"Podemos debe tener la grandeza de darse cuenta de que la unión con IU es más que una suma, es una multiplicación de fuerza y de eficacia" PDF Imprimir E-mail
Opinión / Actualidad - Entrevistas
Escrito por Luis Fernández   
Martes, 19 de Enero de 2016 06:52

El histórico dirigente de IU asistió en Oviedo a un acto por la confluencia de la izquierda. En su opinión, esa unión debe ir más allá de Podemos e IU e incluir a los "miles de activistas" que no se siente identificados en ningún partido. Monereo repasa la actualidad política del país y critica la actitud de políticos como Llamazares, quien, a su juicio, actúa "desde la prepotencia" y nunca ha buscado realmente la unidad con la formación morada. Considera que IU se encuentra en un momento complicado y que si no toma decisiones acertadas corre el riesgo de desaparecer.

 

Los resultados de las últimas elecciones han animado a una parte de la izquierda a impulsar actos de confluencia como el celebrado el pasado sábado en Oviedo. ¿Qué importancia tienen este tipo de eventos?

El objetivo no es otro que intentar profundizar en las confluencias ya existentes. Pensamos que hace falta ampliar el bloque de alianzas que se han construido en estos últimos meses, en unos sitios más y en otros menos, y desde ahí ir configurando lo que viene ahora, la necesidad de una alternativa al bipartidismo que sitúe un nuevo proyecto de país en el horizonte. Para eso hace falta mucha más fuerza de la que existe en el momento actual. Por tanto, hay que favorecer la confluencia sabiendo las dificultades que esta tiene.

Para que se produzca esa confluencia es necesario que IU y Podemos se pongan de acuerdo. ¿Ve posible ese acercamiento?

Hace falta una ampliación más allá de Podemos-IU. Creo que no será fácil pero hay una demostración importante, que ya es un éxito, como en el acto de Oviedo. Por ejemplo, Llamazares, después de ser uno de los principales obstáculos al proceso unitario, ha pedido hacer borrón y cuenta nueva y una estrategia común. Lo veo muy positivo y es una señal de que es muy difícil estar contra la unidad y que esta es el único camino para avanzar y configurar un nuevo país. Pero esa unidad no debe ser para terminar haciendo, como en Asturias, una alianza entre PSOE e IU.

¿Quién está poniendo más trabas para que ese proceso de convergencia fructifique?

Lo que pone más trabas a la unidad es pensar que la unidad es fácil. Yo llevo muchos años en esto y sé que es muy complicado. Ahora, la unidad entre Podemos e IU es mucho más difícil que antes de las elecciones, porque hoy IU es mucho más débil, tiene menos representación y menos influencia. La situación no es fácil. Se trata de abrir un proceso de negociación, de convergencia política y programática y veremos si da como resultado una unión. Eso requiere que IU entienda que la situación no es fácil para ella y que Podemos tenga la grandeza de darse cuenta de que la suma de IU y Podemos es más que una suma, es una multiplicación de fuerza, de eficacia y de alianza. Esa es la clave. La posición de IU en Asturias es un ejemplo de subalternidad, sobre esos mimbres va a ser muy difícil construir una alianza en Asturias si no se define bien que queremos un nuevo proyecto de país y no la continuidad de la vieja alianza que aquí existe.

¿Qué papel deben jugar en este proceso figuras históricas de IU como usted, Anguita o Iglesias?

Lo es normal es la división y hacen falta pontoneros. En todo proceso de unidad hay dos tipos de actitudes: los pontoneros y los dinamiteros. Lo que hacemos en un lugar emblemático, como es Asturias, es servir de pontoneros para construir una gran alternativa al sistema dominante cuando el país inicia una segunda transición. Lo que hacemos algunos de nosotros, con un coste no pequeño, es construir puentes, mientras que otros lo que van a hacer es dinamitar esos puentes.

Hay otras figuras importantes dentro del partido, como Llamazares, que parece que no comparten esa posible unión con Podemos.

El problema de Gaspar, como el de otros de IU, es que nunca han ido en serio a la unidad con Podemos. Van con una visión demasiado prepotente desde su pasado más o menos glorioso. Desde ese punto de vista han tenido que aceptar dos cosas, difíciles, pero que les ha obligado la realidad, y es que él es un político realista. En primer lugar que IU va a menos y que otras generales pueden suponer su desaparición. La segunda es la idea de que el sentimiento de unidad es mucho más fuerte que el sentimiento de división. El que no esté con la unidad corre el riesgo de aislarse políticamente en el país. Llamazares, que hace una semana criticó el acto de Oviedo y a los que intervenimos en él, hoy dice que somos buenos chicos. Estupendo, me parece bien. Animo a que siga por esta línea, aunque me gustaría que las declaraciones fueran acompañadas de actos y no siempre de la mirada de desprecio y prepotencia del que fue algo y ahora no es nada.

¿Qué opina del papel de Alberto Garzón en todo este proceso?

El problema de Garzón no es fácil de resolver. Debe elegir si va a dirigir él IU o va a ser una figura prisionera de un aparato más o menos fuerte de poder. Ese es el problema desde hace dos años. Hasta ahora, cada vez que le han presionado, ha pactado, ha llegado a arreglos con el aparato. Eso le ha debilitado mucho y creo que está detrás de que no haya habido acuerdo sobre las listas. Pero eso es pasado. Ahora debe decidir si va a ser parte de un proyecto de renovación y puesta a punto de una nueva formación más allá de IU o si va a ser la cara amable de un aparato que no controla y que solo se aprovecha de su juventud y su presencia en los medios.

