Liliana Pineda y las propuestas económicas del 15-M Imprimir
Opinión / Actualidad - Entrevistas
Escrito por Rodrigo Vázquez de Prada y Grande   
Sábado, 19 de Noviembre de 2011 00:00
liliananovecentoToda acción política debe estar profundamente
informada para que sea democrática.
No pueden pagar los mismos, los desiguales
La deuda es ilegítima y no se puede poner por encima de todo.

Sin pretenderlo, es hoy una de las caras conocidas del 15-M. Tiene 44 años y, aunque nació en el departamento colombiano de La Guajira, vive en Madrid desde hace ya más de dos décadas. Más de la mitad de su vida. Por ello conoce bien Colombia, su país de origen, y no menos España, su país de elección. A los dos los ha estudiado con detenimiento, sobre los dos reflexiona en profundidad y, en ocasiones, investiga cuestiones controvertidas y silenciadas que atañen a uno y a otro y las saca a la luz de una forma crítica y severa. Entre otras, la presencia y actuaciones en el exterior de las empresas españolas, incluidas algunas de naturaleza pública como el Canal de Isabel II, implantadas en Colombia y otros países iberoamericanos, cuyas prácticas denuncia abiertamente, sin paliativos.

 

Ejerce su carrera de leyes como abogada penalista y escribe novelas de fuerte contenido crítico. Dos de ellas están ya en las librerías españolas: Ida y vuelta. Madrid-Caracas- Bogotá, editada en 2009, y Los blanqueadores, salida a la luz hace un par de meses y sobre la que Crónica Popular publicó un artículo de José Manuel Martín Medem. Pero, al mismo tiempo, es una activista de izquierda que conjuga todo ello de una manera espontánea. «No podría abstenerme de participar en lo que participo, de escribir lo que escribo y de opinar lo que opino. Prácticamente, de manera natural, he venido haciendo en este movimiento lo que ya venía haciendo a lo largo de toda mi vida. Opinar, criticar y participar muy activamente».

Desde sus inicios, forma parte del Grupo de Economía, uno de los más activos del 15-M, en el que se integró a los pocos días de irrumpir y constituirse en la Puerta del Sol, de forma tan inesperada como esperanzadora. En la antesala de las elecciones generales, desgrana para Crónica Popular sus opiniones sobre el 15-M, este movimiento ciudadano que se ha reproducido con tanta rapidez en muchas de las principales ciudades del planeta. Y, contestando a nuestro primer interrogante, lo primero que hace es definirlo…

«El 15M es un movimiento ciudadano, sin más apellidos. Un movimiento alrededor de una premisa esencial que es la democracia, la democracia real, la reivindicación básica que da lugar a todas las movilizaciones. Empieza siendo una iniciativa de jóvenes a la cual se van sumando personas de todas las edades. Ahora mismo, hay gentes de todas las generaciones, de muchas ideologías, con muchas propuestas políticas, divergentes incluso. Y todos estamos participando».

Una gran parte del 15-M está formada por jóvenes que nacieron en la democracia, con una Constitución aprobada en 1978 y que no conoció, por tanto, el proceso de transición política de la dictadura a la democracia… A partir de este dato, ¿se puede considerar que el 15-M es un cuestionamiento del proceso de la transición política de la dictadura a la democracia, de las consecuencias derivadas de ese proceso?

 

Hubo un gran déficit democrático en la transición.

«Todavía, el 15-M no ha llegado a amplios consensos a efectos de diagnosticar o definir exactamente donde está el problema de la democracia. Muchos de los que participamos allí sí, claro. Yo desde luego lo veo, y lo sitúo, además, en el propio diseño perverso de la Constitución. Era un mal diseño en términos democráticos, que se evidencia claramente en sus deficientes instrumentos de participación. De hecho, hubo un gran déficit democrático en todo ese proceso y, desde luego, es lo que finalmente se plasma en la Carta constitucional.

»Hoy, cuando queremos manifestar de una manera, digamos, masiva o colectiva el rechazo a una serie de políticas económicas que nos afectan no tenemos instrumentos políticos para hacerlo y por eso tenemos que salir a la calle. Si hubiésemos tenido unas instituciones que garantizasen desde el principio una participación democrática para que la gente pudiese expresar efectivamente sus opiniones, su malestar, sus afectos o sus rechazos, no estaríamos, probablemente, en el movimiento en las condiciones que estamos: masivamente protestando».

