Madrid tiene alternativa: sobre el debate del techo de gasto Imprimir
Opinión / Actualidad - Economía
Escrito por Carlos Sánchez Mato   
Lunes, 28 de Noviembre de 2016 05:50

Hace casi año y medio que se produjo un cambio de Gobierno en el Ayuntamiento de Madrid. Después de 24 años de gestión ininterrumpida del Partido Popular y políticas hechas a medida de las grandes corporaciones, de las entidades financieras y de la utilización como objeto de especulación de la propia ciudad, nos encontramos con un Madrid con profundos desequilibrios territoriales y lacerantes desigualdades.

La nueva realidad electoral dio paso a una ocasión única, la de poner la corporación municipal al servicio de la mayoría de la sociedad. Y eso pasaba por dar un viraje a los Presupuestos del Ayuntamiento de Madrid, porque esa ha sido la herramienta que han reflejado las políticas que, de manera generalizada, se han desarrollado a nivel europeo, estatal y autonómico. Además, resultaba imprescindible abrir su elaboración a la ciudadanía, de ahí que los Presupuestos de 2017 sean los primeros en toda la historia de Madrid en los que ha participado directamente la gente, decidiendo a qué tipo de inversiones van a destinarse aproximadamente unos 60 millones de euros.

Después de años de reducción en el gasto social y de inversión en los ejercicios precedentes, ya en 2016 se realizó un esfuerzo económico significativo para reorientar de forma clara las prioridades del ayuntamiento para definir las políticas que atenderán los derechos básicos y las necesidades de la población madrileña, con especial atención a la que se encuentra en situación de vulnerabilidad. Y ese compromiso se ve redoblado en el Proyecto de Presupuestos para 2017 que ha aprobado la Junta de Gobierno de Madrid. Por eso, el Presupuesto incrementa en un 21,78% el gasto social con respecto a 2016, y en un 53,18% con respecto a 2015, último año de gobierno de Botella.

En ese rubro, se incluyen partidas tan imprescindibles como la atención a mayores o a la infancia o las políticas de construcción de nueva vivienda pública para alquiler o la rehabilitación para mejorar la calidad de las viviendas de los barrios más desfavorecidos. Se destinará en 2017 un 12,8% más a los servicios públicos de carácter preferente, como sanidad, educación, cultura y deporte, y se incrementa más de un 150% la aportación al Fondo de Reequilibrio Territorial. También se ampliará casi un 12% el peso de los servicios públicos básicos. Se potenciará también la aportación al Consorcio Regional de Transportes, que crecerá más de un 12%, y la renovación de autobuses, con la adquisición de 250 unidades que se añaden a los 200 adquiridos en 2016, después de años de sequías de inversión en la Empresa Municipal de Transportes. En resumen, las áreas de gobierno gestionarán en 2017 un 11,08% más que este año (+357 millones), mientras que los distritos ven crecer sus fondos un 12,89% (+69 millones) respecto a 2016.

Una vez han sido definidas las necesidades de Madrid, es imprescindible determinar con qué políticas sufragaremos el incremento de gasto público. Ahora Madrid manifestó desde el primer momento su rechazo a recurrir a nuevo endeudamiento para financiarlo. Porque la receta del Partido Popular durante las últimas dos décadas consistió en disparar el endeudamiento para afrontar proyectos faraónicos y perseguir sueños olímpicos al mismo tiempo que se abandonaban las necesidades de los barrios y se recortaba el gasto social con el argumento de que “no había dinero”. Y no lo había porque, aunque se triplicó la recaudación del Impuesto de Bienes Inmuebles, el destino prioritario hasta 2014 era pagar gastos financieros y amortizar deuda. El servicio de la deuda (amortización y pago de intereses) pasó de 401 millones de euros en 2009 a 1.498 millones de euros en 2014. En el año anterior a nuestra llegada al Gobierno, se destinó uno de cada tres euros a los acreedores.

Por eso, ni un euro más de nueva deuda. Antes bien, la estamos reduciendo a un ritmo elevado, pero subordinando ese esfuerzo a satisfacer la necesaria recuperación del gasto público prioritario para Madrid. La deuda viva al final de 2016 se habrá minorado en 1.794 millones de euros (el 32% de disminución sobre la heredada en junio de 2015). A final de 2017, la deuda medida en términos de Protocolo de Déficit Excesivo será de 3.447 millones de euros, lo que habrá supuesto una reducción de 2.190 millones de euros en lo que va de la actual legislatura (-39%), y situará la misma 765 millones de euros por debajo de la previsión del anterior equipo de gobierno para esa fecha. Esta decisión supone que el esfuerzo presupuestario para el pago de la deuda disminuye sensiblemente y permite incrementar la dotación de fondos para afrontar las verdaderas necesidades de los ciudadanos de Madrid.

Para este Gobierno municipal, la suficiencia fiscal es el principio por el que deben regirse  las administraciones públicas. Entendemos que no debemos gastar conforme recaudamos, sino que debemos recaudar en función de las necesidades y derechos que debemos satisfacer. Además, la defensa de una fiscalidad justa nos sitúa en la obligación de luchar legalmente contra quienes eluden o defraudan las normas impositivas. También hemos tomado medidas de rebaja generalizada del IBI en 2016 en un 7%; y en 2017, gracias a la revisión catastral parcial realizada a instancias de nuestro Gobierno, uno de cada cinco inmuebles —situados en los barrios más afectados por la crisis económica— verá reducido su IBI entre el 20% y el 40% adicional. Eso lo hemos combinado con subidas en este impuesto a los patrimonios más elevados. El resultado es que, bajadas al 99% de los recibos e incrementos a un 1% supondrán un incremento de recaudación que permitirá mejorar la ciudad.

El Presupuesto, como instrumento que sustenta desde un punto de vista económico un programa de gobierno, debe ser reflejo de las nuevas políticas, de las nuevas prioridades que hagan posible un cambio en el modelo de ciudad, abordando la solución de los problemas detectados. Creemos sinceramente que los aprobados por la Junta de Gobierno de Madrid para 2017 cumplen claramente con el objetivo de movilizar recursos para conseguir una ciudad cercana, cohesionada y habitable, centrada en las personas, solidaria e inclusiva, y con una economía sostenible con empleo de calidad.

 

Carlos Sánchez Mato es economista y militante de Izquierda Unida. Es concejal de Economía y Hacienda del Ayuntamiento de Madrid.