Reflexiones de una persona de a pie |
Opinión / Actualidad - Política |
Escrito por Cristina Ridruejo |
Lunes, 10 de Junio de 2019 05:17 |
La estrategia de las multinacionales y grandes fortunas, ahora que ya tienen concentradas las riquezas de toda la humanidad, no se queda en extraer beneficios del sector privado. Desde hace unos años, uno de sus objetivos claros son los fondos públicos, y su estrategia para hacerse con ellos incluye al menos tres formas: 1) Llevarse las subvenciones que deberían ser para ayudar a quienes no tienen medios (energía, agricultura, pesca, etc. etc.: la mayor parte de los subsidios europeos y españoles acaba adjudicado a grandes grupos, no a pequeños productores).
Son las tres patas de la estrategia neoliberal para hacerse con el dinero público, ahora que el privado ya lo tienen concentrado cada vez en menos bolsillos. En Madrid, en 2015, llega el ayuntamiento del cambio. Sánchez Mato, al frente de Economía, demuestra en algo más de dos años que sí es posible reducir la deuda pública que otros consideran ineludible, e incluso hacerlo al tiempo que se aumenta el gasto social. Montoro no podía consentirlo. En 2017 presiona, amenaza, interviene las cuentas del ayuntamiento de Madrid. Carmena cede. Acepta los presupuestos que impone Montoro y cesa a Sánchez Mato. Una gestión admirable de las cuentas públicas, en lugar de ser premiada, es castigada. Después Carmena seguiría cediendo a la estrategia neoliberal en la Operación Chamartín. La gestión de las cuentas públicas es la madre del cordero. Es lo que permite llevar a cabo unas políticas u otras. Reducir la deuda pública no solo es fundamental por lógica económica, también es una forma de resistirse a la apropiación de las instituciones por parte del poder económico privado. Es una forma de mantener la independencia de los cargos políticos elegidos por la ciudadanía frente a este poder económico. No nos dejemos engañar: es falso que no se pueda mantener con fondos públicos una sanidad y educación 100% pública y de calidad. Es falso que no se puedan costear las pensiones. Se puede hacer, pero no se quiere, que es algo muy distinto. Si el dinero público no fuera a parar a las grandes empresas nacionales y multinacionales por medio de los tres mecanismos citados (subsidios, contratas, intereses de la deuda), otro gallo nos cantaría. Que Montoro doblegase a uno de los ayuntamientos del cambio cuando estaba aplicando —con éxito— una política económica de izquierdas, nos demuestra lo siguiente: las cúpulas económicas (en cuyo nombre actuaba) están dispuestas a aceptar políticas sociales de izquierda o centroizquierda, pero jamás aceptarán una política económica de izquierda, como pasó en Grecia con Tsipras/Varoufakis. Jamás aceptarán alternativas al credo neoliberal, a no ser que se produzca un cambio radical de sistema: cambiar de partido en el gobierno no es suficiente, porque incluso si tiene buenas intenciones, le cortarán las alas. El poder económico, los partidos políticos a su sueldo, la corona. Un engranaje que funciona a todo gas para parar en seco cualquier intento de cambio. La única opción es cuestionar la mayor. Rompamos el régimen del 78. Despertemos del ensueño. Empecemos de cero. Posdata: Ahora que el ayuntamiento de Madrid va a cambiar de manos, debemos estar muy atentos a lo que ocurre en los próximos tiempos con el suculento superávit que deja Ahora Madrid. _____________________ Fuente: Loquesomos |