La inquietud se ha disparado entre amplios sectores de la izquierda social y política ante el curso de las negociaciones entre gobierno y sindicatos, ampliada posteriormente a la patronal CEOE, y que pretende la complicidad de la mayoría de los grupos con representación parlamentaria.

El giro negociador ha provocado desconcierto, desconfianza, desmoralización y rechazo. No es para menos si tenemos en cuenta que pocos días antes, en el acto de cierre de la manifestación sindical de 18 de diciembre contra la reforma de las pensiones, los dirigentes de CCOO y UGT reafirmaron la oposición sindical a cruzar las líneas rojas de la reforma, en particular el retraso de la jubilación a 67 años con carácter obligatorio, y Toxo amenazó con una nueva Huelga General en enero.

Las CGT de Galicia y de Catalunya convocan huelga general el 27 de enero en sus respectivos comunidades autónomas. CGT de Navarra apoya la convocatoria de huelga general realizada para ese mismo día en Euskalerría por las fuerzas sindicales vascas.

La CGT igualmente está movlizándose en el resto de territorios del estado español, en confluencia con otras fuerzas sociales y sindicales, con la idea puesta en una próxima huelga general y para expresar la oposición popular contra la reforma de las pensiones, el pacto social, la reforma laboral y los recortes sociales.