tan mansos, les montarían un pollo irreversible.

He aquí el país en el que para que los amiguetes materialicen el sueño de vivir sin trabajar mediante una jubilación anticipadísima, los otros, los que no tienen padrinos en el Estado, se tienen que deslomar hasta los 67 años. El mismo país donde se fríe a impuestos al trabajador o se suprimen escáneres o becas para que un Calatrava afecto a Matas o a Camps se lleve millones de euros por un proyectito fantasmal y por una maquetita. Desde luego, si en España la corrupción suscitara repugnancia y reproche, sé de dos partidos, y de alguno más ciertamente, que lo llevarían peor que Sortu