Pese al mal momento, IU tuvo más de 900.000 votos en las pasadas elecciones. ¿Cuál cree que debe ser el futuro de la coalición?
Las siglas es un problema menor. El problema mayor es la estrategia. El problema es si se va a ser parte del proceso del cambio que Podemos representa, desde su autonomía, o se va a intentar un proyecto alternativo. Esa es la disyuntiva. Lo que se ha hecho en la campaña es intentar una alternativa y ha dado lo que ha dado, veremos cuál es la decisión final.

IU debe ser parte del bloque de Podemos y desde ahí intentar influenciar y avanzar en el país

En otras palabras. ¿Debe IU renunciar a sus siglas para facilitar una nueva coalición en la que se integre junto a Podemos?

Mi elección es ser parte del bloque de Podemos y desde ahí intentar influenciar y avanzar en el país. No sé qué harán pero creo que el debate de las siglas es secundario.

¿Usted estaría dispuesto a dar un paso al frente y asumir puestos de responsabilidad en esa hipotética nueva formación?

Lo fundamental para gente como nosotros, que estamos en segundo plano y queremos seguir estándolo, es la convergencia en torno a Podemos. Lo que pase en el país dependerá mucho de lo que haga Podemos y hay que estar ahí avanzando con ellos. Ese debería ser el propósito de Garzón y si no alguno no estaremos en ese proceso. Yo no veo hoy mimbres para construir una alternativa a Podemos. Veo aislamiento y retroceso, pero la gente debe decidir y espero que lo que haga Garzón sea exitoso para todos.

Su afinidad con Podemos es evidente. ¿Tiene intención de pasar a formar parte del partido?

No tengo ningún interés en afiliarme o no a Podemos. Eso es personal y secundario, pero lo importante es el caudal de cuadros, que la militancia e historia de IU pueda converger con Podemos. Cómo se haga, bien con alianza electoral, bien como un mecanismo federal o confederal, es secundario. Me parece fundamental no desaprovechar el caudal de experiencia, de ilusión, de militancia y de cuadros de IU. Si es o se hace bien, será bueno para los dos y sobre todo para el país.

Reclama que esa confluencia debe ir más allá de Podemos e IU. ¿Quién debe formar parte de ese nuevo movimiento?

Miles de activistas sociales que no tienen partido. Hay miles de personas que, por una u otra circunstancia, no están en ninguno de esos dos partidos, ni tampoco en Equo u otras fuerzas. Aspiran a la unidad, muchos han votado a Podemos pero quieren algo más. Es construir una gran fuerza más allá de lo que somos que debe partir de Podemos. Construir una gran fuerza democrática, de orientación socialista, federalista, ecofeminista capaz de formar una gran fuerza de masas y elevarse como alternativa de proyecto de país. Vengo defendiéndolo hace años, no es nada nuevo. Debe partir de Podemos, no hablo de siglas, hablo de construir una gran fuerza donde quepan esos miles de activistas.

¿Qué le han parecido los resultados de las últimas elecciones?

Todavía hay partido. No hay una definición de la orientación global, hay dos mundos. Uno, la idea de un gobierno de concentración entre PP, PSOE y Ciudadanos, los partidos del sistema, y un segundo escenario que serían las elecciones anticipadas. El primer escenario tiene varias vertientes, la del poder económico y los grandes medios de comunicación. La segunda es el juego estratégico del PSOE, que no tiene contenido real. La idea del frente de izquierdas que no tiene números detrás. Es un juego, más o menos abierto, que llevaría a incluir, por ejemplo, a Izquierda Republicana, y el PSOE no tiene visos de acordar nada con ello. Es una maniobra electoral para intentar culpar a Podemos de que no haya fructificado un frente de izquierdas, pero no es serio. Se va a un Gobierno de concentración o a nuevas elecciones.

¿Vería bien ese acercamiento de Podemos con el PSOE, para intentar desbancar a la derecha?

Parece que Podemos está intentado ofrecer una alterativa de país. Busca unir dos cosas que el PSOE no quiere. La cuestión social, los derechos de los trabajadores, las luchas por la igualdad y poner fin a las políticas austericidas y la cuestión nacional. Hay que tener claro qué actitud se va a tener ante Cataluña, si seguir como hasta ahora o si existe alguna alternativa. Esas son las dos cuestiones clave. Si hubiese acercamiento en esos temas, podrían ponerse de acuerdo, no necesariamente desde el Gobierno pero sí desde la oposición, para articular un proyecto alternativo de país.

¿Ve mimbres para alguno de esos dos pactos (el de PP-PSOE- Ciudadanos o al de PSOE-Podemos junto a fuerzas nacionalistas) o estamos abocados a nuevas elecciones?

Creo que estamos abocados a un conflicto político muy serio porque los grandes poderes no quieren elecciones. Van a luchar hasta el final por imponer un gobierno de coalición. ¿Será factible? Tengo mis dudas.

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Fuente: Asturias 24