Garzón: “Solo una izquierda fuerte puede evitar la restauración y la reforma del sistema” PDF Imprimir E-mail
Opinión / Actualidad - Entrevistas
Escrito por Miguel Muñoz   
Miércoles, 09 de Diciembre de 2015 07:50

imagesDurante meses defendió la construcción de la unidad popular para hacer frente a las elecciones. Dejó claro que no se integrarían en las listas de Podemos en una entrevista con cuartopoder.espero que buscarían un espacio común con el partido de Pablo Iglesias. Lo último no sucedió y ahora Alberto Garzón (Logroño, 1985) encabeza la candidatura de IU-Unidad Popular para las elecciones generales del 20 de diciembre. Lo hace con un escenario en el que las encuestas no son muy favorables pero mostrándose convencido de que conseguirán mantener grupo parlamentario propio.

 

Con las cartas programáticas ya sobre la mesa no duda en señalar el viraje de Podemos en ciertas cuestiones que el diputado considera básicas. Reivindica sus propuestas como las únicas verdaderamente rupturistas y nítidas de izquierdas. Atiende a este medio vía telefónica de camino al municipio alicantino de Alcoi donde ayer continuó con su caravana electoral.

¿Qué balance hace y qué sensaciones tiene tras estos primeros días de campaña?

— Es una campaña muy intensa como todas las demás, es la cuarta ya este año. Pero desde luego lo que estamos notando es que hay gran interés por parte de la gente porque hemos llenado absolutamente todos los actos. Además con presencia de gente que no es militante y que se ha incorporado a esta campaña con muchas ganas. Estamos viendo con mucha ilusión este crecimiento en los aforos.

Todas las encuestas coinciden en que el resultado de IU no va a ser mejor que el obtenido en 2011. ¿Confían en dar la sorpresa como usted ha dicho en alguna ocasión? ¿Cuáles son las perspectivas?

— Pensamos que se puede dar perfectamente la sorpresa y que vamos a garantizar la presencia de un grupo parlamentario con mucha fuerza y que al mismo tiempo vamos a ser un instrumento útil para construir la izquierda el día después de las elecciones. Las encuestas hay que observarlas con cautela, observando las tendencias pero teniendo en cuenta que es un período muy volátil y que hay mucho en juego. En todo ello va a influir mucho la campaña que hagamos y en este sentido estamos haciendo una campaña muy intensa y ante todo muy sincera.

En la encuesta del CIS llama la atención que es usted el segundo líder político mejor valorado. Algo que no se corresponde con los resultados de IU. ¿Qué conclusiones se pueden sacar de ello?

— Habrá un poco de todo. Lo importante para nosotros es que consigamos convertir esa afinidad personal que puede existir en votos para que haya un instrumento que permita fortalecer la izquierda. Hay que convencer a la ciudadanía de que lo importante no es sólo caer bien sino que al mismo tiempo necesitamos ser apoyados para que las políticas se puedan llevar a cabo. Y para que gente con una visión de la política como la que yo tengo podamos estar en el Congreso y defender a las clases populares desde ahí.

Hemos ido viendo medidas temáticas del programa poco a poco como las de emergencia social, laicismo o lucha contra la corrupción entre otras. ¿De qué medidas o de qué parte del programa está más satisfecho?

— Creo que el Plan de Emergencia Social ha sido perfectamente diseñado, pensado y debatido. Incluye la propuesta de trabajo garantizado y otras muchas más. Este plan es absolutamente necesario en un país como el nuestro en el que 770.000 familias viven sin ningún tipo de ingresos, donde la desigualdad se ha disparado. Debe ser la punta de lanza y el eje sobre el que pivotar cualquier política de un Gobierno que piense en la gente.

— También han presentado un proyecto para realizar una nueva Constitución. ¿Por qué creen que es necesario el proceso constituyente?