El 15-M surge en el corazón mismo de la crisis económica creada por el capitalismo internacional, por los poderes financieros. Sin embargo, el 15-M ¿se queda en la crítica a las políticas neoliberales o va más allá y las sitúa en la naturaleza misma del capitalismo?

«El 15-M, al ser un movimiento ciudadano, se expresa de muy diversas maneras. Hay quienes realizan un análisis de las consecuencias de lo que es la crisis y se quedan en una crítica muy superficial y hay quienes intentamos profundizar en las causas que la originaron, precisamente; que la vemos no como una crisis en un sentido cíclico o puntual o que llega, digamos, de una manera casual, sino que, efectivamente, la registramos como un hecho previsible, ligado al sistema, determinado por él. Las críticas desde el propio movimiento son muy desiguales.

»No se puede hablar de que todo el 15-M o de que una buena parte del 15-M esté haciendo una crítica fundamentada al sistema. No. No podemos decir eso. Sí podemos decir, en cambio, que dentro del 15-M hay críticas muy fundamentadas y muy profundas que, efectivamente, sitúan el problema en sus causas. Creo que se está avanzado poco a poco en esa dirección. Eso es parte de la evolución del propio movimiento en los escasos seis meses que tenemos de andadura».

En esta línea, la Comisión de Economía está jugando un papel importante de clarificación de las grandes cuestiones económicas…

«Realmente no es una comisión, porque no somos comisionados, nadie nos ha delegado para esta acción. Somos un grupo de trabajo, nunca mejor dicho, en donde participa todo el que quiere. Todo el que quiere se suma. Y ese grupo de trabajo, que inicialmente surge de una asamblea en la plaza del Carmen, se divide en varios subgrupos para facilitar el trabajo, algunos de los cuales sobreviven y otros no. Y esos subgrupos —en los que se reflexiona sobre sistemas financieros, política económica, relaciones económicas globales, vivienda, trabajo, etcétera— cada semana vuelven a reunirse en una asamblea conjunta a la que se llevan las iniciativas de acción o de reflexión.

»Los subgrupos de trabajo tienen sus propias reflexiones, sus propios debates, sobre el aquí y el ahora. Pero también hay reflexiones en relación con el futuro, con los modelos que se están proponiendo. Entonces, cuando nos reunimos en esa gran asamblea se reflexiona sobre iniciativas más concretas y empezamos a debatir sobre ellas para llegar a consensos. Los consensos, hasta el momento, se han materializado en propuestas; las primeras 20 se hicieron en junio o julio, y a partir de allí, hemos venido desarrollándolas porque se nos han quedado un poco cortas. Estamos en ese proceso de reelaboración y desarrollo».

Evidentemente, el conocimiento es un valor en sí mismo, tal como recordaba días atrás el ex rector de la Complutense, Carlos Berzosa. Y vuestra Comisión de Economía está desarrollando una gran actividad formativa, proporcionando conocimientos en materia económica a los participantes en el 15-M, en jornadas en las que Crónica Popular ha estado presente en varias ocasiones…

«El grupo de trabajo de economía, quizás, es más conocido por sus acciones que por sus propuestas. Sus acciones de formación y sus acciones de movilización. Las acciones de formación han sido, digamos, las más exitosas, con lo cual se está demostrando que, efectivamente, había una gran carencia, una urgente necesidad de formación.

La gente reclama información sobre cuestiones básicas en materia económica porque desconoce su terminología.

»La gente reclama información sobre cuestiones básicas, elementales, en materia económica porque desconoce su terminología. Se nos había alejado por completo del léxico de la economía para impedirnos entender en qué consiste la crisis o, mejor dicho, la estafa, desde el punto de vista político. Entonces, lo que hemos hecho es atraer y concitar la opinión de personas que llevaban trabajando muchísimo tiempo sobre cada uno de los temas controvertidos y los hemos invitado, en primer lugar, a lo que hemos llamado Los veranos de Economía Sol, que celebramos todos los domingos y que nos han servido de plataforma de iniciación y divulgación de los asuntos económicos.

