Justo Fernández, azote sindical de los banqueros PDF Imprimir E-mail
Nuestra Memoria - Semblanzas / Biografías
Escrito por José Miguel Villa   
Sábado, 26 de Mayo de 2012 04:42

Justo FernándezHa fallecido el compañero Justo Fernández (Los Llanos de Aridane, La Palma, 1936), histórico líder de la UGT, que ayudó a estructurar el sindicato desde los inicios de la década de los setenta y que fue secretario general de la Federación de Banca de UGT. Justo Fernández era un hombre fuerte, que demostraba su fortaleza tanto defendiendo a los trabajadores como practicando la lucha canaria o el boxeo. En el sindicato, el vigor de su carácter y la firmeza con la que defendía sus planteamientos le granjearon el apelativo de El Tigre; la policía franquista le apodaba El Guanche.

 

Justo Fernández, que había empezado a trabajar a los quince años (“trabajaba mañana y tarde por trescientas pesetas, a los veinte años aún no sabía lo que eran las vacaciones... fue la primera vez que me rebelé”, explicaba en una entrevista) sostenía la idea de que había que convertir a “los empleados de chaqueta y corbata, de la banca, en trabajadores que luchaban, como los del metal, las minas o la construcción”. Infatigable y tenaz, se recorrió toda España para movilizar a los trabajadores del sector. En estos años del final de la dictadura franquista fue seguido y perseguido por miembros de la Brigada Político Social, cuya sede central estaba en la Puerta del Sol, justo a trescientos metros de la oficina central del Banco Hispano Americano donde él trabajaba. Su actividad sindical le costó varios registros domiciliarios y varias detenciones; hasta seis veces visitó la cárcel. Pese a la saña de algunos funcionarios policiales, uno de los miembros de la Brigada que seguía a Justo confesó a la periodista Pilar Urbano: “No me encaja que tenga que vigilar a los sindicalistas Marcelino Camacho o Justo Fernández, El Guanche, porque aunque estén conspirando no hacen daño a nadie ni le quitan a nadie lo que es suyo”.

Justo Fernández fue delegado por Madrid al XXX Congreso Confederal de la UGT que se celebró en el mes de abril de 1976. En el congreso Justo subió a la tribuna a defender una enmienda en el plenario para pedir la disolución del sindicato vertical y defender la libertad sindical de los trabajadores.

Criticó con gran contundencia el giro del PSOE respecto a la OTAN

Fue el principal artífice de la reconstrucción de la Federación de Banca, Bolsa, Crédito y Ahorro de la UGT, de la que fue elegido secretario general en 1972, cargo que ocupó hasta el año 1989. Poco tiempo después se produjo la fusión con la Federación de Seguros, Oficinas y Despachos, con lo que se constituyó en la segunda organización sindical de la UGT y configuró una organización que ejerció durante muchos años la representación hegemónica de los trabajadores del sector financiero en nuestro país.

Cuando ya se pudo ejercer libremente el sindicalismo en España demostró que era un duro negociador, tanto en el sindicato como con los banqueros. Pese a mantener buenas relaciones personales con muchos de ellos, esto no le hacía tener ningún tipo de concesión en la defensa de los intereses de los trabajadores del sector. Era un hombre muy respetado entre los llamados “siete grandes” banqueros del país. Tuvo enfrentamientos célebres con Rafael Termes, que presidió la Asociación Española de Banca entre 1977 y 1990. Además de sus responsabilidades sindicales de ámbito nacional, desempeñó también cargos en la Comisión Ejecutiva de la Federación Internacional de Empleados y Técnicos.

Aunque se había afiliado al PSOE ya en 1972, mantuvo sonoros enfrentamientos con la dirección del partido, que arrancan de fecha muy temprana: en el célebre congreso de Suresnes (1974), en el que Felipe González se hizo con el liderazgo del partido, Fernández, junto con de la delegación de Madrid, votó en contra del sevillano. Ya con los socialistas en el poder, en 1983, el diario Pueblo le otorgó un premio como figura sindical popular. Cuando se enteró de que Miguel Boyer, entonces ministro de Economía y Hacienda, sería quien se lo entregaría, decidió no asistir a la ceremonia, aunque una semana más tarde lo recogió de manos de los trabajadores del diario. En 1986, fue uno de los dirigentes de UGT que con mayor contundencia criticaron el cambio de postura del PSOE sobre el ingreso de España en la OTAN; calificó el giro de los socialistas de “fraude” y “engaño”.

En 1989 dejó la actividad sindical, volvió a su amada tierra canaria y empezó a colaborar en distintos medios de comunicación, siempre bajo la premisa de que “no escribiría, hablaría o actuaría en ningún medio que pretenda condicionar o evitar mi decisión de hablar claro y decir la verdad”.

Adiós a un compañero, a un amigo y, sobre todo, a una gran persona.

José Miguel Villa es secretario general de la Federación de Servicios de UGT.

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Fuente: El País