Blindar los derechos sociales en la Constitución sólo es posiblea través de  un proceso constituyente 

— La situación es lamentable como consecuencia de la crisis económica y su gestión neoliberal. Por lo tanto hay que poner en marcha medidas de cambio para construir un nuevo país. Eso pasa por ejemplo por blindar los derechos sociales en la Constitución, hacer de esos derechos garantías exigibles. Todo esto sólo es posible a través de un proceso constituyente porque nuestra Constitución de 1978 se blindó de tal forma que sólo se puede utilizar el artículo 167 para aquellos elementos que son casi de maquillaje y cosmética pero sin tocar los elementos estructurales. Para tocar estos elementos ahí se encuentra el artículo 168 para abrir ese proceso constituyente. Es la única forma posible la de abrir la de la Constitución, de una forma dirigida por la ciudadanía y que finalmente pueda concluir con una nueva Carta que blinde los derechos.

— ¿Cree que hay un clima social en el país para una reforma de este tipo llevada a cabo desde abajo?

— Clima sí que hay. Lo que no hay son élites dispuestas a hacerlo. Sólo hay que ver que los cuatro partidos que encabezan las encuestas están defendiendo la Constitución de 1978 con meras reformas parciales. Esto implicaría que no se pueden cumplir aquellas promesas que tienen que blindar derechos sociales. Es imposible sin un proceso constituyente. Creo que si se inicia ese proceso de debate en la población, de abajo hacia arriba, desde luego la gente va a querer blindar esos derechos y estaría de acuerdo en garantizar la sanidad y educación públicas antes de cualquier rescate financiero o de otros tipos de gasto.

— El spot electoral de Unidad Popular reivindica las luchas del pasado. Utilizaron un lema que decía “venimos de muy lejos”. ¿Por qué es importante esta historia?

— Los derechos de hoy son las luchas de ayer. Lo que quiere decir que si queremos derechos mañana hay que luchar hoy. Por eso el lema de “venimos desde muy lejos” significa que lo que tenemos hoy no cae del cielo. La sanidad y educación públicas han sido conquistadas por muchas décadas de lucha con gente distinta y espacios distintos. Eso es lo que nosotros somos en parte, gentes que vienen de lejos, que se reclaman de una tradición política y que, desde luego, no lo pretenden para construir un museo sino para propulsar hacia un futuro de justicia social. Eso es entender el hilo rojo de una historia que es de las conquistas sociales. Esto, evidentemente, es un signo de identidad de nuestra candidatura.

—El día de la presentación de la candidatura señaló que Unidad Popular recogía la llama del 15-M. ¿Por qué?

— Sobre todo porque el 15-M tenía dos aspectos fundamentales. Uno la impugnación total del sistema, la enmienda a la totalidad. Eso es lo que más tiene que ver con un proceso constituyente. Y al mismo tiempo, el 15-M era un movimiento social de profundas raíces de democracia radical para implantar en las instituciones como nosotros proponemos también con revocatorios, consultas o iniciativas legislativas populares. Pero también en el seno de partidos y candidaturas. Nosotros somos la única que puede decir que haya elegido a todos los candidatos a través de primarias abiertas a las ciudadanía. Esto creo que recoge el ánimo y espíritu de aquel 15-M que pretendía implantar una democracia radical que nosotros seguimos defendiendo. Se tiene muy presente que el 15-M no es apropiable por nadie porque es un movimiento y espíritu pero creo que lo hemos recogido y otros no lo han hecho.

— Cuando dice que otros no lo han hecho se refiere a Podemos como dijo en el Hotel Ritz. ¿Por qué considera que es así?

— Podemos cuando surgió era un proyecto fresco y rupturista que la gente recogió con ilusión. Pero de un tiempo a esta parte ha ganado dentro de Podemos un alma que ha pensado que lo más razonable era moderar el discurso, girar hacia el centro, abandonar algunos de los ejes fundamentales de su programa inicial. Hay una estrategia legítima que respetamos pero que vemos con incomodidad para este país. Porque creemos que la solución tiene que ser la ruptura, la transformación social y la democracia radical en el seno de los partidos.

— Llegó a afirmar también ese mismo día que Podemos aspiraba a ser la UCD del presente. ¿Qué relación tiene ahora con el partido de Pablo Iglesias? ¿Ha cambiado algo en estos últimos meses? ¿Desde IU pretenden diferenciarse aún más de Podemos?