»El éxito de la convocatoria de Los veranos de Economía Sol quedó patente en la amplia participación de que gozó desde un principio. En ellos han intervenido pensadores importantes en materia económica de este país y otros muchos que nos han visitado, desde un Premio Nobel hasta esforzados activistas; que han querido hablar en esa ágora maravillosa de los veranos y, posteriormente, en Los otoños de Economía Sol; unas jornadas que, ahora, hemos tenido que adelantar a las 12 de la mañana para que la gente se pueda reunir sin temor al frío y a la lluvia. Aún seguimos en esta actividad».

A la vista del desarrollo tanto del 15-M como de la misma crisis económica, ¿Cuáles de vuestras propuestas situarías como prioritarias?

«En realidad, mi juicio y mi priorización es muy personal y muy a largo plazo, y así lo manifiesto en el Grupo de Trabajo. Mis críticas o mis aportaciones en relación con las propuestas del Grupo de Economía tienen que ver con esos modelos alternativos que podemos ir construyendo a partir de la reflexión.

»Yo observaba, hace unos días, en el Grupo de Economía que, curiosamente, en cada una de nuestras sesiones, en un solo día, en una sola tarde o en una sola exposición, nosotros podemos hacer un recorrido que va desde la utopía hasta una propuesta concretísima, como puede ser la modificación de un artículo del Código Penal; desde la visión más futurista, como puede ser la democracia real, pues no hay ahora una utopía más entrañable, más fantástica pero también más difícil de conseguir, hasta una concreción más específica. Y planteaba que tenemos que reflexionar, precisamente, sobre los instrumentos de participación de un modelo alternativo en términos de democracia y, en la medida de lo posible, detallarlos».

Lo que estáis haciendo es poner en cuestión y tratar de redefinir todo tipo de conceptos.

«Efectivamente, tenemos que entrar a redefinir conceptos que se consideran ahora tan fundamentales como el crecimiento y el productivismo y entrar a saco de manera muy crítica con esa visión. Tenemos que pensar en los términos de algunos de los mejores pensadores españoles, como José Manuel Naredo que para muchos, y entre ellos para mí, es un referente, que plantea el principio de “mejor con menos”. Tenemos que plantearnos de nuevo aquello de “de cada cual según su capacidad y a cada cual según su necesidad”, pero siempre en función de una armonía total con la Naturaleza.

Tenemos que dar muchas vueltas al concepto de trabajo…

»Tenemos que dar muchas vueltas al concepto de trabajo para que, realmente, pueda significar lo que queremos. Cuando, por ejemplo, hablamos de moneda debemos replantearnos el patrón sobre el que queremos construirla: una canasta de monedas o una canasta de alimentos o, incluso, plantearla en términos de patrón vida… Estamos cuestionándolo todo. Y, desde luego, siempre teniendo en cuenta de que partimos de una situación en la que, en cualquier caso, no estamos hablando en términos de igualdad».

En vuestra opinión, ¿cuáles serían las consecuencias de esa desigualdad?

«Tenemos que modificar y reformular los conceptos de ciudadanía y de contrato social. Particularmente, creo que no estamos en condiciones de seguir “contratando” puesto que no estamos entre iguales. Y como no estamos entre iguales habrá que reformular también “el contrato social” y “el Estado social” que se nos habían propuesto como paradigmas. Por ello, tendremos que replantearnos la igualdad en otros términos que también signifiquen la autonomía y el respeto del individuo. Todos esos equilibrios que nosotros debemos buscar y tener en cuenta están ahí, en lo que entendemos por igualdad. Al mismo tiempo, estamos debatiendo sobre cuestiones muy prácticas frente a la actual coyuntura…».

En esta línea, ¿qué posición mantenéis frente a la cuestión que hoy está en el centro del debate, la deuda de los países y su pago a los grandes poderes financieros?

Está claro que esta deuda no es legítima…

«Está claro que esta deuda no es legítima, puesto que no está fundamentada en un interés general, que es lo que constantemente se nos echa en cara cuando se nos dice que, por el interés general, el pago de la deuda está por encima de cualquier otra cosa, como puede ser la satisfacción de necesidades sociales básicas. Y eso es totalmente falso. No hay nada que lo fundamente. Pero tampoco se puede legitimar en la voluntad general porque no se sabe cuál es esa voluntad general, puesto que no se ha permitido una consulta popular, un referéndum.

