La roja, de vergüenza. PDF Imprimir E-mail
Opinión / Actualidad - Economía
Martes, 16 de Noviembre de 2010 15:53

La Roja, celebra el triunfo del Mundial de  Fútbol de 2010 en JohanesburgoLa mayoría de nuestros deportistas de élite tributan en paraísos fiscales donde apenas pagan impuestos.

A veces pienso si España no será un país antipático al que pertenecemos porque estamos obligados y no hay razones de peso para que nos admitan en ningún otro sitio. Digo esto porque van a ver lo españoles que son algunos.

Doy por hecho que estarán al tanto de que los jugadores de la selección española son campeones del mundo en dos modalidades: en lo de jugar al fútbol y en lo de forrarse luciendo la camiseta de su país. Recordarán que les habían prometido 600.000 euros, por barba, si ganaban el Mundial. Una cantidad que doblaba o triplicaba lo que podía percibir cualquier jugador de las otras 31 selecciones que participaron en Sudáfrica.

Pues bien. Algunos, entre los que me cuento, pensábamos que 100 millones, para cada uno, era mucho, mientras que otros consideraban que lo tenían bien merecido, si es que, al final, ganaban. Pero claro, lo que no sabíamos era que los dirigentes de la Federación Española de Fútbol y los jugadores internacionales se hubieran puesto de acuerdo para aprovechar una triquiñuela, servirse de una posibilidad que recoge el régimen fiscal para quienes trabajan fuera de nuestro país, y tributar no en España, sino en Sudáfrica; donde cada jugador se ahorra, en impuestos, nada menos que 132.000 euros.

Tampoco sabíamos que, a nuestros héroes

de la Roja, la prima por haber ganado el Campeonato de Europa, les fue abonada en Suiza para que, igual que sucede ahora, pudieran ahorrarse otro pastón en impuestos.

Toma castaña. Eso si qué es ser español, español, español? Español de primera, de los que llevan la bandera tatuada en el pecho y la cartera la ponen en Suiza, las Seychelles o cualquiera de los paraísos fiscales a los que se acogen los patriotas de pacotilla.

Lo escandaloso es que los jugadores de la selección no son los únicos. No, ni mucho menos. Si hacemos recuento resulta que, de todos nuestros deportistas de élite, sólo Rafa Nadal y Alberto Contador tributan en España. El resto: Fernando Alonso, Carlos Moyá, Dani Pedrosa, Jorge Lorenzo y un largo etcétera tributan en paraísos fiscales donde apenas pagan impuestos.

La relación de españoles que se escaquean y no tributan en España es tan amplia que nos ha llevado a preguntarnos si, realmente, hay diferencia entre evitar y evadir impuestos. Y sí, sí que la hay. Evitar impuestos es legal mientras que evadirlos está considerado delito.

No sé lo que pensarán, pero a mí me sorprende que ambos casos no se traten igual. Me sorprende porque, en el fondo, estamos en lo mismo. La intención, de quien evita o evade impuestos, es idéntica. Es beneficiarse a sí mismo hurtando a la Hacienda Pública, y al resto de ciudadanos, lo que debería pagar en impuestos. Así que no veo la diferencia. Y, no sólo no la veo, sino que me parece vergonzoso que quienes están en el ajo, de este escaqueo de 3 millones de euros a las arcas del Estado, sean los jugadores internacionales y un organismo oficial como la Federación Española de Fútbol. Una Federación y unos jugadores que son españoles para cobrar y suizos o sudafricanos cuando toca pagar impuestos.

Ésa es la historia, de modo que, en buena lógica, les hubiera correspondido el premio «Príncipe de Beckelar» y pasear en autobús por Johannesburgo. Es lo que merecen, y aún me parece mucho.