“Podemos no es mi enemigo pero vamos a situar la crítica allí donde nos parezca necesario hacerla y cuando haya una política que creemos lesiva para el interés del pueblo

— Lo que hemos visto con cierta preocupación es que todos los partidos se han mercantilizado en términos de política electoral hasta el punto de que han adaptado sus discursos como si fuera un producto a la venta para tener mayor beneficio. Por eso se han ido todos al centro corriendo, como decimos en un intento de parecerse a la UCD. No es exclusivamente Podemos sino los 4 partidos que están disputándose ese espacio abstracto pero que consiste en la moderación y en un cierto abandono de principios y valores. Sobre la relación, yo tengo una relación normal. Lo que ocurre es que cuando ellos decidieron no construir la unidad popular todavía no habían iniciado ese giro radical al centro. Nos hemos encontrado con la defensa del libre mercado en el sector eléctrico después, igual que con la defensa de la OTAN, los centros concertados, la religión en las escuelas o la cultura alabada de 1978. Son todos unos elementos que probablemente ya estaban preparados en su estrategia pero que no estaban en los momentos en los que conversábamos sobre la necesidad de una candidatura unitaria rupturista. Evidentemente no hubiera sido posible con esos elementos encima de la mesa.

Podemos no es mi enemigo pero vamos a situar la crítica allí donde nos parezca necesario hacerla. Cuando hay una política que creemos que es lesiva para el interés del pueblo, nosotros lo vamos a decir. Por ejemplo cuando hemos situado que el complemento salarial es perverso para la clase trabajadora lo decimos mencionando a Podemos y Ciudadanos. Ambos llevan esa propuesta que significa subvencionar a los empresarios. Lo diga quien lo diga lo vamos a criticar, porque criticamos programas y no personas o partidos.

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— En cualquier caso hay unas confluencias en Galicia y Cataluña apoyadas por IU y junto a Podemos. ¿No es una contradicción? Y por otro lado, ¿qué le parece que Ada Colau o Xosé Manuel Beiras hagan actos de campaña con Podemos y que usted no participe en ninguno en esos lugares?

— La primera pregunta corresponde más a Podemos porque son ellos los que tienen la responsabilidad de haber aceptado unas condiciones de confluencia aceptables en Galicia, por ejemplo, y no haberlas aceptado en el resto del Estado. Esa contradicción está en el tejado de Podemos. En todo caso yo he escuchado a Beiras el otro día y citó a IU y a la compañera Yolanda Díaz. El reconocimiento implica reconocer al que es distinto a ti pero comparte elementos. Es una palabra bellísima para la izquierda. Eso lo hace Beiras, lo hacemos nosotros. Él junto a Yolanda está en una candidatura con gente de Podemos y es normal que hagan actos conjuntos. A nosotros no nos preocupa eso. Nos preocupa que la sociedad esté optando, según las encuestas, por una mayoría absoluta de lo que es la suma de PP y Ciudadanos. Por eso vamos a hacer todo lo posible para evitarlo. Lo intentamos a través de la unidad popular pero Podemos no quiso de aquella forma tan extraña y contradictoria. Nosotros vamos a seguir luchando, no nos vamos a rendir para evitar que gobierne la derecha en nuestro país.

— ¿Entonces, la militancia tanto de IU en Galicia como de EuiA en Cataluña que quieran votar a IU, tienen que hacerlo a En Marea y a En Comú Podem? ¿Pueden estar tranquilos en ese sentido?

— Pueden votar y además son grupos independientes. Es verdad que han estado sujetos a un intento de instrumentalización por parte de Podemos pero nosotros creemos que son grupos independientes, hay que respetar su independencia y su autonomía. Son el producto de la colaboración y la cooperación. Hay que desearles el mejor resultado posible. Pero es fundamental que se respete su autonomía.

— El otro día señaló que aspiraba a ser como la CUP, un partido pequeño pero determinante para formar Gobierno. En este escenario en el que opina que todos los partidos están en el centro, ¿a qué fuerza apoyaría en la investidura? ¿La opción más cercana es una hipotética investidura de Iglesias?