»No se puede colocar a la deuda por encima de todo. Y partiendo de que esa deuda es ilegítima, tenemos que preguntarnos también en qué condiciones y de qué manera se está debiendo, cuánto se debe, a quién se debe, por qué se debe y quiénes deben… En nuestro grupo de trabajo exigimos una auditoría general para conocer todo ello».

Estáis planteando también una fiscalidad realmente progresiva y la desaparición de los paraísos fiscales y del secreto bancario…

«Nosotros proponíamos el estándar fiscal internacionalmente acordado. Creemos que ninguna solución en materia fiscal se puede adoptar sin el acuerdo de los países y de los pueblos. Y ya que estamos hablando de un mundo globalizado a la fuerza tenemos que hablar también de una fiscalidad globalizada. Por eso tenemos que remitirnos a los estándares internacionales a la hora de definir cuáles son los impuestos.

»Para que eso tenga una efectividad y no sea un canto al sol, tenemos que empezar por la eliminación de los paraísos fiscales y del secreto bancario, porque el secreto bancario es antidemocrático y es lo que permite la evasión y el delito fiscal. Hay que ser inflexible a la hora de perseguir y rechazar el secreto bancario.

»Pero, además, toda la propuesta fiscal tiene que ir en el sentido, primero de preservar la eficacia de las disposiciones fiscales y también de la progresividad. No pueden pagar los mismos impuestos los desiguales. Es absolutamente injusto que un parado pague los mismos impuestos que Botín cuando compra una botella de leche. No es de recibo desde el punto de vista de justicia fiscal democrática.

»A partir de todo esto, tenemos una serie de propuestas que tienen que ver con medidas que deben adoptar los organismos internacionales, que, para nosotros, se han quedado cortísimos a la hora de garantizar que los impuestos se recauden a las grandes corporaciones empresariales y a los bancos de inversión que son los que están en el núcleo no solo de esta crisis sino del capitalismo más salvaje».

En este sentido, ¿Qué posición mantenéis actualmente en torno a la llamada Tasa Tobin?

«Ni nosotros ni los que la proponen la llamamos ya Tasa Tobin. Es un impuesto a las transacciones financieras. Una medida mucho más ambiciosa que lo que en su momento planteaba el mismo Tobin. Pero nosotros no nos quedamos en ese impuesto, en el ITF. Nos parece insuficiente si no se integra dentro de una serie de estándares de fiscalidad que tiene que comprender muchas más medidas. Por ejemplo, el ITF, sin la eliminación del secreto bancario y de los paraísos fiscales no tendría ninguna efectividad. Y todas estas medidas si no hay una progresividad fiscal serían totalmente injustas.

»Hay una buena cantidad de elementos que deben acompañar al gran cambio desde el punto de vista de la cultura fiscal, que tienen que establecerse a nivel mundial para que, realmente, sean eficaces. No vale ya el ITF como una medida aislada».

Frente a los numerosos desahucios que están dejando en la calle a familias que no pueden terminar de pagar sus préstamos hipotecarios, se está planteando el reconocimiento legal de la dación en pago

Los bancos han cometido un fraude.

«También sobre esta cuestión nosotros queremos ir mucho más allá. Entendemos que ya no se trata sólo de que el banco se quede con tu casa y no tengas que seguir pagando lo que resta de la hipoteca. No es solo eso. El banco se ha quedado con tu casa de una manera ilegítima. El banco ha utilizado instrumentos aparentemente legales para quedarse con tu casa. Realmente, ha realizado un fraude a todas aquellas personas que en su momento compraron una vivienda y ahora no pueden pagarla.

»Esto enlaza con uno de los temas que se han venido debatiendo en el Grupo de Trabajo de Vivienda, el tema de las tasaciones para la concesión de las mismas hipotecas. Se permitió una defraudación en masa en esta materia. Las agencias de tasaciones, en connivencia con los bancos y con los bancos de inversión, tasaron las casas por valores varias veces superiores a su coste real.

»Y se permitió que la tasación fuese tan elevada para poder venderle a la gente la posibilidad de endeudarse muy por encima de lo que realmente estaba garantizado. Luego, esos mismos bancos rápidamente se desprendieron de las hipotecas porque, a su vez, las “titularizaron”, las empaquetaron y las subastaron en los mercados de derivados. Y ahora resulta que no responde nadie. Los hipotecados se encuentran con que deben a no se sabe quién, que tienen su hipoteca en cualquier lugar del mundo.

