EL FANTASMA DE RODIEZMO Imprimir
Opinión / Actualidad - Política
Escrito por Arturo del Villar   
Lunes, 06 de Septiembre de 2010 20:03

   No ha tenido la valentía de presentarse a explicar a los mineros asturianos y leoneses sus reformas de los planes laborales y de pensiones. El secretario generalísimo del Partido Antisocialista Antiobrero Antiespañol, el compañero Rodríguez, también conocido como Zapatero, solamente habla ante auditorios amaestrados. Desde que empezó a poner en práctica sus políticas antisocialistas y antisociales, no puede enfrentarse a un obrero. Por eso no se atrevió a ir a Rodierzmo este año, ni acudieron las bibianas que le hacen coro, ni tampoco apareció el cesado ministro del Paro.

   Pero su fantasma estuvo presente, y en él se fijaron todas las airadas miradas de los trabajadores, y lo mentaban las pancartas reivindicativas. El secretario general del sindicato socialista, Cándido Méndez, que por fin ha salido del letargo en que llevaba años sumido, le advirtió que la UGT no tolerará que el Gobierno que dice ser Socialista y hasta Obrero tire por la borda los derechos de los trabajadores. Confiemos en que no vuelva a aletargarse, y cumpla ese propósito, rechazando los sobornos gubernamentales.

   El que estuvo más torpe que nunca fue el hermano de Juan Guerra, el tahúr del Guadalquivir,  que en ese acto sindicalista se puso a criticar al líder de la oposición, en vez de tratar los problemas laborales. Su caradura le permitió llamar ladrones a los afiliados al partido conocido como Popular, que lo son, todos lo sabemos, pero el caso Gürtel no es más corrupto que el de Filesa, y lo es menos que la organización de los GAL, casos en los que él participó, por activa y por pasiva complacencia.

  Los ciudadanos de izquierdas no tenemos a quién votar en las próximas elecciones. No podemos hacerlo al partido que usurpa el nombre intachable de Socialista Obrero, hasta que lo refundó Felipe González, el padrino de los hermanos Guerra y demás compañeros cleptómanos. Es imposible votar a ese residuo agonizante que mantiene el nombre de Izquierda Unida, como un sarcasmo más en la política española. Antes nos cortaríamos la mano derecha (o la izquierda los zurdos) que votar a los ultraderechistas borrachos y opusdeísticos del partido que dice ser Popular. Nos hace vomitar esa tribu de tránsfugas antidemócratas que siguen a la insoportable Rosa Díez en la mal llamada Unión Progreso y Democracia. Para qué recordar a otros grupúsculos. Así que nos quedaremos en casa el día de la convocatoria a las urnas.

   A no ser que concurra un Partido Republicano de Izquierdas, en el que se reúnan  las diversas tendencias existentes en el republicanismo actual, con miras a lograr el primer objetivo común: derrocar a la monarquía del 18 de julio instaurada por el dictadorísimo. Nos queda poco tiempo para conseguirlo, pero es posible lograrlo. Podemos devolver la esperanza a la izquierda española. Somos el único recambio a las mafias políticas que se alternan en el poder. Es nuestro deber histórico intentarlo, y este momento es el más idóneo. ¿A qué esperamos?


Arturo del Villar es Presidente del Colectivo Republicano Tercer Milenio

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