— No hacemos futuribles y no parece sensato hacer estimaciones de los resultados electorales. Pero sí nos parece que en un parlamento tan fragmentado nos vamos a encontrar con circunstancias en las que podemos ser determinantes. Eso es lo que queremos construir, un instrumento fuerte con el mayor número de escaños posible. Esa será la única forma de cortocircuitar una estrategia de restauración y reforma del sistema que está encabezada por el PP y C’s pero que evidentemente tiene a otros actores revoloteando alrededor. Sólo con una izquierda fuerte se puede evitar esa estrategia que sería un ejercicio de transformismo gramsciano, es decir, de la utilización de las demandas populares para hacer todo lo contrario. Creemos que una reforma de la Constitución o un proceso de cambio sin la izquierda va a ser cambiar a peor.

— ¿Condicionarían cualquier acuerdo a aspectos programáticos?

— Si alguien quiere pactar con nosotros ya puede ir leyéndose el programa. Es lo fundamental, los pactos se hacen desde los elementos programáticos.

— Sobre su ausencia en algunos debates de tv, IU puso un recurso ante la JEC. ¿Cómo ha vivido todo este asunto? ¿Se han agotado todas las vías?

“Siempre hemos sabido que la izquierda es una voz incómoda en este país. Esto tiene que ver con la exclusión no sólo de los debates sino de otros muchos espacios

— Siempre hemos sabido que la izquierda es una voz incómoda en este país. Esto tiene que ver con la exclusión que se nos hace no sólo de los debates sino de muchos otros espacios. Nos parece el resultado de un mundo desigual y una democracia muy limitada. Porque lo que se hurta no es a IU sino a la ciudadanía su derecho a conocer las propuestas de izquierdas en estas elecciones. Se hurta la capacidad de comparar programas y de un derecho democrático. En ese sentido tenemos una democracia defectuosa, tremendamente limitada y que necesita radicalizarse para llegar a una cultura política que entienda y acepte que los debates tengan que ser plurales. Nosotros vamos a llevar el programa a todos los espacios, con presencia en los barrios populares. Mientras, otros van a disponer de las ayudas de grandes medios de comunicación y entidades privadas que les proporcionan un trampolín para ser más conocidos y tener instrumentos de propaganda. Nosotros no contamos con esa ayuda, nunca pretendemos contar con ella pero con la militancia y la gente en la calle que sí quiere un partido de izquierdas diferenciado de las estrategias de viraje al centro.

— Ha alertado del “peligro” que supone el proyecto de Ciudadanos y además pidió a Albert Rivera un debate con él. ¿Por qué es tan peligroso? ¿Le ha contestado Rivera?

— El otro día tuvimos la oportunidad de encontrarnos brevemente en la Cadena SER y lo que dijo en antena es que no tenía tiempo para debatir. Lo cierto es que esperábamos esa respuesta pero para nosotros nos sigue pareciendo fundamental desmontar las mentiras de C’s. Es un proyecto con mucho apoyo social según las encuestas. Su proyecto es liberal reformista que incluso tiene medidas mucho más perversas para los trabajadores que el propio PP y al que, sin embargo, ni PSOE ni Podemos están enfrentando. Incluso en algunos casos ambos intentan parecerse a C’s dentro de ese espacio de lo nuevo y amable ante la ciudadanía. Nos parece necesario desmitificar esa posición porque propuestas como el contrato único, el complemento salarial o la exclusión de inmigrantes en la sanidad son cosas muy perjudiciales.

— Hablaba antes de la reconstrucción de la izquierda después de las elecciones. Son cosas planteadas entre otros por Manolo Monereo o Julio Anguita. ¿Cómo debe ser ese proceso?

— Nunca lo he ocultado. Tenemos que ir hacia un espacio para repensar la izquierda desde los códigos que nos permitan tener un instrumento que nos permita garantizar que se defienden los derechos sociales conquistados y que se va avanzando claramente a un proyecto anticapitalista. Para ellos hace falta definir muy bien de lo que estamos hablando que es una izquierda anticapitalista, ecologista, feminista, etc. Con unos contornos ideológicos muy claros y que tiene que ser repensada en términos de organización. Esto hay que repensarlo con un debate sereno, calmado y desde luego huyendo claramente de las estrategias del populismo de izquierdas deLaclau, de aquello que tenga atracción hacia el carrillismo o el giro al centro. Para mi son los elementos esenciales. El debate será colectivo y todo el mundo deberá reflexionar.

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Fuente: Cuarto Poder