»Y ya no se trata sólo de que esa persona pierda su casa, sino de que esa persona se comprometió a pagar una hipoteca porque una agencia o una serie de profesionales le habían dicho que esa casa valía doscientos cuando en realidad valía la mitad o una tercera parte menos. Se comprometieron contratando unas hipotecas en función de unos valores que les tasaron. Y eso es una defraudación.

»Esas agencias de tasación que actuaron en connivencia con los bancos tienen que responder por ese engaño. Habrá que iniciar acciones penales y civiles. Habrá que utilizar varias jurisdicciones para reparar el daño que se ha hecho, porque a esas personas se les ha engañado.

Desde el 15-M también se apuesta por el rechazo a la clonación de las cajas de ahorro en bancos y por la creación de una banca pública…

«El grupo que trabaja en materia financiera hizo desde el principio una apuesta contundente por la banca pública. Hay un conocimiento claro de cuál ha sido el papel del FROB y lo que ha significado ese traslado por parte de la banca privada a los Presupuestos Generales del Estado de una serie de agujeros.

»Se han estado produciendo agujeros en las cajas debido a un diseño de gestión también deficiente desde un punto de vista democrático y político. Desde luego, las cajas eran unas instituciones poco transparentes, por decirlo lo menos fuerte posible, y estaban mal gestionadas financieramente, sobre todo en los últimos años.

»Las cajas entraron a saco en todo el entramado inmobiliario y participaron y potenciaron todo lo que fue inversión en ladrillo, que se ha demostrado un verdadero fracaso financiero y, además, un atentado contra la Naturaleza y la propia economía de este país.

»Pero, precisamente ahora, cuando el Estado interviene con fondos ingentes para tapar agujeros es el momento de que esos esfuerzos se constituyan en el instrumento fundamental que necesitamos para empezar a plantearnos políticas alternativas en materia financiera, como sería la creación de una banca pública. Sin poner mucha más inversión de la que ya ha aportado el Estado para salvar a las Cajas podríamos estar hablando hoy de una banca pública».

Desde su creación, el 15-M ha replanteado muchas cuestiones con las que está de acuerdo una gran parte de la sociedad española. Pero, ¿hacia dónde camina el 15-M?

«Nos estamos planteando muchísimas ideas para la extensión del movimiento. De hecho hay iniciativas muy interesantes. Y, de la misma manera que la Acampada Sol hizo una acción trascendental para su crecimiento trasladándose a las plazas y a los barrios, ahora nos estamos planteando la necesidad de que el 15-M llegue a los pequeños pueblos, a esos lugares donde, por el momento, no han llegado todavía medios de comunicación críticos, independientes, veraces, que puedan trasladar nuestras propuestas. Iremos como movimiento a esos pueblos. Estamos planteando una especie de hermanamientos de plazas y pueblos».

El movimiento no es exclusivamente español.

»Pero, además, ahora sabemos que el movimiento no es exclusivamente español, sino que ya se manifiesta en muchas ciudades del mundo. Y de lo que se trata es de ir creciendo más y más. Porque este movimiento ciudadano parte de que queremos saber qué es lo que está ocurriendo. Queremos saber para informarnos profundamente de nuestro presente y para poder construir esos modelos alternativos; queremos saber para, precisamente, poder construir ese futuro».

Y el futuro más inmediato pasa por las elecciones generales. ¿Cuál o cuáles son las posiciones del 15-M ante el 20-N?

«La verdad es que hay posiciones para todos los gustos a partir de nuestra diversidad como movimiento. De ninguna manera se puede hablar de un consenso en relación con el 20-N. Quizás en lo que más podamos coincidir es en el objetivo de que, quienes acudan a votar en esas elecciones, lo hagan con la máxima información posible. Y eso, para quienes nos autodefinimos como gente de izquierdas, es algo que nos veníamos planteando desde los inicios mismos de nuestro activismo: que toda manifestación o acción política debe estar profundamente informada para que sea democrática».

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Rodrigo Vázquez de Prada y Grande es periodista

Fotos: Germán Gallego

Fuente: Crónica Popular